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Síndrome Post UCI: la última etapa que enfrentan los pacientes graves que se recuperaron del Covid-19

SITUACIÓN. Se trata de un grupo de secuelas que afecta al organismo y que requiere de una rehabilitación que puede durar hasta cinco años.
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Karen Elena Cereceda Ramos

Un proceso de rehabilitación que puede durar hasta cinco años, es lo que deberán enfrentar aquellos pacientes que, si bien lograron recuperarse del coronavirus en la fase más grave, quedaron con secuelas en el organismo.

Se trata del denominado Síndrome Post-UCI y que de acuerdo a lo manifestado por Jaime Toro, médico fisiatra y jefe de Servicio de Medicina Física y Rehabilitación del Hospital Carlos Cisternas, puede afectar al 50% de los pacientes internados en la Unidad de Tratamiento Intensivo en su mayoría, producto del tiempo en el que estuvieron en coma inducido y conectados a ventilación mecánica invasiva.

El médico explica que este síndrome es un grupo de complicaciones y secuelas funcionales, psicológicas y cognitivas que "se inician precozmente durante la hospitalización, pero sus consecuencias pueden llegar a durar hasta cinco años después del alta". Además, la mayoría de las personas no regresan a trabajar, por lo menos, en el lapso de un año.

Añade que la afectación es multiorgánica, incluyendo el cerebro, los pulmones, el sistema circulatorio, sistema osteomuscular, sistema digestivo y la capacidad de comunicación. Junto con esto, la esfera de la salud mental y el funcionamiento familiar y laboral de los pacientes.

"Estas afectaciones están dadas por la inmovilidad, el requerimiento de tratamientos intensivos, pero por sobre todo, por las mismas causas que pueden llevar al paciente a una UCI, en este caso particular el COVID-19", precisó.

Secuelas

Toro comenta que, el paciente que tiene este síndrome, presenta secuelas tanto físicas como sicológicas y también cognitivas.

Entre las físicas detalla las complicaciones pulmonares y extrapulmonares. En el caso de las primeras señala que, "muchos pacientes pueden evolucionar con alteraciones restrictivas, pudiendo depender por largo plazo de oxígenoterapia domiciliaria. Este manejo es de resorte broncopulmonar y requiere tratamientos de largo plazo", explicó.

En tanto, entre las secuelas extrapulmonares dice que la más importante, "es la debilidad muscular adquirida tanto de músculos posturales como de músculos que permiten nuestra movilidad. A esto se puede asociar a retracciones y acortamientos, lesiones o atrapamientos de nervios periféricos, alteraciones del metabolismo óseo, y alteraciones de vejiga e intestino".

Dijo además que "muchos pacientes pueden presentar alteraciones de la deglución y la capacidad del habla -ya sea por intubación prolongada o debilidad de los músculos orales y faríngeos- por lo que se hace gran importancia la labor de la fonoaudiología".

Respecto a las secuelas de tipo sicológicas y cognitivas, el doctor Toro expresó que existen una serie de síntomas asociados a la estadía en UCI tales como ansiedad y miedo a morir, irritabilidad, miedo a espacios abiertos o con mucha gente, pesadillas.

También dijo que se presentan cuadros de ansiedad, depresión y el trastorno de estrés postraumático (TEPT). "Se calcula que 1/3 de los pacientes convalecientes presentará algún grado de depresión y hasta la mitad puede presentar TEPT", puntualizó.

En relación a las secuelas de tipo cognitivas el médico fisiatra del hospital de Calama explicó que una de las principales fallas orgánicas asociadas a estadía en UCI es la disfunción cerebral, "que se manifiesta como delirium (fenómeno caracterizado por agitación y desorientación), el cual es clave manejarlo de manera precoz y estimular la conexión al medio por parte del terapeuta ocupacional", comentó.

Dijo que también pueden presentarse deterioros neurocognitivos, "tales como alteración de memoria, atención, memoria de trabajo y velocidad de procesamiento (capacidad de llevar el hilo de nuestras tareas y capacidad de solución de problemas), los que pueden durar incluso años", destacó.

