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"Preocuparte de tu imagen es señal de quererse más"

ESTÉTICA. La cosmetóloga Rocío Lamich cuenta los detalles de su exitosa micro empresa en Calama.
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Llegó a Calama en un viaje familiar y descubrió una posibilidad de negocio. La destacada esteticista y cosmetóloga Rocío Lamich Quezada (40) lleva 15 años trabajando en el autocuidado de los loínos y ha visto la evolución tanto de la gente como de la ciudad y sus entornos.

"Soy una agradecida de esta tierra porque me permitió desarrollarme en lo que siempre quise hacer. Calama es una ciudad que bendice y le da oportunidades a la gente que quiere venir a aportar", dice.

Tu trabajo, tu spa y la experiencia de trabajar en este rubro y en el norte ha sido destacado en destacadas publicaciones nacionales...

Yo estoy segura que esas entrevistas en Revista Caras o Vanidades ha servido para que mucha gente diga "oye, parece que Calama no es tan feo". para que se sepa que acá hay mucha gente que se cuida, que se preocupa por la imagen. Es bien injusta esa etiqueta que hay con la ciudad que quienes vivimos acá sabemos que es muy distinta a la realidad.

¿Siempre quisiste dedicarte al tema de la estética?

De chica estuve ligada al tema por mi madre y pero después estudié inglés y turismo una vez que salí de cuarto medio hasta que me di cuenta que lo me gustaba era trabajar con el tema del maquillaje, la manicure... Pensé, si esto lo traigo conmigo desde siempre, lo voy a empezar a desarrollar. Y así como tuve un local pequeño en Buin, cuando llegué a Calama también empecé de a poco y fui creciendo en la medida que me especialicé y mi clientela se dio cuenta que la atención era la que buscaba.

Ha ido cambiando la clientela en Calama o siempre fue la gente ligada a la minería...

Se fue ampliando con los años porque primero yo empecé con algunas clientas y ellas empezaron a llevar a sus hijas de 8 años, que hoy tienen 23 y hasta son mamás. Pero en términos de rubros, sí se fue ampliando a medida que la ciudad crecía. Hoy no sólo es gente que está en su casa y se preocupa de su look porque tiene tiempo y plata. Con los años han ido llegando profesionales, extranjeros, gente que se cuida porque entiende que cuidar la imagen es también autoestima. Preocuparte de tu imagen es señal de quererse más.

¿Sigue siendo una tradición de las mujeres o el público masculino, más conservador por tradición en Calama ya se atreve?

Con el tiempo he ido notando dos cosas que asan en todos lados, además. Primero, que las mujeres están pasando por una etapa de crecimiento, de amarse más ellas mismas y eso se refleja en querer verse bien, en preocuparse de la estética porque lejos de ser algo que se refleja para el exterior, es algo que te hace sentir mejor contigo misma. Las mujeres por naturaleza tenemos que ser pretensiosas con nuestra imagen. Pero también los hombres. Si bien siempre tuve clientes varones, ahora se ve a más hombres que entienden que también necesitan un hidromasaje, cuidarse las manos, hacerse la pedicure.

15 años en Calama sirven para ver el desarrollo de la comuna, más cuando atiendes gente y puedes ver ese cambio de mentalidad, de temas. ¿Cambió mucho la ciudad y el loíno?

O sea, antes era medio mall no más. Pero la verdad es que hay algunas luchas que todavía están inconclusas, como que todavía nos hace falta alzar más la voz de manera más potente y concreta. Yo sigo viendo las mismas luchas de hace muchos años y no avanzamos porque las autoridades, que son los que nosotros elegimos no se han preocupado de mejorar los entornos, las áreas de esparcimiento, de hacer una ciudad estéticamente más amigable en vez de levantar las mismas luchas porque sentimos que nos tienen abandonados como ciudad. Hay que empezar por casa...

Y en qué lo notas...

Yo ahora que soy mamá -su hijo Gaspar tiene 10 meses- pienso en que no tengo dónde llevarlo a pasear, a jugar, a un lugar como un parque que sea seguro para que él pueda desarrollarse. Aparte del parque El Loa, los niños de Calama no tienen otro lugar dónde ir con sus papás un fin de semana, por ejemplo.

¿Irá a cambiar la mentalidad del loíno esta pandemia que nos golpeó tan duro como ciudad?

Lo que pasa es que todo en la vida depende de cómo lo veas. Yo me quedé sin poder abrir mi local y tras cranearme mucho porque tengo un hijo pequeño que mantener y cuentas que pagar, entendí que el concepto era llevarle el spa a la casa a los clientes. Importo máquinas de buenas marcas para que la gente -a través de su instagram- puedan inscribirse y optar a importantes descuentos. Todos podemos rehacernos de perder un trabajo o perder ganancias con esto de la pandemia pero hay que desprenderse de esas zonas de confort y saber que siempre puedes reinventarte. Esto nos viene a enseñar que la vida no va a ser la misma y que por lo mismo, debes asumir los cambios como una oportunidad para cambiar tú mismo.

Cómo sueñas al Calama de unos años más...

Me gustaría un lugar donde seamos más felices con lo que tenemos, que no sé, exista por ejemplo más gastronomía para no tener que salir de la ciudad para comer algo rico. Que se diversifique la oferta en cosas que hagan que la gente quiera quedarse más acá y no encerrada en la casa. Áreas verdes, entornos bonitos, que la calidad de vida mejore porque acá hay clientela que lo exige, que lo necesita.

Una necesidad que los centros de estética y spa cumplen..

La verdad es que nosotros nos preocupamos de hacer una terapia completa en los clientes. Muchos llegan achacados, con problemas y se van con la sensación del 'qué rico haber venido porque me cambiaste el switch", liberarlos de tanta negatividad porque el chileno es negativo. Apelamos a que el cliente se crea el cuento con sus capacidades, de su facha. Eso hoy está cambiando. Las nuevas generaciones tienen más autoestima...