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Organizaciones abordan la compleja situación de migrantes en la pandemia

SOCIEDAD. Mayoría trabaja en rubros que no están funcionando, por lo que están sin ingresos.
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La pandemia que enfrenta el país desde marzo ha generado efectos económicos en todos los sectores, y quienes trabajan en los más golpeados como comercio, turismo, hotelería y gastronomía lo viven con más fuerza.

Rubros en los cuales se desempeña un importante número de extranjeros y que actualmente viven una compleja situación, al igual que muchos ciudadanos en la región.

Por este motivo, varios ya han dejado el país ante la falta de ingresos y de una red de apoyo. Mientras que otros están a la espera de que se abran las fronteras para tomar un vuelo a su país.

Empleo

La jefa de la oficina regional del Servicio Jesuita Migrantes (SJM), Conchita de la Corte, indicó que un estudio realizado por la Fundación TECHO-Chile sobre los efectos de la pandemia COVID-19 en la población de campamentos, arrojó que el impacto laboral en el caso de los migrantes ha sido demoledor. 8 de cada 10 contaban con trabajo, previo a la pandemia. Ahora solo el 30% lo ha mantenido.

"Está siendo muy complejo este momento porque lamentablemente hay también personas en situación irregular, que vivían del trabajo que se hacía día a día, lo que no han podido realizar. Entonces, está muy complicado. Nosotros estamos atendiendo una gran cantidad de solicitudes de personas que ya no pueden mantener la vivienda en la que están, que no tienen para subsistir", indicó.

De la Corte agregó que en estos meses solo en Antofagasta han apoyado a más de mil familias. Y ahora, ayudarán por varios meses a 50 familias con el pago del arriendo y la entrega de cajas de alimentos, además del asesoramiento en trámites jurídicos para los que no tienen una situación regular.

El sacerdote jesuita Felipe Berríos, quien vive en el campamento "Luz Divina" en el sector de La Chimba, indicó que los extranjeros que viven en Chile, muchos de ellos "nuevos chilenos" , ya que llegaron con hijos recién nacidos o que nacieron en Chile, por lo que se proyectan en el país, se ven perjudicados por la difícil situación económica, pues ellos son los nuevos "pobres" de Chile.

"Son el sector que menos tiene oportunidades y redes de apoyo y muchas veces se les estigmatiza, como se ha hecho también con los chilenos que han vivido la pobreza", indicó.

Berríos agregó que la mayoría de los migrantes trabaja en el rubro de servicios, que ha sido el más afectado primero por el estallido social y luego por la pandemia y será uno de los más lentos en recuperarse.

"En el campamento hay mucha gente sin trabajo y que no tenía un empleo formal. Entonces, no han podido acceder a las ayudas gubernamentales, lo que dificulta más. Por eso hemos creado una libreta solidaria para apoyar a estas personas a conseguir alimentos, reponer gas o minutos de teléfono porque ciertamente están en una situación bastante difícil por la poca red de contactos y apoyo que tienen al venir de afuera", puntualizó.

Retorno

El presidente de la colectividad colombiana en Antofagasta, Benjamín Cruz, indicó que todavía se observan personas que quieren volver a su país. Y al pasar el tiempo, la crisis va aumentando desde el punto de vista económico.

"Van manifestando esa necesidad de regresar a su país para poder estar con sus redes de apoyo y familia. Y claro, hay ciertos sectores que son los más afectados. Por ejemplo, todos los que se dedicaban al área gastronómica como los garzones o los de hotelería, turismo o en productoras de eventos", indicó.

Cruz agregó que algunos se han logrado mantener a través de la Ley de Protección al Empleo, pero otros no trabajaban con contrato. Algunos están viviendo con el dinero que les queda del seguro de cesantía.

Recalca que muchos ya tienen decidido regresar a Colombia y que están a la espera de que se abran las fronteras para hacerlo y permanecer allá mientras dure la pandemia.

