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"Hay que mirar, escuchar, entender"

ANTOFAGASTINIDAD. Pabla Orellana Morales, MBA y diplomada en coaching ejecutivo.
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Pabla Orellana Morales es MBA de la Universidad de Chile, además de diplomada en Coaching Ejecutivo de la Universidad del Desarrollo, y diplomada en Gestión Ambiental de la UCN.

Durante más de 20 años se desempeñó en empresas privadas, en cargos relacionados con las comunicaciones y asuntos externos, y en ese contexto 2011 llegó a Antofagasta para liderar el área de comunicaciones y asuntos externos en una compañía minera.

Se trató de un desafío que no solo la trajo a ella, sino que también a su esposo, el periodista Simón Perretta, y a sus hijos Luciano y Franco.

Desde el año 2017, esta rancagüina se desempeña como directora de Seguridad Pública en la Municipalidad de Sierra Gorda, una experiencia que la puso por primera vez en el mundo público y un descubrimiento que abrió su mente.

¿Cuáles son tus pasiones, lo que más disfrutas en la vida?

- Mis hijos son mi pasión y mi cable a tierra. Cuando la energía se agota y aparece la sensación de que el mundo nos sobrepasa, basta una sonrisa, un beso y un abrazo de cada uno para volver a mi centro y entender que la familia es lo único realmente importante. Sin duda, lo que más disfruto, es pasar tiempo con ellos y con los amigos que, a estas alturas, son parte de mi familia. También me encanta viajar.

¿A quién o a quiénes admiras?

- Admiro profundamente a la gente que trabaja por el bienestar de los demás, para ayudar a otros y para calmar sus "dolores", porque esa es la esencia de la bondad. Desprenderse de las propias necesidades para atender las de la gente vulnerable o renunciar al propio bienestar para luchar por los sueños de un país mejor, de una región mejor o de una comuna mejor, es admirable, y es mucho de lo que he visto en la gente que trabaja en el servicio público, por ejemplo, porque muchas veces, sin importar las condiciones bajo las cuales se desarrolla el trabajo, están ahí siempre para la gente, a pesar de todo lo que la gente pueda pensar, muchas veces dejando de lado a la familia y sus propios intereses, porque así es el servicio público.

¿Cuáles fueron las mayores enseñanzas de tus padres?

- Gracias a Dios mis padres aún viven y la mayor enseñanza que recibo de ellos, permanentemente es la responsabilidad y el compromiso; el amor por la familia y por lo que uno hace. En mis padres siempre vi trabajo en equipo y compañerismo, cosas que he replicado en mi propia familia. También me enseñaron a ir siempre de frente y con la verdad, a aprender a escuchar, pero lo más importante: a hacer las cosas para ser feliz. Esa misma enseñanza, se las transmito día a día a mis hijos.

En tiempos tan inciertos, ¿dónde has encontrado motivación?

- En mi familia, en mis hijos, que son quienes aplauden mis locuras y me contienen. También en mi interior, mediante la meditación y la oración.

¿Qué libro recomiendas leer?

- Recomiendo leer libros infantiles, cualquiera. Este tipo de lectura nos permite desconectarnos de la realidad material y conectarnos con nuestro niño interior, ayudándonos a salvar la mirada pura e inocente que finalmente es tan necesaria para despojarse de la contaminación mental.

¿Cuál es tu mirada de los desafíos que enfrenta la región y el país?

- Pienso que estamos en un momento en que debemos comenzar a escuchar, pero con los cinco sentidos y tratar de comprender, desde las distintas posiciones, la realidad actual y actuar… ir a lo concreto: "menos palabras y más acción". El descontento generalizado ya es un tema sobre el cual se ha tratado en extenso en todos los medios de comunicación y otros escenarios. Sin embargo, seguimos avanzando en esta bola de nieve y, a pesar de los esfuerzos, nada parece ser suficiente. Creo que la región requiere una nueva forma de hacer sociedad y desarrollar nuevas fórmulas que permitan llevar a la acción lo que por tantos años se ha tratado en tantas mesas de trabajo. No basta liderar. Aquí hace falta ejecutar de manera colaborativa las políticas públicas, orientando los esfuerzos hacia el bien común, dejando de lado los intereses particulares.

Hasta que no comprendamos la dimensión de las necesidades humanas, mejorando la forma en que se hacen las cosas, será imposible generar un cambio real. No se trata de hacer "lo que yo creo que es mejor para el otro". Se trata de mirar, escuchar y entender, desde la empatía, cómo vive el otro y para eso, hay que conocer y se conoce en el territorio.

No se resuelven los problemas de contaminación desde una oficina. Se conocen desde el barrio que se contamina. No se resuelven los problemas de delincuencia si no es entendiendo cómo se origina, por ejemplo.

¿Cuáles son tus sueños no cumplidos?

- Mi sueño es ver a mis hijos crecer independientes y felices. Mi sueño en grande es poder devolver a esta región lo que me ha dado y más, aportando desde mi trabajo al desarrollo de una sociedad más justa.

¿Cuáles son tus lugares favoritos de la región? ¿Por qué?

- Mi lugar favorito es San Pedro de Atacama, porque su paisaje es misterioso y único, con el cielo más hermoso del país.

¿Dónde quieres estar en 10 años más?

- Liderando una nueva sociedad.