Sólo 90 minutos entrega Salud para sepultar a víctimas del COVID-19
PROTOCOLO. Establece además que procedimiento se debe efectuar en las 48 posteriores al deceso de cada persona.
Uno de los procesos más complejos que enfrentan familiares de víctimas del COVID-19 es el de sepultar a sus seres queridos, procedimiento solitario para el afectado, y que se cumple con estricto rigor sanitario.
"Se mantiene un protocolo actualizado tanto para el manejo dentro del hospital como para la entrega de fallecido a las familias. Estos protocolos han sido realizados en base a las recomendaciones internacionales y lo que ha indicado el ministerio de salud", explicó Rodrigo Meza, jefe de la Unidad de Anatomía Patológica del Hospital Carlos Cisternas.
El tanatólogo explicó además que "en el nuevo edificio del hospital de Calama existen dependencias de morgue lo suficientemente amplias como para mantener un número importante de fallecidos en espera de que sean retirados por sus parientes, los cuales están bajo las medidas de aislamiento establecidas por el protocolo del ministerio".
Procedimiento
Meza explicó también que "decretada la muerte, el procedimiento establece la protección adecuada, y se procede a retirar el fallecido de la unidad clínica, este se conservará en una bolsa especial y luego se deriva a la morgue. En líneas generales se tiene poco contacto con el cuerpo; lo mismo para los funerarios que deben ocupar los féretros y sellar con estricto rigor, en un protocolo que no debe superar los 90 minutos".
Desde el pasado 10 de marzo el ministerio de Salud entregó este protocolo a los hospitales y centros asistenciales del país, y lo hizo extensivo también a las funerarias, para incluso hacer seguimiento a las inhumaciones, y dar cuenta detallada de cómo se efectuó el procedimiento.
Salvo casos puntuales, "analizados y autoridades médicas, los parientes pueden ver el cuerpo antes de ser colocado en el féretro, pero sin contacto, y de eso también se preocupa la funeraria, de hacer las entrevistas a quienes tuvieron contacto con la persona y efectuar los seguimientos para cuarentena, los que los imposibilita lamentablemente de que puedan despedirse. Es dramático, muy penosos que aparte de perder a un familiar, éste no pueda ser despedido por sus familiares", dijo Rodrigo Meza.
"En general, el Código Sanitario dispone que todos los fallecidos tienen un plazo máximo para ser sepultado en un lapso de 48 horas. Para el caso de los fallecidos por coronavirus, se está tratando de gestionar y entregar lo antes posible, debido al aumento significativo de fallecidos diarios que estamos teniendo", agregó el tanatólogo.
"Todo el personal sanitario del hospital de Calama está entrenado, con gran profesionalismo, sin embargo esta pandemia está poniendo a prueba la fortaleza emocional de cada uno de nosotros, siendo los servicios clínicos que atienden a los pacientes infectados por coronavirus los más afectados en estos momentos. La nuestra es una labor difícil en lo anímico, pero debemos cooperar al igual que el resto del personal médico", aseguró Meza.
Autopsias se reducen al mínimo
El jefe de la Unidad de Anatomía Patológica del Hospital Carlos Cisternas, explicó acerca de las autopsias en el centro asistencial que "actualmente se está reduciendo al mínimo la posibilidad de efectuar autopsias clínicas en el hospital, debido a lo mencionado en el punto anterior, ya que además la gran mayoría de nuestros fallecidos están relacionados con el coronavirus". Y agregó que "En algunos casos muy aislados y justificados, hemos tomado pequeñas muestras de algún fallecido, siempre usando los protocolos de autorización de parte de la familia y las medidas sanitarias adecuadas".