Vulnerables

El jefe de la oficina de Antofagasta de la Organización Internacional para las Migraciones, OIM, Víctor Flores, señaló que los efectos económicos del COVID-19 no hacen distinción de nacionalidad, lo que ocurre es que hay ciertas personas que se encuentran en una situación de mayor vulnerabilidad que otras.

Esto, relacionado primero por las condiciones de su relación laboral y el sector donde estaban trabajando. Como también si son migrantes que llevan un periodo extenso en el país, mediano o reciente.

"Probablemente genera situaciones de mayor vulnerabilidad el caso de personas que pudiendo ser migrantes recientes o incluso con un mayor tiempo de permanencia, pero que estaban trabajando de manera informal o en sectores que estando formalizados tenían poco tiempo de trabajo en ellos. En esos casos, sin duda que los efectos son mayores", declaró.

Pareja venezolana sobrevive pidiendo dinero en las esquinas de Calama

REALIDAD. Joven quedó cesante tras la pandemia y tuvo que optar por esta alternativa para reunir recursos puesto que su mujer está embarazada y dará a luz en dos semanas.
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En la esquina de las avenidas Balmaceda con Ecuador, una pareja de jóvenes espera la luz roja del semáforo para acercarse a los vehículos que transitan por allí pidiendo alguna moneda.

Como muchos de sus compatriotas que arrancaron de Venezuela, en busca de mejores oportunidades, pedir dinero es la única opción que tienen para obtener recursos que le permitan sobrevivir no sólo en un país extraño, lejos de sus familias, sin trabajo sino que también en medio de una de las pandemias más graves de la época moderna.

Yoelbis Díaz (20) y Francisca Sánchez (25), llegaron hace un año a Chile tras realizar una travesía de varias semanas, viajando desde Colombia a Perú haciendo dedo y luego viajar desde Perú en bus y quedarse en Chile.

Hasta los meses previos a la pandemia Yoelbis vendía artículos para el auto como desodorantes y paños para limpiar, en la avenida Chorrillos, pero se quedó sin trabajo y, con un hijo en camino, no tuvo otra opción que pedir dinero en las calles, mientras pueda conseguir algún otro trabajo.

"Yo ya estaba trabajando y todo, pero con la cuestión de la pandemia ya no he trabajado más, no he podido trabajar. Como mi esposa está embarazada, me ha tocado pedir. Si no, ¿cómo vamos a sobrevivir?", explica este joven venezolano.

Cuenta que cada peso que juntan lo utilizan para el arriendo de una pieza y para alimentación, gastos que se incrementarán en dos semanas más, cuando Francisca de a luz al primer hijo de esta pareja, "por eso salimos todos los días a pedir porque no tenemos otra alternativa para sobrevivir", explica Yoelbis.

Agrega que así como hay calameños de buena voluntad que los ayudan, también están aquellos que los discriminan, los cuestionan, los tratan de flojos y les dicen que se busquen un trabajo. "Un señor me dijo el otro día que me va a conseguir una pega, pero no sé, me dijo 'yo te voy a llamar', pero no me llamó, le di mi número de celular, pero no, todavía no me llamó", dijo.

Para Francisca este sería su tercer hijo, los otros dos se quedaron con la abuela en Valencia, Venezuela. Cuenta que se atiende en el consultorio central y que ya tienen coordinado la atención y el parto en el hospital de Calama. "Una asistente social nos ayudó y nos hizo el rut provisorio de Fonasa para que no le cobren nada cuando vaya a dar a luz en el hospital", comentó el futuro padre.

Tras el parto de su hijo, el que será un varón, esta pareja tiene pensado volver a Venezuela, pues indica que vivir en Chile no es lo que esperaba. "Se nos ha visto muy difícil aquí y con esto de la pandemia ya nos queremos ir", dijo Yoelbis e hizo un llamado a los calameños a que no los discriminen y que quienes pueda, los ayuden.