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Desarrollo del plebiscito

La opinión y acción de las mayorías, con respeto a las minorías mediante la conversación, es la forma en que debemos conducirnos. El evento del domingo lo es. Un desafío es encontrarnos, quizás el principal, el segundo es tratar de conectarnos con el mundo y sus transformaciones, porque de eso dependerán las siguientes generaciones.
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La jornada del próximo domingo 25 de octubre es histórica y debe entenderse como el hito más relevante de los últimos años, entendiendo que se trata de un proceso electoral democrático, que es como deben ser encausados los problemas alojados al interior de sociedades como la nuestra.

Es cierto que el 18 de octubre es una fecha muy relevante, pero lo será mucho más este evento donde la ciudadanía podrá decidir si quiere mantener o cambiar la constitución y qué mecanismo considera el adecuado para ella. Es decir, son dos las decisiones: aprobar la confección de una nueva Carta Magna o mantener la actual y, en segundo término, proponer una convención mixta (50% de parlamentarios y 50% de constituyentes elegidos para ese objetivo) o derechamente el 100% de constituyentes, sin presencia de congresistas.

La participación en el proceso es fundamental, toda vez que da validez a una cuestión política fundamental, lo que dará pie a un debate que necesariamente, sea cual sea el caso, debe tener racionalidad y respeto.

Es triste el momento nacional, mucho más que por las crisis del estallido y la pandemia, por la división enorme entre los chilenos. Muchos no parecen ver grises, sino "blancos y negros", "malos y buenos", como si la vida fuera decisión de apenas dos caminos. Una y otra vez, la existencia nos muestra que es más poderosa que los planes individuales y colectivos de las personas. El covid-19 es un ejemplo.

Ciertamente estas discusiones traen incertidumbre y dudas, lo han vivido todos los países que entraron en ese debate, fenómeno que será repetido por otras disrupciones en pleno desarrollo: el impacto del medioambiente, la hegemonía china, la robotización, los avances en salud, entre otros. Todas alterarán los espacios culturales en los que nos movemos, mucho más que posibles constituciones, actuales o nuevas.

Un desafío es encontrarnos, quizás el principal, el segundo es tratar de conectarnos con el mundo y sus transformaciones, porque de eso dependerán las siguientes generaciones, es decir, de cuán robusta sea nuestra sociedad para enfrentar el cambio de época y malestar que vivimos y habitaremos por muchísimo tiempo.

Engancha tu carro a una estrella

"Que nuestras relaciones humanas, se fundamenten en la comprensión y el respeto mutuo, en el afecto puro, en la reciprocidad, en la tolerancia".
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Pero no se trata simplemente que al enganchar nuestros carros a las estrellas, pretendamos creaciones o descubrimientos científicos, revelaciones religiosas o planteamientos políticos, sociales; no, tengamos un objetivo más directo y real; que el enganche signifique la presencia de la luz, en los actos sencillos de nuestra vida cotidiana; dar una dirección, un sentido, una proyección a nuestra existencia.

Superar lo pedestre , la rutina , lo mediocre y mirar más allá de lo inmediato, para poner bondad, amor, sublimación, en cada minuto, en cada etapa, en cada posibilidad, en cada recodo de nuestra acción de todos los días. Y aún si la injusticia o la incomprensión o el fracaso, constituyen nuestra moneda circunstancial, devolvamos tales actitudes con una sonrisa que emane de lo más profundo de nuestra conciencia y que pase delicada, por el tamiz de nuestro corazón. Coloquemos una flor, en el páramo; una mano suave ante el aguijón; y un gesto tierno, frente a la hosquedad.

Que enganchar nuestro carro a una estrella signifique valorar la relación humana, cultivar un jardín interior y darle una perspectiva noble y digna a nuestra vida. Sensibilicemos nuestro paso por estos valles temporales; apreciemos la belleza a través de la armonía y delicadeza de formas y colores: del paisaje , de la bóveda celeste y de la plástica creadora. Sintamos la religión como la elevación de nuestro pensamiento y como la entrega en amor a nuestros semejantes. Que nuestras relaciones humanas, se fundamenten en la comprensión y el respeto mutuo, en el afecto puro, en la reciprocidad, en la tolerancia.

