Los escasos registros que había, indicaban avistamientos en la zona del Parque Nacional Llullaillaco, en el límite sur de la región de Antofagasta. Más al norte no existían registros de la chinchilla de cola corta o andina (Chinchilla chinchilla), una especie casi arrasada por la industria peletera en la década del 40 y '50.
De ahí la enorme sorpresa de guardaparques y encargados de la Reserva Nacional Los Flamencos, cuando revisaron las imágenes de las cámaras trampa ubicadas en el sector del Salar de Tara y Aguas Calientes y vieron por primera vez la presencia de un ejemplar de la especie que merodeaba en medio de la noche atacameña.
Casi extinta
Felipe González, jefe regional de áreas silvestres protegidas de Conaf Antofagasta comenta que desde junio del 2018 el Salar de Tara fue cerrado a los visitas a fin de iniciar un programa de recuperación de la flora y fauna afectada debido a la actividad turística descontrolada en la zona.
"De acuerdo a la bibliografía se cree que en algún minuto habían poblaciones, pero lo cierto es que en el sector las creíamos casi extintas. Fue una enorme sorpresa ver ejemplares porque esto nos amplía el rango de distribución de la especie hacia la puna de Atacama y creemos que atraerá el estudio de investigadores que querrán conocer las condiciones de hábitat de estas poblaciones tan frágiles", sostuvo.
En Chile la "chinchilla del norte" está catalogada como en peligro crítico por el Reglamento de Clasificación de Especies (RCE), por lo que se espera que el descubrimiento permitirá a Conaf desarrollar programas especiales de conservación.
Para González el avistamiento constituye además la mejor prueba que reafirma el trabajo de protección desarrollado en el salar. Según el geógrafo, la menor movilidad producto de la emergencia sanitaria, también influyó en la recuperación de especies en el sector. "Indudablemente. Tara tenía una sobreoferta turística no planificada. Y si bien está cerrado hace dos años, hoy la pandemia ayuda a bajarle la presión porque disminuye el movimiento humano en lugares anexos. Solo el área administrada por Conaf recibe alrededor de 700 mil personas al año. Al no tener ese movimiento, probablemente las especies vuelven a repoblar su lugares de origen", indicó.
REd de cámaras
El proceso de monitoreo por cámaras - trampas, se realiza en conjunto a la comunidad atacameña quien ayuda en la instalación y recaudo de la red de monitoreo.
Cristián Varela, vicepresidente de la comunidad atacameña de Toconao, señala que durante los periodos estivales -octubre a marzo de cada año- disponen de comuneros que no solo resguardan el sector sino que colaboran en el conteo de flamencos y el avistamiento de fauna altoandina.
"El resultado del hallazgo es muy importante para nuestra comunidad. Desde el momento en que con Conaf decidimos cerrar el ingreso a Tara, producto del turismo descontrolado, se vieron resultados importantes en la fauna nativa y logramos ver especies que no se veían hace mucho tiempo. En el caso de la chinchilla, estaba casi extinguida y por lo mismo nos llena de satisfacción y nos da un nuevo impulso que estamos haciendo bien el trabajo", indicó Varela.
Cristián Salas, director regional de Conaf, señala que el cierre del sector ha dado pruebas concretas de la efectividad del programa de recuperación. Para el directivo, la red de cámaras de monitoreo, que fueron instaladas a principios del año 2019, han resultado fundamentales para la iniciativa.
"En distintos lugares del salar hemos puesto cámaras trampa y hemos podido monitorear la fauna del sector. Gracias a ello hemos visto mayor cantidad de flamencos, de nidificaciones, hemos avistado suris, especie de avestruces de Latinoamérica, vizcachas y ahora lo de la chinchillas del norte que es algo inédito en la literatura", indicó.
Chinchillas y proyecto minero
Una colonia de chinchillas de cola corta y un proyecto minero de 860 millones dólares. En la región de Atacama, provincia de Chañaral, el proyecto aurífero 'Salares del Norte' busca iniciar su construcción, pero para ello deberá relocalizar una colonia de 25 chinchillas que habitan el sector. La iniciativa recientemente fue fiscalizada por la Superintendencia de Medio Ambiente quién levantó cargos contra la minera tras una fiscalización donde evidenciaron a dos roedores muertos y uno herido en el proceso de relocalización de la especie.