Afectación

Jaime Toro explica que este síndrome afecta tanto a hombres como mujeres, pero es un cuadro mucho más frecuente de ver en adultos que en niños.

"Dependiendo de la edad del paciente pediátrico, pueden presentar otro tipo de manifestaciones, pero menos severas", indicó el fisiatra.

En tanto, explicó que aun cuando se trata de un cuadro clínico que mayoritariamente se presenta en personas que estuvieron en la UCI y conectada a ventilación mecánica invasiva, también puede afectar a otros pacientes.

"Se ha observado que las personas que han requerido hospitalización y manejo con sistemas de ventilación no invasiva, menos complejas que la intubación y ventilación mecánica en UCI por cuadros de COVID-19, en muchos casos presentan un cuadro comparable al Síndrome Post UCI (sin haber estado en UCI), y a la vez los pacientes que recibieron manejos de UCI por COVID-19, pueden presentar una afectación del síndrome más severo", detalló.

Testimonio

Roberto Zúñiga de 23 años, chofer de ambulancia del SAMU en Antofagasta, estuvo 40 días hospitalizados y de ellos, 25 conectado a ventilación mecánica invasiva en la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital Regional de Antofagasta.

Comenta que, tras despertar del coma inducido, "quedé con la secuela de que no movía mi cuerpo, mi cuerpo estuvo tanto tiempo en reposo que perdí la fuerza, perdí tono muscular, perdí masa muscular, entonces, cuando salí de la UCI a la UTI estaba postrado en cama solamente movía mi cabeza y los ojos", detalló.

El 15 de junio fue dado de alta y derivado hasta su casa con hospitalización domiciliaria, sin embargo aún estaba postrado. Allí comenzó un proceso de rehabilitación con kinesiólogos lo que permitió que, nueve días después, volviera a caminar.

"Me he logrado recuperar, gracias a Dios y con la ayuda de los kinesiólogos de la ACHS (Asociación Chilena de Seguridad) y de la hospitalización domiciliaria, volví a caminar, estoy tomando las cosas yo solo, me estoy duchando solo, me cambio ropa solo, antes no podía, ocupaba pañales fue súper fuerte todo, porque me afectó de una forma u otra a mi integridad física", explicó Zúñiga.

Agrega que también presentó secuelas sicológicas, las que aún son tratadas por un profesional . "Al principio me afectó mucho, yo trataba de ser fuerte, pero era muy duro (...) mi trabajo me puso un sicólogo y acá en mi casa mis dos hermanas, con mi mamá cuando me ven así medio raro, conversan conmigo, me desahogo y me escuchan".

Zúñiga dice que no tiene claro cuando terminará su rehabilitación, actualmente recibe terapia kinesiológica dos veces por semana.

"Estas afectaciones están dadas por la inmovilidad, el requerimiento de tratamientos intensivos, pero por sobre todo, por las mismas causas que pueden llevar al paciente a una UCI".

"Quedé con la secuela de que no movía mi cuerpo, mi cuerpo estuvo tanto tiempo en reposo que perdí la fuerza, perdí tono muscular, perdí masa muscular".

Jaime Toro

Médico Fisiatra

H. de Calama

Roberto

Zúñiga

Paciente en

rehabilitación

Equipo multidisciplinario

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El doctor Jaime Toro dijo que para prevenir este síndrome, "es clave en su prevención el concepto de rehabilitación precoz, en que participa todo el equipo de rehabilitación, apoyados por el equipo médico y de enfermería de las unidades críticas de hospitalización. Este tipo de manejo es una prioridad para los profesionales de la rehabilitación del Hospital Carlos Cisternas". Agregó que "el equipo que debe participar en la rehabilitación es interdisciplinario, incluyendo kinesiólogos , terapeutas ocupacionales, fonoaudiólogos, nutricionistas, psicólogos, trabajadores sociales y médicos fisiatras. El manejo coordinado médicos de otras especialidades como broncopulmonar, psiquiatría es clave".