"Fueron días de bastante incertidumbre para todos"
IMPACTO. Mónica Palacios, presidenta del Barrio Comercial Latorre.
Para nosotros como comerciantes del sector centro fueron días muy complejos. No podíamos trabajar. A las tres o cuatro de la tarde comenzaban las protestas y no se podía trabajar. Aparte de los gases que quedaban en suspensión, y que se mantuvieron por muchas semanas. El olor de las lacrimógenas se metía por cualquier parte, el susto permanente de que comenzaban las escaramuzas . Una estaba muy asustada porque pasaban personas arrastrando palos por los muros y los cierres de metal.
Fuimos testigos además de cómo el vandalismo se apoderó de la demanda social. Vimos por ejemplo cómo los desórdenes contra locales comerciales se efectuaban sin contemplar el daño que eso significó para muchas personas que se vieron afectadas en sus fuentes laborales aun compartiendo el sentido de fondo del descontento. Fue muy contradictorio también porque yo en lo personal también quiero un cambio. Pero no fue la forma. Eso generó un tremendo daño a muchas personas porque ellas tienen en esta actividad su fuente de ingreso e incluso muchas deben competir en desigual condición con el retail por ejemplo, y que pese a todo se mantienen en pie, pero lo del pasado 18 de octubre nos pegó, y fuerte.
Organización
Si hay algo que nos dejó en limpio el estallido social en Calama y su impacto, es que durante esos días tuvimos una organización con los vecinos que nos permitió por ejemplo evitar robos saqueos de los grupos violentistas. Nos organizábamos para efectuar rondas en vehículos durante la noche. Tras el primer mes de protestas e inestabilidad, y debido al cansancio que teníamos por no poder dormir bien debido a que muchos vecinos y locatarios decidieron, incluso yo, de pernoctar en los locales ante el temor de que fueran saqueados o robados. Después, nos coordinamos y hacíamos las rondas y también vigilábamos otros locales.
Por otra parte mi preocupación estaba con mis trabajadores. Al iniciarse esta ola de protestas y descontentos y manifestaciones, les dije que se fueran a sus casas. Pero tuve la suerte y también la comprensión de ellos, que en ningún momento me dejaron sola. Tengo esa tremenda suerte de tenerlos, porque entendiendo los riesgos y también las complejidades, el no poder atender bien, o hacerlo pensando en que en cualquier momento entraban y te dejaban la escoba, ellos me acompañaron siempre y demostramos que somos un equipo. También de mis vecinas y vecinos locatarios, porque nos dimos cuenta que en eso y en otras cosas juntos podemos hacer hartas cosas.
En lo personal creo que fueron días de bastante incertidumbre para todos. El impacto que tuvo en la capital no demoró mucho en llegar acá. Tras el 18 de octubre del año pasado comenzó una incertidumbre que se vio aumentada aún más con la llegada de la pandemia. Creo a veces que aún la hay, y espero que empecemos a despejar esas dudas.
Desde esa época además que arrastro una enfermedad producto de los nervios. Partió con lo del estallido social, y que tuvo un impacto que duró meses, porque tras ello hubo que levantarse y no todos podían hacerlo al mismo tiempo. Nosotros somos pequeños empresarios y emprendedores que en muchos de los casos no gozamos de un préstamo bancario porque no calificamos por una serie de variables; tampoco podemos acceder a beneficios estatales porque hay ahí también otras calificaciones que no todos tenemos. Entonces vivimos con lo obtenido en el día a día y esa época nos afectó mucho.
Espero que a un año de lo ocurrido en octubre pasado, hayamos reflexionado. ¿Era esa la forma? Creo que muchos pensamos que no. Y que la violencia desbordó a los que queremos mejoras y un país más justo. Obviamente nos impactó a todos, de una u otra forma, con mayor o menor intensidad, pero creo que nos golpeó para bien o para mal. Yo aspiro a que todos tengamos justicia social y de verdad logremos una sociedad más equitativa, espero también que ello no sea a través de esas formas que vimos. Ojalá hayamos aprendido y que este estallido social nos haya servido para mejorar, y también para que la violencia no se vuelva a repetir en Calama y en su gente.
"Fuimos testigos además de cómo el vandalismo se apoderó de la demanda social. Vimos por ejemplo cómo los desórdenes contra locales comerciales se efectuaban sin contemplar el daño que eso significó para muchas personas que se vieron afectadas en sus fuentes laborales"
Mónica Palacios, Empresaria, Mónica Palacios,, Empresaria, Pdta. Barrio Comercial Latorre