"No hay que bajar la guardia y dejar de usar mascarilla"
COMPROMISO. Gerrmán Álvarez Salas, gerente de Socoal, analiza la situación en tiempos pandemia.
Germán, hoy es el mayor del clan de la familia Álvarez Salas, conocida por ser propietaria de la empresa Socoal, encargada entre otras del retiro domiciliario de basura en Calama, compartió algunas reflexiones sobre la pandemia activa, y que a su juicio "nos golpeó fuerte. A todos, se llevó a adultos mayores, a otros que padecían enfermedades y que fue implacable con Calama, transversalmente todos conocemos a alguien o un pariente de una víctima por esta cruel enfermedad".
¿Cómo evalúa estos últimos meses y el impacto de la pandemia en Calama?
- Han sido complejos. Principalmente por la pérdida de vidas que tuvimos. Fueron días horribles, de mucha incertidumbre y que nos tocó con mucha fuerza acá. No es una evaluación positiva para nada. En lo personal siento mucho por aquellas familias que lamentan haber visto partir a un ser querido. Eso es lo que más pienso. Hay quienes deben estar aún pasándolo muy mal.
¿Cómo cree que resintió esta pandemia en el sector privado?
- Sin duda alguna impactó a todos. Es difícil decir cómo en cada rubro, pero afectó. En nuestro caso, principalmente porque hubo que adaptar medidas de trabajo que garanticen la seguridad de nuestro personal, que los trabajadores de todas las áreas y labores pudiesen sentirse seguros. El retiro domiciliario de basura es de primera línea como se dice, y en cuadrillas y equipos de traslado y extracción de residuos hubo que tomar medidas estrictas, súmese a ello cumplir con nuestros servicios. Entonces uno puede dimensionar lo que significó a otros rubros del sector privado. Esto ha sido tremendo.
En general son las autoridades sanitarias y civiles las que llaman al autocuidado, poco se escucha del sector privado.
- Bueno eso en parte porque es un rol importante el de las autoridades de sociabilizar las medidas preventivas y de resguardo que todos debemos tener. Pero es importante que todos, sintamos ese deber de cuidarse y cuidar al entorno en estos complejos instantes. Hoy estamos en fase Dos y se nos permiten ciertas libertades, pero también tenemos una oportunidad. Colaboremos y cuidémonos. Y esto es súper importante porque estamos en una etapa en que es donde debemos reafirmar nuestro compromiso con esas libertades. Esta pandemia nos trajo cambios brutales. Entonces es momento de colaborar, de no bajar la guardia de mantener el uso de mascarillas, lavarse las manos y de estas acciones hacerlas permanentemente.
¿Piensa en cómo habría afrontado su familia esta pandemia de estar vivo su padre?
- A veces lo pienso. Y hubiese sido complicado porque el papá era muy porfiado y activo. Pese a su longevidad siempre estuvo lúcido y no abandonó algunas de sus actividades cotidianas. Mantenerlo encerrado hubiese sido complejo. Pero creo que también tuvo suerte de no vivir una crisis tan compleja. Lo digo porque conozco familias amigas de años, personas maravillosas que partieron antes de tiempo por culpa de este virus. Y pienso también en aquellas familias que aún sienten esas pérdidas. Es muy triste todo esto.
¿Hay algo que esta pandemia le haya quitado y no recuperará?
-En lo personal creo, y que también afectó a muchísima gente, el poder estar con nuestros seres queridos. Eso no se recupera. Yo vivo con uno de mis hijos acá en Calama y tengo otros en Santiago, y el estar lejos de ellos el no poder verlos y estar acompañándolos es algo que lamentamos todos. Ese tiempo que nos quitó esta pandemia. Pero si queremos verlos y estar con ellos pronto hay que mantener el autocuidado. Eso lo debemos tener claro todos.
¿Estamos atravesando la peor crisis no sólo mundial sino a nivel local producto de esta pandemia?
-De eso no cabe duda. Ha implicado la gravedad de que muchas personas murieran en cosa de días. No ha habido una crisis tan seria, tan compleja y cruel como la que hemos vivido en estos últimos cuatro meses. Yo lo siento como chuquicamatino, pero como calameño también. Estamos en una ciudad que ha sido muy generosa con nosotros, y con tantos otros. Y claro que nos preocupa Calama y su gente, el impacto y agresividad del virus nos aisló, nos obligó a confinarnos como nunca antes en la historia de una ciudad que se caracteriza por ser pujante.
¿Cómo se imagina a Calama post pandemia?
-Es una pregunta compleja en medio de tanta incertidumbre que ha generado esta enfermedad en todo el mundo. Pero espero que sea con un futuro optimista, de avances y también que nos lleve a pensar y también a ver la vida con más ganas que nunca. Esta pandemia cambió todo lo que antes hacíamos con normalidad. Ahora es tiempo de ir pensando cómo podemos mejorar y sobre todo colaborar en un futuro mejor, que nos permita retomar algunas libertades. Otros temas podrán ser analizados exhaustivamente, pero que también nos trae la oportunidad de pensar que somos frágiles, pero también podemos lograr cosas importantes y reponernos. Pienso en ello porque creo en la fortaleza de los habitantes de esta Calama y de toda la región.
¿Su opinión sobre lo primordial en estos momentos para la comunidad?
-Ante todo que seamos muy respetuosos de todas las medidas sanitarias, y que las reforcemos. Eso es clave y nos llevará a seguir mejorando. Pero que haya colaboración por parte de cada sector de la comunidad. Esto ya nos demostró que puede ser complejo y muy duro. Entonces es ahora cuando debemos ser responsables, pensar en el de al lado y bueno en nuestras familias. Esto es súper importante, porque en la medida que cada uno sienta esa y cumpla con esa responsabilidad, podemos mejorar y sobrellevar meses tan complejos, y que nos afectaron tanto en todo sentido.