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Programa de salud mental beneficia a 125 pacientes en la región

PANDEMIA. Hasta el 88% de los usuarios ha presentado una mejora sintomática.
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Tras dos meses de funcionamiento el programa "Yo cuido Mi Salud Mental", una red de apoyo psicológico gratuito que busca entregar a los habitantes de la región herramientas y atender a las necesidades emocionales asociadas a la pandemia, dio a conocer resultados preliminares de la iniciativa, destacando que un alto porcentaje de los beneficiarios han experimentado una notable mejora en su estado emocional.

Peor ánimo que antes, más dificultades para dormir, sensación constante de agobio, incertidumbre y tensión, es parte de lo que acompaña a un gran sector de la población en medio de la epidemia del coronavirus.

Por lo mismo, esta iniciativa impulsada por Creo Antofagasta junto al Gobierno Regional, la Municipalidad de Antofagasta y las Seremis de Salud y Desarrollo Social y Familia, y que además cuenta con la colaboración de diversas universidades locales a través de sus departamentos y carreras de psicología, ha prestado contención a 125 personas mayores de edad quienes durante este tiempo experimentaron alguna alteración emocional derivada de la pandemia.

"La salud mental de los antofagastinos no difiere mucho de lo que se proyectaba en los países donde empezó la enfermedad. Hay un nivel importante de distrés en la población debido a la incertidumbre que genera la pandemia, es decir, no sabes cuándo se va a acabar, no sabes cuándo se va a controlar, y esta ha implicado una gran cantidad de cambios en la vida cotidiana de muchas personas como desempleo, restricción de transitar, confinamiento obligatorio, todo va mermando tu salud mental", comentó Miguel Ángel Ramos-Henderson, académico de escuela de psicología de Universidad Santo Tomás Antofagasta y uno de los nueve psicólogos que integran el programa.

Según explicó el profesional, el plan se diseñó en base a tres líneas de atención, siguiendo el modelo de intervención que se aplicó en China durante el periodo de pandemia. La primera fase está enfocada en la contención emocional, evaluación de parámetros de salud mental y registro de datos.

"Estamos midiendo humor depresivo, anhedonia, que corresponde a la desmotivación propia del estado depresivo, insomnio, el impacto en la vida cotidiana de estos síntomas, tendencias suicida, riesgo de violencia intrafamiliar y consumo de sustancias. Además estamos evaluando otros factores de riesgo como la soledad, si la persona ha sido diagnosticada con covid, es sospechosa o si tiene algún familiar que haya muerto por el virus", detalló el especialista.

"El 88,5% de los pacientes del programa ha presentado una mejora sintomática significativa. En ese sentido, lo que más se ha visto beneficiado es el impacto en la vida cotidiana. Al comienzo del programa fueron adultos mayores los que más llamaron y ahora último son personas más jóvenes", indicó Ramos.

Realizan tradicional celebración a los difuntos en los poblados andinos

ANCESTRAL. La comunidad indígena de San Pedro de Atacama efectuó actos simbólicos de respeto a sus familiares y abuelos que descanzan en paz.
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Pablo Orellana G.

Ante la imposibilidad de poder asistir a visitar a sus difuntos familiares al cementerio local, la Comunidad Indígena de San Pedro de Atacama, efectuó una serie de actividades conmemorativas, en las que destacaron sus especial cosmovisión en torno al Día de Todos los Santos.

La vicepresidenta de la comunidad indígena de la vecina comuna, Rosa Titichoca precisó "en nuestra forma de sentir la muerte, no vemos una desaparición de nuestros seres queridos, y en especial de nuestros abuelos. Nuestra cosmovisión nos plantea que la muerte es sólo un paso, que estamos de paso en esta tierra y en ella debemos dejar un legado d respeto a nuestro entorno y tradiciones".

"Hay un sentido de trascendencia y de no muerte, puesto que somos seres que somos parte de nuestro entorno, y en ello queremos conmemorar a nuestros ancestros con lo mejor que en vida pudieron apreciar. Con mesas con comida típica, ornamentadas con aquellas cosas que a nuestros abuelos les gustaban y que aprendieron y nos legaron", agregó Rosa Titichoca.

En pandemia

Debido a las restricciones sanitarias, que prohibieron la asistencia a los cementerios de todo el país, la comunidad indígena de San Pedro de Atacama, se preparó con antelación. La organización de los comuneros les llevó a preparar el camposanto, efectuarle mantenciones e incluyó la arborización del panteón. En paralelo, las distintas personas que son parte de la comunidad, efectuaron talleres, "precisamente para poner en valor estas actividades tradicionales y que nos legaron nuestros ancestros, como una forma de vida que en pandemia no podíamos perder. Para ello ajustamos protocolos sanitarios y pudimos efectuar algunas de estas y prepararnos para este día", agregó el coordinador de los comuneros, Carlos Hernández.

"En esta pandemia tuvimos dificultades obvias para poder reunirnos y poder prepararnos, aún así pudimos sacar adelante esta programación de actividades, las que incluyeron el poder reunirnos en nuestra sede, y de forma simbólica el ofrecer este tributo", agregó la vicepresidenta de la comunidad indígena de San Pedro de Atacama.

Y dentro de los simbolismos que no dejaron de desarrollar los comuneros, "hay un fuerte sentido de la trascendencia. El aseo y mantención de nichos y tumbas es parte de ello. También el invitarlos a comulgar de forma simbólica su presencia entre nosotros. Eso es importante porque nosotros no olvidamos a nuestros seres queridos. Su partida es algo circunstancial, puesto que en esta vida estamos por un tiempo, y por ello es importante el poder mantener en el tiempo la memoria viva de nuestros abuelos y antepasados que nos han legado su cultura, tradiciones y nos han enseñado que la muerte es sólo un paso más", agregó Rosa Titichoca.

Participación

Ayer los comuneros se reunieron en la sede del poblado, la cual estuvo arreglada y preparada para que los participantes se unieran en una reflexión, "pero también en la alegría de recordar a nuestros ancestros. Quienes no pudieron -debido a los aforos requeridos-, lo hicieron en sus hogares, en donde llamaron a los abuelos a compartir de esta conmemoración. Porque precisamente esa es la idea, el poder reunirnos y de forma simbólica y respetuosa compartir con el espíritu de quienes nos han dejado. En esta iniciativa tuvimos mucho interés de participación y sobre todo la satisfacción de que nuestras tradiciones, nuestro pueblo atacameño no ha dejado sus costumbres y su cultura pese a la complejidad sanitaria. Sentimos esta actividad muy viva", dijo Hernández.