Cuatro incendiarios años al mando de EE.UU.
PERFIL. El exempresario remeció a Washington a golpes de Twitter y entre sus mayores combates están el muro con México, la trama rusa y la guerra comercial con China.
Donald Trump prendió fuego al mundo político de Estados Unidos en 2016 y nunca apartó la vista de esas llamas, que salpicaron de escándalos sus cuatro años en el poder, pero no bastaron para garantizarle un segundo mandato en un país desgastado por la pandemia y la crisis económica.
El anuncio que dio por vencedor a Joe Biden puso fecha límite -el próximo 20 de enero- a la Presidencia de Trump, que ha dividido el país y al mundo como quizás ningún otro mandatario estadounidense y ha profundizado fracturas políticas y sociales que seguirán abiertas mucho después de que abandone la Casa Blanca.
Guiado toda su vida por una fuerte necesidad de aprobación, el mandatario se dejó la piel en decenas de mitines durante una larga e intensa campaña, pero no logró revivir las opciones que tenía a principios de este año, cuando confiaba en una holgada reelección gracias al buen desempeño de la economía.
Desgastado por la cifra astronómica de muertes por la covid-19, la peor crisis económica del país desde la Gran Depresión y un movimiento popular contra el racismo, Trump se convirtió en el undécimo presidente de un solo mandato de la historia de EE.UU., algo que no ocurría desde la derrota de George H. W. Bush en 1992.
El insurgente
A la hora de convencer a los votantes, el mandatario se encomendó a la misma estrategia electoral que le funcionó en 2016, la de perfilarse como un enemigo del aparato político. Poco importaba que Trump sea ahora quien encabece parte de ese aparato: en su imaginario y en el de sus seguidores, el supuesto "Estado profundo" siempre ha estado controlado por los demócratas, sus presuntos "infiltrados" en la burocracia del Gobierno, y tiene lazos con Biden.
"Hemos pasado los últimos cuatro años reparando el daño que Joe Biden infligió en los últimos 47 años (de su carrera política)", aseguró Trump durante su discurso en agosto pasado ante la Convención Nacional Republicana.
El exempresario, de 74 años, al bajar las escaleras mecánicas doradas de la Torre Trump en 2015 y anunciar su campaña presidencial, se convirtió en la peor pesadilla del Partido Republicano, pero esa formación acabó por amoldarse al mandatario.
La reacción a obama
Desde que llegó al poder en enero de 2017, Trump ha abrazado la provocación como forma de Gobierno y herramienta de distracción, atacando a los medios de comunicación y poniendo a prueba a las instituciones del país, cuyos tribunales han tramitado cientos de demandas contra muchas de sus políticas.
El mandatario ha revolucionado Washington a golpe de Twitter y regularmente manipula o exagera los hechos, con más de 22.000 mentiras o afirmaciones falsas desde que llegó al poder, según el recuento del diario The Washington Post.