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Pacientes con covid relatan cómo es la cuarentena en las residencia sanitarias

TESTIMONIOS. Para entretenerse cuentan que leen libros, llenan sopas de letras, escuchan música o ven televisión.
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Karen Elena Cereceda Ramos

Una de las medidas establecidas por el ministerio de Salud para evitar la propagación del covid-19, es el oportuno aislamiento de las personas que están contagiadas y sus contactos estrechos. Un confinamiento que, en el caso de no existir condiciones óptimas en las viviendas de los pacientes, deben realizarse en las residencias sanitarias que se han implementado para tal efecto.

Se tratan de lugares, que antes de la pandemia funcionaban como hoteles, hostales o residenciales y que cuentan con las condiciones necesarias para que, las personas derivadas, puedan permanecer aisladas al interior de sus habitaciones, en un lapso no menor a 14 días.

Vanessa Hidalgo Varas, coordinadora de las residencias sanitarias en Calama de la seremi de Salud, comenta que actualmente existen cuatro residencias en Calama y una en San Pedro de Atacama.

Explica que este tipo de recintos no sólo cumple la función de aislar a los pacientes infectados, sino que también brindarle alimentación, cuidados clínicos y apoyo social.

En este sentido, Hidalgo señala que junto con el personal con el que cuenta cada residencia, también trabaja un equipo multidisciplinario del área de la salud integrado por terapeutas ocupacionales, quienes son los administradores de los recintos, además de sicólogos, nutricionistas, enfermeros, técnicos en enfermería (tens), asistentes sociales, matronas y médicos.

En cuanto a las habitaciones, Hidalgo comentó que todas cuentan con baño privado, televisión por cable e internet WiFi y que la estadía es gratuita en todas las residencias.

También destaca que no existe discriminación sobre si el paciente es chileno o extranjero o si vive en una villa o campamento. Además hay residencias que permiten que estén madres con sus hijos en una misma habitación, o adultos mayores con sus cuidadores, así como también recintos habilitados para personas con discapacidad física o movilidad reducida.

Atención

Los pacientes que deben permanecer aislados en estas residencias reciben las cuatro comidas diarias, empezando por el desayuno, el que se sirve entre las 8 u 8.30 horas.

Al mediodía es el turno del almuerzo, a las 17 horas es el momento del té u once y a las 20 u 20.30 horas la cena. Todos estos alimentos se dejan en la puerta de las habitaciones, de manera que no haya contacto directo entre los pacientes y las personas que trabajan allí.

En cuanto a los controles clínicos, Vanessa Hidalgo informó se realizan cada 12 horas, a veces se realizan tres o cuatro veces al día, dependiendo del paciente. Agrega que, en caso de que uno de los residentes se agrave, se traslade hasta el servicio de salud más cercano.

Además explicó que cada residencia cuenta con un plan de emergencia y evacuación, en caso de que se registre alguna emergencia como un incendio o un terremoto. También cuentan con un protocolo especial en caso de que alguno de los pacientes actúe de forma violenta o haga destrozos.

Limpieza

Pese a estar aislados, las habitaciones de los pacientes deben ser higienizadas diariamente. Para ello también existe un protocolo especial en el que el paciente debe permanecer en el baño, a puertas cerradas, mientras se realiza la limpieza del lugar y viceversa.

En cuanto a la ropa, se les pide a las personas que lleven muda para todos los días que estarán en cuarentena, puesto que si bien en algunas residencia existe el servicio de lavandería, es excepcional.

"Celebré mis 70 años en la residencia"

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Daniel Núñez Montalván dice que, su estadía en la residencia sanitaria de San Pedro de Atacama, será una experiencia que nunca olvidará, sobre todo porque tuvo que pasar su cumpleaños número 70, aislado en su habitación y conformarse con un saludo familiar que le realizaron a través de una videollamada.

Explica que aún no tiene claro cómo fue que se contagió y como es un paciente asintomático, solo supo que estaba enfermo tras practicarse un test PCR. Allí se determinó que debía aislarse en la recién inaugurada residencia sanitaria del poblado, para sí evitar contagiar a su esposa y su nieto.

"Me llevé libros para poder ocupar bien el tiempo libre, porque tenía todo el tiempo del mundo, generalmente estaba leyendo, estaba con el celular, veía un poco de televisión , Netflix, todo eso me ocupaba mi tiempo y recibía hartos llamados de amigos y mi familia".

Núñez dice que al estar en confinamiento una de las cosas que más extrañó fue el sol, puesto que si bien tenía ventanales en la habitación, habían árboles que bloqueaban la luz.

Finalmente agradece este tipo de instancias, pero recalca que "hay que tener la predisposición para poder estará en un lugar donde no va estar en contacto físicamente con su familia".

"Llegué a esta residencia el 6 de junio"

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Luis Jorquera (70) años, trabaja como guardia en María Elena. Tras sentirse mal por cinco días decidió llamar al consultorio de la localidad salitrera para pedir que lo trasladarán a alguna de las residencias sanitarias.

Fue así como llegó el 6 de junio al recinto que el municipio de su poblado habilitó en Calama, donde permaneció casi dos meses luego que el jueves pasado (20 de agosto), le dieran el alta. "Esta experiencia es extraordinaria, yo no se a quién se le ocurrió, pero es muy fundamental esta residencia para que la gente no siga infectando"

Cuenta que en los casi dos meses de aislamiento se dedicó a escuchar música de la Nueva Ola y también a ver televisión, pues se declara fanático de las películas, el contacto con su familia era solo por celular.

Dijo que afortunadamente no se sintió deprimido o desesperado por salir, "uno tiene que hacerse la idea de que si está enfermo no puede salir porque puede contagiar a otras personas".

Jorquera estaca la atención del personal de la salud, "que estuvo siempre preocupado de mi estado y de que mejorara" y aprovechó para agradecer a Brisa Araya, directora del consultorio y al alcalde de María Elena.

luis Jorquera rodríguez, residencia sanitaria para habitantes de maría elena.

"Veía tele, hacía sopa de letras, pero igual me aburría"

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Tras practicarse un examen PCR durante los operativos de testeos masivos que se realizaron en el sector de los campamentos y barrios transitorios de Calama, Isabel Fernández salió positivo y tuvo que dejar a sus tres hijos y su pareja para realizar una cuarentena en la residencia sanitaria que se ubica en el Hotel Modular.

Su casa, que se ubica en el barrio transitorio de Quetena, no cumplía las condiciones mínimas para el aislamiento, por lo que inmediatamente fue derivada para allá.

Fernández cuenta que hubo días en lo que se sintió mal e incluso se desvaneció, "perdí el conocimiento, dicen que estaba como delirando, gracias a Dios la enfermera, las auxiliares estuvieron atentas y me estabilizaron, estaba mi presión altísima", relata.

Para entretenerse Isabel cuenta que veía televisión con cable, sin embargo ello no era suficiente por lo que le pidió a su pareja que le llevara sus sopas de letras y el celular para jugar. Estas cosas no se las entregaba directamente, sino que a uno de los funcionarios de la residencia.

"Veía tele, hacía mis sopas de letras sin embargo, igual me aburría", señaló.

Isabel Fernández, residencia sanitaria hotel modular