Integración pendiente desde 1968
"Menos comprensible es que ni empresarios paraguayos ni chilenos utilicen el Depósito y Zona Franca del Paraguay en Antofagasta". Herman Cortés C., Periodista
Hace 52 años que los Poderes Ejecutivos de Chile y de Paraguay acordaron concederse mutuamente un Depósito Franco y una Zona Franca de Paraguay en Antofagasta, así como un Depósito y Zona Franca de Chile en Paraguay. Ese país era gobernado por un régimen militar y 5 años después también en Chile los militares tomaron el gobierno, lo que podría explicar la demora en que los respectivos Poderes Legislativos convirtieran en leyes esos acuerdos. Pero ambos países viven en democracia al menos los últimos 30 años y aunque ese acuerdo tomó rango legal, todavía no hay Depósito ni Zona Franca de Chile en Paraguay, mientras que ese país tampoco puede operar aún su Zona Franca en Antofagasta. Por lo menos, en agosto del 2005 quedó operativo el Depósito Franco Paraguayo en Puerto Antofagasta, tras una intensa campaña de la Cámara de Comercio y otros sectores empresariales antofagastinos. Sin embargo, el mediterráneo país no ha usado aún esta facilidad para su comercio exterior, pese a tenerla totalmente a su disposición.
Una de las razones esgrimidas antes era la falta o mala calidad de los caminos, lo que fue superado con la construcción y pavimentación hasta el Paso de Jama, tanto en Chile como en Argentina. Tanto así que buena parte de los camiones que pasan por Jama vienen y van a Paraguay, pero no por sus facilidades aduaneras en Antofagasta, sino con vehículos usados y electrodomésticos comprados en la Zona Franca de Iquique. El gobierno paraguayo ha nombrado diversos administradores de su Depósito Franco en Puerto Antofagasta, pero por allí no ha pasado carga de exportación ni de importación. Y en 2016 los respectivos Ministros de Obras Públicas y de Relaciones Exteriores de Chile y Paraguay visitaron las 10 hectáreas asignadas en el sector de La Negra, a la salida sur de Antofagasta -de las que se hizo entrega, en la práctica- para que funcione la Zona Franca del Paraguay, dentro de la zona de apoyo logístico que allí construirá la Empresa Portuaria Antofagasta.
Pero, desde entonces, no se conoce ninguna acción concreta de empresarios o del gobierno de Paraguay para urbanizar e intentar utilizar esa importante facilidad para su comercio exterior. Por su parte, la Dirección Nacional de Aduanas de Chile viene preparando desde hace un par de años el Reglamento para hacer operativa la Ley de la Zona Franca del Paraguay, que está totalmente vigente, pero que no puede funcionar sin ese reglamento.
Por otra parte, no se conocen los avances en la localización y posibilidades de operar del Depósito Franco y de la Zona Franca de Chile en Paraguay. Ni tampoco se conocen empresarios interesados en instalar una "cabecera de playa" chilena en el corazón del centro-oeste sudamericano, que permitiría la venta de productos chilenos en esa vasta área con proyección no sólo a Paraguay, sino a varios Estados de Brasil e incluso a mercados de Bolivia y del noreste argentino, lo que generaría carga de retorno para disminuir los costos del transporte terrestre.
Menos comprensible aún es que ni empresarios paraguayos ni chilenos procuren utilizar el Depósito y Zona Franca del Paraguay en Antofagasta, que podría ser un centro de distribución de carne y productos lácteos paraguayos para el resto de Chile y para los mercados del océano Pacífico, en lugar de que esos productos tengan que viajar hasta Mendoza para ingresar por el Paso de Los Libertadores a Santiago y de allí distribuirlos a los mercados chilenos, viajando más de dos mil kilómetros adicionales para llegar al norte de Chile o buscar su salida al Pacífico.