Fogape 2.0: el escenario del olvido
Muchos han sido los esfuerzos de las autoridades por reactivar la economía y buscar mecanismos para ir al rescate de sectores industriales en medio de esta angustiante crisis. Pero para que eso se pueda lograr es indispensable distinguir y conocer a los afectados, su fisonomía y características laborales. De otra manera es imposible acertar en el diagnóstico de sus carencias con medidas adecuadas y, por lo tanto, inútil proponerles acciones que no les sirven.
Es el caso concreto de lo que ocurre con la industria de los espectáculos musicales en vivo y afines -con sus 160.000 empleos directos y un encadenamiento productivo que llega al corazón de la gastronomía, el transporte y el turismo-, que necesita de manera imperiosa ser integrada por el Ejecutivo y Legislativo para ser incluida en la discusión inmediata de lo que se ha denominado el "Fogape 2.0".
Al ser nuestro sector considerado de alto riesgo por las instituciones bancarias, nos cobrarán tasas de interés excesivas. Los mismos bancos, en la primera asignación del Fogape 1.0, entregaron montos que cubrían menos de un mes de ventas (siendo que teníamos derecho a tres meses) y solicitaron avales personales para créditos comerciales.
Ahora, con este Fogape 2.0, el problema es mayor, porque no incorpora meses de gracia, situación compleja para una industria que podría regresar a operar completamente, por exigencia de la autoridad sanitaria, con suerte hasta fines del próximo año.
Los ministerios de Cultura, Economía y Hacienda tienen en sus manos las elocuentes cifras que llaman a una política de reactivación y fomento para esta industria. Han sido meses de innumerables reuniones y hoy es la oportunidad de encontrar las herramientas correctas que necesita este sector para sacarlo de esa sensación de futuro cancelado y ayudarlo a sobrellevar esa incertidumbre que dice que posiblemente hasta finales de 2021 no se volverá a ver en meridiana plenitud. ¿Quién puede estar sin trabajar un año más?
Este es un sector íntimamente ligado al bienestar, formado por empresas y emprendedores de todos los tamaños, que hacen de la denominada Economía Naranja parte del alma de un país. Emprendedores que han trabajado en la creación de protocolos de bioseguridad para las fases de un eventual retorno y que hoy colaboran de forma activa en lo que será la primera caracterización de la industria (estudio con el apoyo de Chilecreativo y Corfo), que esperamos permita en el futuro sacar de su invisibilidad a sus trabajadoras y trabajadores, siendo considerados en el diseño de políticas pública.
No pueden seguir ignorándonos, menos ahora que por primera vez tendremos representatividad en la Asech, siendo parte de su directorio y marcando un hito para la industria del espectáculo. Sin embargo, nuestros esfuerzos por generar un cambio son limitados y resulta imperativo no perder más tiempo.
"Hoy es la oportunidad de ayudar a este sector a sobrellevar esa incertidumbre que dice que posiblemente hasta finales de 2021 no se volverá a ver en meridiana plenitud. ¿Quién puede estar sin trabajar un año más?".
*Jorge Ramírez es gerente general Asociación Gremial de Empresas Productoras de Entretenimiento y Cultura, Agepec.