Que ante la ciencia, tengamos siempre una actitud que valore el denuedo y tesón de quien lucha por resolver enigmas o misterios de la realidad; una mente siempre bien dispuesta para la verdad, la ley, el principio.

Que enganchar nuestro carro a una estrella representa captar el brillo permanente de esas formas éticas superiores llamadas valores o incorporar definitivamente la justicia y la verdad, el bien y la libertad, lo sublime y lo bello, a nuestras constelaciones interiores, para que ellos guíen, cada pensamiento, cada intención, cada iniciativa, de nuestro ser.

Es complejo y arduo arribar las metas que insinuamos; no siempre es tan sencillo enganchar nuestro carro a una estrella. Mantener la dirección y el ritmo; pero por ello rechazamos la invitación emersoniana; al contrario, redoblaremos nuestros esfuerzos y tendremos siempre presente el adagio latino, "per aspera ad astra"- que quiere decir " a través del esfuerzo, el triunfo".

Arturo Mardones Segura,

Rotary Club Chuquicamata

Violencia, democracia y plebiscito

"Soy de los ciudadanos que no caigo en la ingenuidad de aquellos que tibiamente rechazan la violencia ". Daniel Guevara, Abogado
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Soy de los ciudadanos que comparte la necesidad de un nuevo ciclo político donde Chile sea un país con mayor descentralización política y tributaria; Participación equitativa en los beneficios del desarrollo nacional a sectores postergados o insuficientemente incluidos como las mujeres; adultos mayores o pueblos originarios, o un Estado que siguiendo el ejemplo de ENAMI o CORFO, promueva una mayor progreso en las PYME de Chile.

Soy de los ciudadanos que en lo político he participado en todas las elecciones desde el retorno a la democracia, votando muchas veces por candidaturas alternativas al duopolio de los últimos 30 años, y he visto que, con "subes y bajas", Chile es un país que ha progresado en cobertura educacional y sanitaria; desarrollo de infraestructura y vivienda; ingresos promedio de las familias y también incluso en la reducción del indice de desigualdad social, insertándose en el mundo como un país respetado.

Soy de los ciudadanos que en lo personal ha participado en el servicio público, como asesor legislativo en el Congreso Nacional; Seremi de Bienes Nacionales en Antofagasta; Consejero de la Corporación Administrativa del Poder Judicial; profesor universitario en la UA, UCN y PUCV, o bien como ministro presidente del recientemente creado Tribunal Ambiental con Jurisdicción en la Macro zona Norte (2017-2019).

Soy de los ciudadanos que pudiendo, no vivo entre la élite santiaguina, sino que he decidido aportar con mi trabajo y conocimiento desde el territorio del Desierto de Atacama. Incluso he estado disponible con recursos fundamentalmente propios, a postular y representar a los ciudadanos en el Senado, o bien como ahora, a promover futuro a través de Constituyentes del Norte con programas que unen voces distintas.

Soy de los ciudadanos, que han tenido el privilegio de participar como observador electoral -del Centro Carter-. en el Venezuela de 2004 en el Referéndum Revocatorio del entonces Presidente Hugo Chávez (QEPD), y apreciar que luego de haberse afirmado en el poder y hasta ahora, se ha ido generando un brutal deterioro de las instituciones de justicia, democracia y con ello también seguridad pública y progreso, convirtiendo al país que quizás sería el primero de América Latina en asomar post Guerra Fría como una potencia mundial, a ser hoy una sociedades empobrecida y con una diáspora de sus habitantes.

Soy de los ciudadanos que con 30 años de vida cívica, no caigo en la ingenuidad de aquellos que tibiamente rechazan la violencia en las calles de Chile, pero luego acusan constitucionalmente al ministro del Interior o al intendente encargado de restablecer el orden público, o piden la renuncia del director General de Carabineros.

Soy de los ciudadanos que RECHAZA la violencia de un (CAE) de 35% anual, como tasa de interés legalizada para casas comerciales o también que un profesor trabajador toda su vida, reciba una pensión AFP menor al sueldo mínimo, pero también RECHAZO la quema de Iglesias como atentado a la Libertad Religiosa y al Patrimonio Cultural.

Soy de los ciudadanos que a pocos días del Plebiscito, estoy en reflexión sobre cuál es la mejor decisión para el futuro de Chile, pues quiero lo mejor para la Patria.