Discapacitado visual intentó suicidarse frente al municipio
TENSIÓN. Carabineros logró convencerlo que no lo hiciera. El hombre pide desesperadamente ayuda habitacional.
Minutos de tensión se vivieron ayer, cerca del mediodía, en las afueras del edificio de la Municipalidad de Calama, luego que un hombre con discapacidad visual se rociara con bencina y amenazara con quemarse a lo bonzo.
La alarma se esparció por las calles y llegó hasta un carabinero de la Primera Comisaría de Calama, quien se acercó hasta el lugar, donde se encontró con la escena denunciada. Su primera intervención fue dialogar con el posible suicida para persuadirlo.
Tras unos minutos de tensa espera, el hombre entendió y pese a la desesperación que lo empujó a protagonizar esta manifestación, le entregó el encendedor al carabinero y desistió de su afanes suicidas ante la tranquilidad de quienes se encontraban en el lugar y de sus acompañantes un conocido matrimonio de no videntes que cantan en las calles a cambio de caridad.
Desesperación
Este desesperado hombre es Alex Elgueta, un ciudadano no vidente que entregó una entrevista a El Mercurio de Calama, una vez finalizada esta temeraria acción.
"Yo me rocié bencina porque ya no me importaba nada, porque estoy aburrido de pedir ayuda y de que todos se hagan los tontos. Estoy aburrido de que nos discriminen, de pasarla mal y que hayan personas que anden impunes en las calles. Nosotros queremos soluciones, porque no estamos bien", indicó Elgueta.
Elgueta es ciego y estaba junto a una conocida pareja que también son no videntes, y que por años se habían instalado en el centro de la ciudad a cantar para poder hacer dinero. Si bien no son su familia, este hombre los llama sus "viejitos".
Y la principal razón de la protesta es por el mal momento por la que atraviesan en el lugar que arriendan para vivir.
"El nieto de la señora a la que le arrendamos nos quiere echar del lugar, entonces nos amedrenta, nos dice que el es impune y hasta nos ha ido a agredir, nos tiró piedras, nos rompió las ventanas, lo que provocó que mis viejitos estén muy asustados. Lo que queremos es que haga algo contra esta persona, ya que queremos estar viviendo en paz y no podemos cambiarnos de lugar, porque no tenemos como trasladar nuestras cosas, hay lugares en que hemos estado que a los viejitos les han robado sus cosas, entonces es muy difícil todo y solo queremos vivir tranquilos", agregó.
Ambos adultos mayores, por temas de la pandemia, dejaron de trabajar en las calles y se mantienen solo con sus pensiones de invalidez. Lo mismo este Elgueta, quién sigue vendiendo dulces en las calles. Indicó que realizaron la denuncia correspondiente sobre este hecho de violencia. "Desde la muni me dijeron que pueden trasladar a mis viejitos a un hogar de anciano, pero yo no quiero, para eso trabajo, no son perros para tirarlos a un lugar así", añadió.
Apoyo
Consultada la municipalidad de Calama sobre este hecho no menor, indicaron que conversaron con esta persona y nuevamente canalizarán ayuda necesaria para que puedan cubrir en parte el problema que los aqueja.