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Defensas Penales Especializadas

"La pandemia no nos paralizó, sólo nos impuso desafíos a los que hemos hecho frente día a día". Golda Barrientos Bellone, Psicóloga de la Unidad Penal Juvenil Defensoría Penal Pública
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La Defensoría Penal Pública, desde su creación, ha enfocado su rol a brindar una defensa de alta calidad profesional con irrestricto respeto por la dignidad humana, derechos e intereses de todos sus representados. En este ámbito, ha sido capaz de visualizar de forma innovadora que, para el óptimo desempeño de alta calidad, debe abordar las particularidad y necesidades que convergen en sus representados, de ahí surgen las "defensas especializadas" en todo el territorio nacional.

Actualmente, la defensa opera transversalmente con enfoque de género, que implica hacerse cargo del reconocimiento del principio de igualdad ante la ley para que la diversidad siga una lógica de resguardo. De igual forma, en los últimos años, se ha avanzado en el diseño de políticas institucionales en que la salud mental de imputados y condenados sea un foco de atención.

Asimismo, desde 2003 se sentaron las bases de las unidades especializadas con la creación de la defensa indígena. Posteriormente, en 2007 surge la defensa penal juvenil que asumió el desafío de la Ley 20.084 a través de equipos multidisciplinarios. Posteriormente, se inició el trabajo intramuros con los equipos de defensa penitenciaria y, en 2017, en la región de Antofagasta, surge el primer equipo a nivel país de defensa de personas migrantes y extranjeras.

En este ámbito de incansable trabajo, la actual pandemia del coronavirus ha provocado impacto y consecuencias sin precedentes en gran parte de la vida de las personas; afectando también a las cárceles, lo cual llevó a diferentes instituciones a tomar diversas medidas para proteger la vida y la salud de todas las personas que están privadas de libertad y quienes desempeñan funciones en recintos carcelarios.

De forma colaborativa las distintas unidades de las defensas especializadas de la región han ido generando iniciativas y proyectos en pro de revertir el aislamiento al que ha obligado la crisis sanitaria. Así, la unidad de defensa Indígena se encuentra ejecutando en la cárcel de Calama un curso de lenguas originarias; la defensa penitenciaria desarrolló talleres de temática feminista y derechos humanos, con conexión simultánea a siete penales del país. Además, está próximo a ejecutarse un taller costura en los penales de Calma y Tocopilla, para hombres y mujeres.

La pandemia no nos paralizó, sólo nos impuso desafíos a los que hemos hecho frente día a día, vislumbrando las grandes oportunidades, que requieren unidad. Debemos trabajar colaborativamente entre diversas instituciones, empresas y junto a la sociedad civil en la co-construcción de una sociedad mejor y más justa en materia de derechos; siendo la reinserción social integral un pilar importante en la creación de una sociedad más equitativa, especialmente en aquellas personas privadas de libertad.

Innovación para la recuperación

"Hay espacio para la recuperación económica, en que debe confluir el esfuerzo permanente de nuestra MiPyMe y la comunidad".
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La publicación de los resultados de la Encuesta Nacional de Empleo, del trimestre móvil junio-agosto del 2020, da cuenta que en 12 meses hemos aumentado en 5,3 puntos porcentuales la tasa de desocupación, llegando al 12,9 por ciento, explicado por la reducción de la fuerza de trabajo y del número de ocupados. Si consideramos la fuerza de trabajo potencial, que corresponde a aquellas personas que salieron de la fuerza de trabajo y no están buscando fuente laboral, pero están disponibles para trabajar, la tasa de desocupación combinada de desocupación y fuerza de trabajo potencial alcanza a 29 por ciento, afectando principalmente a las mujeres. La explicación a estos resultados, según las respuestas de los entrevistados en la encuesta, es que es producto de la pandemia COVID-19.

Sin embargo, es posible visualizar una lenta e incipiente recuperación del empleo, de acuerdo con el último reporte del Centro de Encuestas y Estudios Longitudinales de la Universidad Católica, que indica para septiembre la creación de 124 mil nuevos puestos de trabajo, con respecto a agosto, lo que sin duda es respuesta al desconfinamiento de la población, como medidas sanitarias de gradualidad hacia la normalización del funcionamiento.

