"No eres el enemigo, solo estás haciendo tu pega"
COMERCIO. La empresaria Karen Navas y su local, cerrado después de 13 años, quedaron en la "primera línea" de las protestas.
Karen Navas, empresaria,, dueña de Plaza Club
"Cuando comenzó el estallido éramos siete personas y trabajábamos de lunes a sábado y no te esperas de la noche a la mañana estar en el ojo del huracán, estar en la primera línea de la violencia, de la rabia, de gente que rompe lo que encuentra y que amenaza con quemarte el local, cuando tú no eres el enemigo, solo estás haciendo tu pega", repasa sobre esos días Karen.
"Lo que más me impactó fue tener que salir corriendo con los chiquillos, porque nos obligaban a cerrar y eso fue lo que más miedo me dio, porque además tú ni siquiera sabes con quién estás hablando, porque son encapuchados. Entonces tú no sabes si puedes volver, porque el escenario no te acompaña", confiesa la empresaria que la segunda quincena de marzo cerró su local.
En esos primeros días y semanas, recuerda, debió abrir y cerrar constantemente porque "no era viable" mantener abierto, pero que una vez que las movilizaciones bajaron en intensidad, sí pudo abrir con más regularidad, pues las protestas se fueron centrando en los fines de semana. Aunque esos días son, precisamente, los más fuertes para su rubro.
"En ese periodo volvimos a reencontrarnos con nuestros clientes, pero de todas maneras fue difícil, porque es un negocio chico y los negocios son negocios cuando suman y si restan... Ahora si quisiera retomarlo tendría que pedir créditos, aportes, pero es un riesgo, porque si abro, contrato gente, adquiero compromisos económicos y la venta no te da porque no puedes abrir, porque la plaza está otra vez bloqueada", se pregunta Navas.
"El Plaza lo llevo en el corazón, porque es como un hijo, es un proyecto personal, pero no quiero tomar decisiones ahora, hay que ser súper cautelosos, porque ya no tengo recursos para poner en el negocio y fracasar, porque está muy difícil mantener el buque a flote, con todas las responsabilidades que implica el arriendo, las cuentas, los sueldos", añade Karen, quien en el último año debió gastar sus ahorros para seguir adelante y destinar su devolución de impuestos en pagar los temas pendientes.
"Extraño el Plaza y creo que también los clientes, porque son hartos años y Calama es una ciudad chica y hay círculos, hay una comunidad, además cuando lo instalamos encontrábamos que no había un lugar totalmente grato que estuviese en la plaza, porque Calama siempre está visualizado desde las schoperías y el Plaza era un lugar para compartir con los amigos, tertuliar, conversar, porque el centro es tan bueno, por el clima, para tener vida intermedia en las tardes, y no hay bulevar ni terrazas", analizó la emprendedora sobre su negocio de calle Sotomayor.
Y si bien ve con buenos ojos la pobilidad de abrir las calles para el comercio, como lo postulan los gremios y el municipio, y de lo que ya hay experiencia de años anteriores; sigue siendo cauta a la hora de proyectar una eventual reapertura de Plaza Club.
Sobre lo que se viene, específicamente la votación del próximo domingo que surge a partir de las movilizaciones sociales, Navas opinó que "uno tiene una responsabilidad, un deber cívico y si queremos cambios concretos tenemos que participar. Creo que ahora es el momento, tenemos que informarnos y ser partícipes, porque tenemos que generar una nueva constitución. Me tocó, es difícil separar las cosas, es un tema, pero fue el momento y trato de entenderlo así".
"Lo que más me impactó fue tener que salir corriendo con los chiquillos, porque nos obligaban a cerrar y eso fue lo que más miedo me dio, porque además tú ni siquiera sabes con quién estás hablando, porque están encapuchados".
Karen Navas, Arquitecto y empresaria
No hay duda en que la plaza 23 de Marzo ha sido el centro neurálgico de las manifestaciones sociales en Calama, donde un grupo de comerciantes quedó literalmente en la "primera línea" de las protestas que comenzaron el 18 de octubre de 2019. Entre ellos la arquitecto y empresaria Karen Navas, dueña del reconocido bar restaurante Plaza Club, que tras los efectos del estallido social primero, y la pandemia por el covid-19 después, bajó sus cortinas tras 13 años de trabajo ininterrumpido.