"Calama puede ser la Dubái del futuro"
IDENTIDAD. Eduardo Veragua, exreportero gráfico de medios escritos de la región.
Eduardo Veragua Sepúlveda (67), por más de 20 años fue el fotógrafo de los diarios de Calama, de modo alternado, y su ojo noticioso ilustró portadas e innumerables crónicas. Su labor fue extensa y reconoce que Calama fue y será una ciudad muy noticiosa, condición que lo favoreció para desarrollar su trabajo y aportar, desde su labor, para el crecimiento de la zona.
Veragua, es chuquicamatino de nacimiento pero tiene una profunda identificación con Calama, por lo brindado en lo laboral y familiar. Por ello sueña con una urbe desarrollada, tecnologizada que "quizás no la vea, pero tengo claridad que ese será su futuro".
¿Cómo fue su infancia en la zona?
-Viví parte de mi infancia en Chuquicamata. De allí recuerdo las excursiones que hacíamos con mi papá por los cerros del mineral. Eso era una costumbre. Igual recuerdo que también pasábamos mucho tiempo encerrados en las casas por los fuertes vientos que levantaban polo y piedrecillas que golpeaban en la cara. Cuando tenía tres años tuve que ser atendido en el hospital porque me entró una piedrecilla en un ojo. Pero en Chuqui era una vida familiar muy placentera.
..Y de Calama, qué recuerda.
-Lo primero que se me viene a la memoria es que en Calama había muchas acequias. La gente lavaba sus ropas en las acequias. Lo otro que recuerdo es La Terraza, en el actual parque El Loa. Nos veníamos temprano desde Chuqui y tomábamos desayuno y nos quedábamos todo el día allí. Nuestros padres hacían asados y compartíamos todo el día. Había un salón de baile, que estaba donde hoy es el museo, y los adultos después se divertían en ese lugar.
Cuando tenía 10 años nos fuimos a Antofagasta y viví en el centro en Ossa con Prat, ahí compartimos con los comerciantes, especialmente, los provenientes de la antigua Yugoslavia, incluso aprendí a hablar algunas palabras en yugoslavo. Luego vivimos en la Vista Hermosa, de donde también guardo muchos recuerdos gratificantes.
¿Cómo se gestó el regreso a Calama?
-Por razones laborales. Fue en el año 1979 que se abrió un cupo para reportero gráfico en Calama y ninguno de los fotógrafos que había en Antofagasta quería trasladarse. Y el director de ese tiempo habló conmigo y me dijo que como era de la zona porqué no volvía…Y le dije que sí y así regresé a Calama. Ya en ese tiempo tenía mi familia.
¿Qué se le viene a la memoria de su labor fotográfica en los medios locales?
-Hay muchos recuerdos.
¿Alguna noticia o un caso en particular?
-Las campañas de Cobreloa cuando fue campeón de Chile y también los vicecampeonatos de Copa Libertadores. En ese tiempo también era corresponsal de El Mercurio de Santiago y recuerdo que si Cobreloa ganaba la Libertadores era el designado para ir a Tokyo, Japón, donde se jugaba la final de clubes entre los ganadores de Europa y Sudamérica. Incluso me estaban capacitando para el viaje, pero no ocurrió porque Cobreloa no llegó a esa instancia.
¿Estaba también para el caso de los banqueros de Chuquicamata que fueron dinamitados?
-Sí, fue un caso muy, pero muy triste. Tuvimos que seguirlo muy de cerca. Compartimos con los familiares en todo momento y generamos lazos. Conocimos a todos los involucrados y vivimos la noticia desde dentro.
También tengo una anécdota en este caso. Cuando se decretó la pena de muerte para los culpables, estaba designado para ser testigo en el fusilamiento. No se podía tomar fotografía, pero me estaban preparando una pequeña cámara-encendedor que se disparaba al momento de encender un cigarrillo, pero al final el director de la época que estaba en Antofagasta decidió venir y asistir al fusilamiento.
Tuvo una carrera con aciertos y errores, ¿cómo es la vida?
Sí… pero hoy gracias a mi fe cristiana entiendo los designios de Dios..En mi trabajo y mi vida personal cometí errores y los sé reconocer. En el ejercicio de mi trabajo fui amenazado, perseguido y también estuve al borde de la muerte. Una vez con autoridades regionales sobrevolábamos el volcán Láscar y lo gases que emanaban nos empezaron a asfixiar y el piloto estuvo muy cerca de perder el control y caernos. Pero Dios tenía otras tareas para mí. Hay un Dios. No estamos solos.
¿Extraña esa labor?
-Sí pero estoy muy feliz en mi actual trabajo como conductor de un camión para la empresa Socoal (extracción de basura domiciliaria y escombros). Y hay muchas personas que me recuerdan de esos tiempos con mucho cariño. Eso es reconfortante.
¿Qué significa Calama para usted?
-Para mí es todo. Yo creo que Calama debiera convertirse en la futura Dubái. Tiene todos los recursos naturales para hacerlo. Hoy están los profesionales que faltaron antes. Esta ese recurso humano tan necesario para que la comuna progrese. Calama va a ser una urbe desarrollada, tecnologizada que quizás no la vea, pero tengo claridad que ese será su futuro. Y como dice su himno: "Cuando lejos debo estar/ sólo sé que en el regreso está mi felicidad".