Un sector que responde rápidamente a las actuales condiciones de funcionamiento social, económico y productivo, es el empleo por cuenta propia o independiente, en que la capacidad de emprender, innovar y responder al contexto es más efectiva, por tamaño y capacidad de adaptación. Sin dejar de considerar que un número importante de personas que han perdido el empleo han visto en esto la oportunidad para generar empleo.

No es desconocido el impacto que esta crisis ha implicado para toda la estructura de pequeñas y medianas empresas, quienes han debido reinventarse en los bienes y servicios ofertados, los canales de comercialización ocupados y la oferta de valor que proponen, para diferenciarse y captar esa demanda que no tan sólo busca satisfacer una necesidad, sino que valores como oportunidad, calidad, seguridad sanitaria y precio competitivo. Y así, podemos encontrar un importante número de ejemplos que no tan solo han continuado operando en confinamiento, sino que han variado la oferta, incrementado clientes y sus ingresos. Entonces, la innovación ha sido el factor competitivo que les ha permitido permanecer y crecer, haciendo uso de las oportunidades que se han presentado.

Cuando invitamos innovar, lo primero que debemos tener presente es que no es privativo para grandes organizaciones y desarrollos científicos y tecnológicos sofisticados, sino que lo importante es que sea algo nuevo que aporta valor al negocio que debe ser percibido por cliente, es decir, tiene una expresión económica, en una de las áreas, ya sea de producción, comercialización, marketing y/o la misma organización, áreas de permanente desarrollo de cualquier empresa, por pequeña que sea. Todo acompañado del conocimiento que va acumulando el empresario que le permite visualizar oportunidades que se presentan en el mercado, desarrollar rediseños que le permitan expandirse, ser un transformador del mercado o definitivamente abrir nuevos mercados, siempre con una mirada a lo local, que será tema de nuestra próxima conversación.

Hay espacio para la recuperación en que debe confluir el esfuerzo permanente de nuestra MiPyMe y la comunidad toda que asume responsablemente las medidas sanitarias.

Alejandra Alvarez

Gerente Corporación Proloa

Otra vez la violencia en las calles

Resulta decepcionante saber que una minoría cause tanto dañe y empañe una demanda legítima. La democracia exige encontrarse y dialogar. Además de un gobierno sobrepasado y policías cuestionadas, tenemos una clase política, en especial parlamentaria, que no da el ancho para el momento. Con razón son los peor evaluados.
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Casi como una pesadilla o un deja vu, el país vivió nuevamente una jornada de violencia extrema, esta vez en medio de la pandemia de coronavirus; todo por el recuerdo del 18 de octubre, fecha inicial del estallido social.

No hay nada sorprendente en esta escalada. Casi todas las movilizaciones han concluido con refriegas con la policía uniformada, saqueos, incendios y ataques al comercio. ¿Alguien podría sorprenderse? Muy lamentablemente ha sido imposible erradicar las manifestaciones de los hechos delictivos, a pesar de que se trata de grupos pequeños.

No puede culparse a la mayoría, sin duda, pero habrá que aceptar que entre estos movilizados se suman grupos de corte anarquista y delincuentes que se escudan en este fenómeno para hacer lo suyo: robar.

Más preocupante es lo ocurrido con círculos que desprecian la democracia, cuya única exigencia es el sometimiento al diálogo y el abandono de la violencia como herramienta para imponer sus propias visiones. Eso parece extraviado por un segmento que no entiende esto, que sigue embebido en una suerte de espíritu seudoliberador y una clase política ausente, incapaz de hacer entender a la ciudadanía de qué se trata la vida en sociedad y democracia: no la educa, no le pone bordes.

Peor aún, su inconsciencia e ingenuidad puede resultar fatal para los próximos años donde la aceptación de la violencia como método posible sigue validándose. Debe recordarse que el último Barómetro Regional dio cuenta que gran parte de la población parece darle crédito a esta opción cuando se trata de avanzar en sus demandas.

La jornada del domingo fue triste y lamentable, con templos destruidos, comisarías atacadas, pequeños comercios agredidos y, en general, una comunidad dividida hasta niveles peligrosos.

El asunto es muy complejo para adelante. Si caemos en el relativismo de justificar estos hechos, estamos dando una puñalada artera a un modelo de convivencia que siendo imperfecto, es el mejor que tenemos disponible.

La democracia y la libertad mueren desde dentro.