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Buscan rescatar pez rumano que vivió con los dinosaurios

HALLAZGO. El asprete es un fósil viviente, descubierto en 1956, y que fue filmado en el río Valsan hace algunas semanas.
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Efe

Sesenta y cinco millones de años después de la extinción de los dinosaurios, una especie de pez de agua dulce, encontrada en el sureste de Europa, es uno de los pocos eslabones que nos conectan con ese remoto pasado de gigantes. Se trata del asprete o "Romanichthys valsanicola" en latín, un pez de agua dulce, del que se estima sobreviven apenas una quincena de ejemplares a lo largo de un kilómetro del cauce del río Valsan, en el centro de Rumanía, y que fue contemporáneo de los últimos dinosaurios.

Debido a los hábitos nocturnos de este fósil viviente, y a que pasa la mayor parte del día escondido bajo las rocas, el asprete es un animal muy difícil de ver, hasta para quienes dedican todo su tiempo a estudiarlo. Pero, afortunadamente, un grupo de científicos y activistas que trabajan para evitar su extinción, dieron con un grupo de 12 ejemplares el mes pasado, e incluso pudieron grabarlos para deleite de los amantes de esta especie, que la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) califica como "críticamente amenazada".

El alpinista y conservacionista, Alex Gavan, que pasó parte de su infancia a orillas del río Valsan y es el más activo embajador de la causa para salvar el asprete, afirmó que "probablemente es la primera vez que se ha podido grabar a este pez en su hábitat natural, desde que la especie fue descubierta".

Gavan explicó que el video en el que se puede ver a los 12 ejemplares es una razón para tener esperanza, pues confirma la existencia del asprete y abre la posibilidad a que la población podría superar la quincena de ejemplares que se estima oficialmente.

La especie, cuyos orígenes se remontan a unos 65 millones de años, fue descubierta en 1956 por el estudiante de Biología rumano, Nicolae Stoica, quien mientras trabajaba en una investigación sobre la fauna piscícola de la zona, encontró, en el mismo río Valsan, un ejemplar de pez "áspero", que no se correspondía con ninguna especie descrita previamente en los tratados de zoología disponibles.

El estudiante informó a los expertos zoólogos Margareta Dumitrescu y Petre Banarescu, que en 1957 publicaron junto a Stoica el estudio científico que acreditaba la existencia de esta nueva especie, cuyo nombre en latín significa "pez rumano del Valsan".

Su nombre popular, asprete, hace referencia a su textura áspera ("aspra" en rumano) y en el momento de su descubrimiento existía también en al menos otros dos ríos de la zona, el Arges y el Valsan, con una población estimada de varios cientos de ejemplares.

Para Gavan y sus aliados en esta lucha -entre los que hay científicos, empresarios, activistas de la sociedad civil y ciudadanos que se movilizan a título personal- además de dar respuesta a las cuestiones que afectan directamente al asprete, el objetivo es crear en el valle del río Vaslan un santuario ecológico capaz de atraer visitas y generar beneficios económicos en la zona.

Su objetivo es realizar una "reconstrucción ecológica del valle", puesto que "de nada servirá salvar al asprete si no se le ofrecen las condiciones adecuadas", precisó Gavan, quien explicó que "queremos involucrar a los vecinos".

Amenazado por hidroeléctrica

La principal explicación del declive poblacional del asprete estaría en la construcción de la Presa Vidraru, ejecutada por las autoridades de la época, con el fin de producir energía eléctrica, prevenir inundaciones y facilitar las labores de regadío en esa parte de Rumanía. Gestionada por la empresa pública hidroeléctrica, la presa ha reducido considerablemente el flujo del río, poniendo en riesgo la supervivencia del asprete.

1956 fue descubierta

Desarrollan interruptor magnético que permitirá mayor ahorro de energía

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Un interruptor magnético, que permitirá mayor ahorro energético y que demuestra la posibilidad de activar y desactivar la magnetización en materiales nitrogenados, fue desarrollado por un equipo internacional coordinado por la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB).

Los resultados -publicados en el portal científico Nature Communications- pueden ser de utilidad para mejorar la eficiencia energética de los dispositivos, mediante el voltaje en una nueva clase de materiales que contienen nitrógeno.

Los materiales magnéticos están presentes en casi todos los aparatos tecnológicos, porque ayudan a almacenar información en largas cadenas de unos y ceros (sistema binario) que utilizan como lenguaje los ordenadores. El problema surge cuando la corriente eléctrica pasa por un material y éste se calienta porque el calor es una forma de energía que se malgasta.

