Vida
Los seres humanos lloramos cuando nacemos, porque sabemos que vamos a morir.
Jorge Valenzuela Araya
Cesantía
Se ha conocido la tasa de desempleo, en el Gran Santiago a marzo, la que fue de 15,6%, la más alta registrada en los últimos 20 años. ¿Cuál ha sido el escenario?, la respuesta es clara, todo se agudiza a partir del 18 de octubre con el llamado "estallido social", del cual la gran mayoría de la población apoya en el fondo. Cabe recordar que el COVID 19 recién comienza afectar al país a partir del 1º de marzo del presente año, cuando se detecta el primer caso en Talca. Durante este periodo escuchamos variados eslogan.
"Este estallido no es por 30 pesos es por treinta años" es cierto, la casta política durante ese periodo solo se ha dedicado a enriquecerse, abusar y perpetuarse en el poder apitutando a sus más cercanos sin importarles la calidad de vida de la población.
"Chile despertó", efectivamente despertó de un sueño y letargo político social, para caer en un coma profundo, del cual usufructúa la delincuencia, el narcotráfico, agitadores políticos e ideologías perversas, que han fracasado y llevado a la destrucción de las democracias de todo el mundo.
"Queremos dignidad", me pregunto ¿de qué valió a ese 15,6% ?, el haber sido manipulados por agitadores, narcotraficantes y mezquinos políticos, arriesgando sus vidas, destruyendo y saqueando el comercio local, que tanta falta nos hace para enfrentar esta pandemia, ¿qué dignidad consiguieron después de seis meses de lucha?.
La esperanza, es que Chile es un país solidario y que siempre ha sabido salir adelante ante la adversidad y la generosidad de su gente, finalmente la llevara por un buen camino y no esperemos nada de nuestros enemigos cobijados en el parlamento. Pero tengan presente en las próximas elecciones, "Perdona a tus enemigos. Pero recuerda sus nombres".
Roberto Espinosa Fabres
Mañalich
Hace pocos días el diputado Sr. Esteban Velásquez se permitió criticar al Sr. ministro de Salud don Jaime Mañalich, por haber dicho que se sentía sorprendido con el nivel de pobreza que le tocó conocer.
En todas las entrevistas concedidas al la televisión, el ministro ha dado muestras de ser un hombre sincero que dice las verdades que le nacen del corazón. No miente ni disfraza sus dichos porque tampoco le interesa caerle políticamente bien a los politiqueros.
Además que, un alto y prestigioso profesional como él, no tiene por donde mezclarse con las penurias de los más necesitados porque no anda buscando votos ni se encuentra en el grupo de apernados que ganan millones a costa del estado. Ni siquiera yo que soy pobre, no conozco lo que padecen los que son más pobres, aunque me imagino.
En cambio don Esteban Velásquez, a quien no se le conoce trabajo productivo alguno, y que además ninguna idea ha aportado a una eventual descentralización porque le faltan conocimientos técnicos, utiliza el modo de hablar fuerte para ganarse al populacho, y ahora último encontró un programita de la televisión local, al cual llama para pedir más cuarentena, y para hacer lo que los malos políticos hacen: criticar en vez de aportar.
Abel Jiménez
Cesantía y pandemia
El país venía sufriendo en materia de empleo desde octubre recién pasado, 350.000 personas perdieron sus empleos producto de los efectos de la violencia inusitada y desatada. Ahora, el panorama es aún más desolador. Según estudios de la Universidad de Chile, el Gran Santiago concentra un 15,6% de desempleo y para la ministra Zaldívar el país ascenderá a 10%, superando expectativas negativas. Urge que el acuerdo económico y social vea pronto luz verde para palear los efectos nocivos que tendrá esta pandemia. Cuando podamos ponernos de pie, será imprescindible potenciar la inversión y la creación de empleos, medidas en ese tenor -y no impuestos mágicos a los súper ricos- evitarán que más personas vean con riesgo la pérdida del bienestar alcanzado y retroceder desde la clase media a la pobreza. El empleo es la mejor política social.
José Luis Trevia
El PEM y el POJH
Con dolor debo reconocer que es probable que el descalabro de esta crisis nos obligue a volver a situaciones de emergencia como las vividas en los 80: el PEM y el POJH. No es lo ideal, nadie lo quiere, pero la destrucción de empleos así lo dejan en claro en Antofagasta, Calama, Santiago y cualquier ciudad nacional.
Andrea González P.