Junio para Calama fue una verdadera pesadilla producto de los contagios covid
JUNIO. Por la alta cantidad de casos acumulados, sigue liderando los ranking nacionales luego de haber tenido más de dos meses críticos.
Las estadísticas no mienten y una de las comunas del país que finaliza el año, con excelentes indicadores de esta pandemia es Calama. Pero esto fue luego meses realmente "catastróficos", como lo catalogaron los mismos médicos, donde hubo: enfermedad, colapso, muerte y estrés.
Pese a tener durante estas últimas semanas del 2020, días en que hubo cero notificación de casos, Calama quedó registrada como una de las ciudades más azotadas por esta pandemia y con una gran cantidad de contagios y muertes acumuladas por covid-19.
El inicio
Fue un fin de semana, en que se activaron todas las alarmas, porque luego de meses de preparación, se conocían dos PCR positivos. El 14 de marzo, una pareja loína que venía llegando de un viaje por Europa, se convirtieron en los primeros contagios no solo de Calama, sino en toda la región. Pasaron algunos días, hasta que se supo de nuevos casos, nada ni menos que el de un joven carabinero, que generó que sus compañeros se fueran a cuarentena.
Lo que le siguió, fue el brote en el Hospital de Calama, donde el virus afectó a médicos, lo que obligó a que se apartara de funciones a más de 100 trabajadores de la salud. Pese a esto, no hubo más contagios en este recinto, lo que hizo que todo volviera a la normalidad antes del peak.
Fue por lo menos, hasta finales de abril, que todo se mantuvo tranquilo en la provincia, no había más de cinco casos diarios, lo que no generaba alarma. Pero entre la celebridad del Día de la Madre y el feriado largo del 21 de Mayo, que se desató el descontrol.
Peak de contagios
Los primeros en verse sobrepasados, fueron los consultorios de la ciudad, quienes tenían que activar las alarmas por posibles covid. El hospital a esa altura tenía Urgencia colapsada con ambulancia esperando incluso en las afueras.
Rápidamente, el recinto, comenzó literalemente a llenarse. Fue a principio de junio, que ya no habían disponible camas críticas en Calama, su ocupación era de un 100%. Lo que vino después fue simplemente el descontrol de esta pandemia, en el día se notificaban más de 300 casos diarios, llegando en una semana a tener 2 mil contagiados. La positividad era de un 84% y la trazabilidad, no superaba el 20%.
Un escenario que sobreexigió a los distintos equipos de salud, quienes se vieron sobrepasados y estresados. Llegaron a tener hasta 34 pacientes conectados a ventilación mecánica, gente hospitalizada en urgencia e incluso personas esperando hasta 10 días, internados en el SAR Alemania. También aumentaron las muertes y la desesperación de toda la comuna.
Colapso
Fue así, que los médicos y organizaciones sociales, comenzaron a gritar por ayuda a las autoridades. Los medios de comunicaciones tuvieron un rol fundamental para visibilizar esta situación, la que llegó hasta La Moneda, donde la medida fue decretar cuarentena y disminuir la movilidad en el aeropuerto.
Las mineras fueron quienes reforzaron sus medidas de autocuidado, decretaron funcionar solo con trabajadores locales y cambiar turnos.
Fue en julio que primero visitó la comuna el exsubsecretario de redes asistenciales, Arturo Zúñiga y después, vino el ministro de Salud, Enrique Paris, donde se tomaron medidas para reforzar la red médica local. Llegaron más camas, más ventiladores e insumos.
Dentro de estas medidas, también fue duro ver que la capacidad hospitalaria estaba al límite, al grado que empezó el traslado de pacientes vía aérea a otras regiones. Hasta un avión Hércules, se llevó a loínos para salvarlos. Muchos sobrevivieron, pero otros no resistieron.
Pese que hubo calameños que insistieron en asistir a fiestas clandestinas o no respetar las restricciones, se logró hacer un quiebre en los contagios y a finales de julio, la curva de contagios comenzó a bajar.
Con todo lo vivido, Calama cierra el año con 8.045 contagios acumulados en esta pandemia, de los cuales solo 45 son pacientes activos.
Tiene una positividad del 1,1%, la ocupación de camas críticas es del 60% y la trazabilidad del 98,7%. Aún así, sigue estando entre las comunas de regiones más azotadas del país en esta primera por el coronavirus.