El estudio, dirigido por los doctores Julius de Rojas y Enric Menéndez y el profesor español Jordi Sort, en colaboración con otros centros de España, concluye que es posible generar o eliminar el magnetismo de este material con voltaje eléctrico, cosa que sugiere que el sistema se podría usar como medio para escribir y almacenar datos.

Este trabajo también demuestra que se requiere menos energía y es más rápido que los sistemas que usan átomos alternativos como el oxígeno, maximizando así el ahorro energético.

La demanda de almacenar cada vez más datos aumenta cada año y hace necesaria la creación de dispositivos más pequeños, lo que empeora exponencialmente el efecto de calefacción y provoca enormes pérdidas de energía. Una posible solución a este problema es utilizar materiales magnéticos, que se pueden reorientar mediante voltaje eléctrico, porque sustituyen las corrientes eléctricas y así reducen las pérdidas por calor.

Los materiales se estudian en un campo de investigación, llamado magnetismo controlado por voltaje, donde modifican las propiedades magnéticas, moviendo átomos no magnéticos dentro y fuera de un material mediante voltaje.

Los científicos demostraron que aplicando voltaje eléctrico al nitruro de cobalto (no magnético por sí solo) los iones de nitrógeno salen del material dando lugar a una estructura rica en cobalto que es magnética.

Con la aplicación de un voltaje de signo contrario, se consigue que el proceso se invierta y los iones de nitrógeno vuelven a nitrurar las zonas ricas en cobalto, haciendo que el material sea no magnético otra vez.

Hong Kong, Zurich y París lideran ránking de ciudades más caras del mundo

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Hong Kong, Zurich (Suiza) y París son las tres ciudades más caras del mundo, mientras que Damasco ocupa la última posición en el informe sobre el coste de vida global publicado por la Unidad de Inteligencia del semanario británico The Economist.

Se trata de la segunda ocasión en la que tres urbes comparten el primer puesto en este estudio, que tiene en cuenta los precios de 138 bienes y servicios en 133 grandes ciudades de todo el planeta.

Los precios de esta cesta de productos se han elevado tan solo en unos 0,3 puntos de media durante el último año, principalmente debido al efecto de la pandemia de la covid-19, que también ha hecho que los principales aumentos se registren en categorías como el tabaco o las actividades recreativas -esta última incluye los aparatos electrónicos de consumo-, mientras que las mayores bajadas fueron en las prendas de vestir.

Aparte de esos tres sectores, la Unidad de Inteligencia (EIU) analiza otros parámetros como la cuantía del alquiler, el transporte, la educación, los alimentos, las bebidas o los artículos para el hogar y de cuidado personal.

Tanto Hong Kong como Zurich y París marcan 103 puntos en la escala marcada por el informe, que sitúa el umbral de 100 enteros -a partir del cual se comparan los precios en otras grandes ciudades- en Nueva York (Estados Unidos), la séptima ciudad más cara del planeta, puesto que comparte con Ginebra (Suiza).

El club de diez urbes donde la vida es más costosa lo completan Singapur, Tel Aviv (Israel), Osaka (Japón), Copenhague y Los Ángeles (Estados Unidos).

El año pasado, el 'top 3' lo formaban Hong Kong, Singapur y Osaka, aunque en 2020 estas dos últimas se han descolgado debido, en el caso de la ciudad-Estado, a un "éxodo de trabajadores extranjeros", y, en el de la urbe nipona, al estancamiento de la inflación y a los subsidios del Gobierno japonés para gastos como el transporte público.

La ciudad cuyos precios han evolucionado más durante el último año es Teherán, que ha subido 27 puestos en la tabla debido a las sanciones estadounidenses, que han dificultado el suministro de bienes a Irán.

EIU también destaca el encarecimiento en China. "La mayoría de ciudades chinas han subido mucho (en la tabla) debido a la guerra comercial entre Estados Unidos y China, que ha puesto a prueba la resistencia de las cadenas de suministros y ha elevado los precios al consumidor", afirma.

En la parte final de la tabla se encuentran las cinco urbes de esta lista donde la vida es más barata, que, aparte de la capital siria, son Tashkent, Lusaka, Caracas y Almaty. Latinoamérica y África son las dos regiones donde se han registrado las mayores caídas de precios debido a la debilidad de las divisas locales y a un aumento de la pobreza.

El cambio de las monedas ha sido un factor clave en los movimientos de ciudades en el estudio. Según su directora, Upasana Dutt, el dólar se ha debilitado mientras las divisas en Europa occidental y Asia septentrional se reforzaban.