"Mi gran orgullo es haber nacido en Chuqui"
ANTOFAGASTINIDAD. Héctor Manacá, artesano y patrimonio vivo de Chuquicamata.
Héctor "Tito" Manacá nació el 1 de enero de 1924 en Chuquicamata, es decir, cuando el histórico campamento minero tenía menos de una década de vida.
A sus 96 años, Manacá guarda los mejores recuerdos de este lugar, el cual sólo abandonó cuando en 1946 se casa con la copiapina Miguelina Molina, con quien, debido a las reglas de convivencia que existían en Chuqui, tuvo que trasladarse a Calama.
En 1994 don Tito fue nominado a la Mazorca de Oro por su amor y entrega al servicio de Calama, obteniendo el 2° lugar, y en 2013 es reconocido como "Patrimonio cultural vivo de Chuquicamata" por la Corporación de Cultura y Turismo.
Su amor por el campamento se expresa en minuciosas maquetas que construye con sus propias manos y guarda como un tesoro en su casa.
¿Qué significa para usted haber nacido en Chuquicamata, se siente orgulloso de sus raíces?
- Para mí significa un orgullo haber nacido, trabajado y haber hecho mi familia en Chuquicamata. Yo nací allá el año 1924, conocí Chuquicamata cuando no había luz, no teníamos agua potable, ni servicios higiénicos, no teníamos nada. Conocí Chuqui cuando recién estaba empezando a tirar para arriba, como se dice.
¿Cómo recuerda su infancia en el campamento?
- Mire, mi infancia fue muy feliz, a pesar de la pobreza que había en esos tiempos. Nosotros éramos pobres, los sueldos eran de 20 pesos diarios, no había regalías de luz, agua, nada, teníamos que alumbrarnos con velas, lámparas, en fin. Sin embargo, éramos felices, jugábamos, nos entreteníamos sanamente, no había vicios de ninguna clase. Nosotros teníamos entretenciones sanas, por ejemplo: había brigadas de boy scout, yo pertenecí a una de ellas desde los 7 años. También fui miembro de la banda. Jugábamos a la pelota, con pelota de trapo y no habían vicios, no había malas intenciones.
¿Cuáles fueron los momentos más importantes que vivió en ese lugar?
- Para mí los momentos más importantes en Chuqui fueron haber entrado a trabajar a la empresa; después, haber formado mi familia, haberme casado y haber vivido allá. Después que me casé no pude seguir viviendo ahí, porque en esos tiempos no habían casas para los recién casados, así que nos fuimos a vivir a Calama.
¿Cómo se le ocurrió la idea de construir maquetas de Chuqui?
- Primeramente, mi señora no era de por acá, era de Copiapó, pero le gustaba mucho Chuqui. Un día me preguntó si yo podía construirle la plaza de Chuquicamata. Le hice la plaza con todos sus detalles y ella estaba muy contenta, entonces empecé a hacer las otras partes. Empecé a hacer las escuelas, el Club Chuqui, los teatros, la pulpería, en fin, todo lo que estaba en el centro de Chuquicamata.
¿Esa habilidad para hacer esos trabajos tan hermosos dónde y cómo la adquirió?
- Yo todo lo que sé hacer, lo aprendí solo, no tuve profesores, no tuve estudios de ninguna clase. En esos tiempos uno salía de 6° año básico y se acababan los estudios, a no ser que los padres lo mandaran a Antofagasta a los liceos.
Una vez que me casé, mi señora me empezó a incentivar, ella me pedía que le haga una cosa, que le haga otra, que le haga una pintura, en fin.
¿Qué piensa hacer con todas esas maquetas que ha coleccionado?
- Muchos me han ofrecido comprármelas, pero yo no las vendo, porque son recuerdos de mi campamento de Chuqui, de mi niñez. Tengo en mi casa un pequeño museo y ese museo lo tengo donado a mi hija mayor y mi nieta regalona. Yo el museo se lo regalé a ellas y de ahí no sale nada.
¿Cómo ha vivido estos meses de pandemia, recuerda haber experimentado algo así en sus 96 años?
- Nunca, nunca. La cuarentena es lo peor que he vivido en mi vida, le tengo más miedo a la cuarentena que al covid, porque yo jamás había estado encerrado, como estoy ahora sin hacer absolutamente nada. Yo por mí me fuera todos los días a mi casa a trabajar, pero las hijas no me dejan salir ni siquiera a la puerta, me tienen encerrado aquí. Ya son 5 o 6 meses desde que empezó el maldito mal este. Es lo más difícil que he vivido.
¿Qué es lo que más le gusta de vivir en este desierto tan árido?
- Para mí la belleza de estas tierras es la pampa. Yo trabajé en la salitrera y por allá no se ve ni siquiera un árbol, todo pura pampa, pura tierra, y para mí todo eso es una belleza.
¿Una persona que ha vivido tanto como usted, qué consejo le puede dar a las nuevas generaciones?
- A las nuevas generaciones les puedo decir que se mantengan bien, que no tengan vicios, porque los vicios matan a la gente. Yo a los años que tengo, no tengo nada, ningún vicio, mi vicio es estar en mi casa, haciendo las maquetas, haciendo una y otra cosa. Ahora que tengo tantos nietos y bisnietos, tengo que hacerle una silla a uno, un juguete a otro. Eso es lo que tengo que decirles, que no se metan en el vicio, que traten de hacer algo, si tienen afición de pintar, que pinten, que todo lo que puedan hacer sanamente, lo hagan.