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2021 un año más

"No podemos ni siquiera viajar a nuestra casa, al campamento en Chuquicamata".
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Ya pasamos los días festivos, las compras navideñas, los saludos la quema de monos. Las luces de los árboles de pascua y guirnaldas de luces se apagaron. Los niños Dios, de los nacimientos fueron bendecidos y guardados. "Los Tobas de Amincha" realizaron la ceremonia con: cenizas, ofrendas, cantos, donde los adultos "los achacaos" bailaron con sus bebes en brazos.

Estos días con tanto calor y las restricciones de salidas por tantos meses, han servido para desarrollar nuevas habilidades, permanecer en casa, solo o en familia, destapar los sentidos, usar la mente, recordar otros veranos felices, vacaciones, paseos domingueros en góndolas al Río Loa, a la Terraza donde había espacios con techos para ubicarnos en familia. Desde ahí bajábamos a bañarnos al río, cazábamos ranitas, y matapiojos. Llevábamos un canasto con cocaví: pollos, sándwiches, y dulces hechos en casa, también una victrola y discos de vinilo. Allí comprábamos choclos calameños, recién cocidos por los parceleros. En las tardes los niños veíamos bailar a los mineros con conjuntos musicales locales como: Jonny Alvarez.

También viajábamos a vacacionar a Toconao y al Valle de Jerez, allí comíamos las peritas de Pascua y brevas en los huertillos desde los árboles. Era hermoso ver pasar volando en las tardes a los flamencos color rosado. Y también compartir la llegada de los arrieros argentinos que venían a cambiar mercaderías jabones, chocolates por frutas secas etc.

Los viajes más largos eran; al sur de Chile en el Tren Longino que duraba tres días. Recorríamos la geografía de Chile, desde el desierto el verde de Copiapó, comprando pan amasado, y té en botella en Pueblo Hundido, canastos de papayas confitadas en La Serena etc.

Y volviendo a nuestra realidad; este periodo de vacaciones, pandemia no podemos ni siquiera viajar a nuestra casa, al campamento en Chuquicamata, que por varios años está enrejado y vemos desde el aire como se entierra con ripio, se vuelan las calaminas y techos del Cine Variedades y el comercio. Por desuso, mantención y destrucción de sistemas de luz, cañerías no funcionan, por computación se están haciendo reuniones de Mesas Técnicas y Sociales hablando por más de 4 meses de Planes de emergencia ha realizarse a largo plazo. Y hasta ahora como dicen los extranjeros de soluciones: "MAS NADA".

Nancy Monterrey,

Escritora

Pandemia y un viaje necesario

"En algunos países del Asia, incluso fueron creados "los viajes a ninguna parte", para producir esa sensación de libertad". Margarita Ducci, Directora Ejecutiva Pacto Global Chile, ONU
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En estos tiempos de pandemia, ahora, expuestos a la segunda ola de contagios, en que los distintos tipos de viajes se han visto reducidos y otros han simplemente desaparecido, cada persona añora esa oportunidad de salir de la cotidianidad, ya sea por razones de trabajo o de esparcimiento, y que nos permitía, aunque sea por un cierto espacio acotado en el tiempo, vivir otra realidad.

Hoy, todos extrañamos esa libertad, ese viaje que nos sacaba de nuestra rutina habitual, e incluso, ese traslado a la oficina o al lugar de trabajo que marcaba un corte entre los espacios de tiempo transcurridos en el hogar junto a la familia, y el tiempo dedicado a nuestro mundo laboral.

Sin embargo, para muchas personas en Chile, el trayecto diario a su lugar de trabajo era y seguirá siendo una pesadilla, por las largas esperas en los paraderos, las deplorables condiciones del transporte público, los riesgos a veces de atravesar zonas peligrosas y oscuras y ser víctima de la delincuencia, o simplemente sufrir el hacinamiento ya sea en el microbús o en el metro. Para otros con un poco de mejor suerte, significa pasar tiempos muertos en largos atascos de tráfico a raíz de la congestión vehicular y soportar la paupérrima cortesía y educación vial de los conductores.

Pero en estos tiempos de confinamiento, hemos experimentado la situación de vivir entre lo doméstico y lo laboral sin distinciones ni espacios de separación, por lo cual, en muchos casos, ha significado no solo angustia, sino también trastornos en la salud mental de las personas. Ese espacio de tiempo que separa una actividad de la otra es fundamental, y es muchas veces, el único y el mejor momento, para pensar, reflexionar, tomar decisiones importantes y encauzar rumbos o elucubrar ideas y proyectos.

Ese viaje necesario marca un espacio vital en la vida de las personas. Aparece indispensable entonces retomarlo, especialmente porque haciendo un buen uso de ese tiempo, podemos meditar, reinventarnos, pensar cómo podemos ser mejores personas y cómo podemos aportar a los demás. Las plataformas digitales que han tomado tanto impulso como soluciones para acercar a las personas y para permitirles interactuar sin presencia física, han detectado esta necesidad y están creando funciones para ocuparnos en un tiempo de transición "simulado", entre casa y trabajo, proponiendo un ejercicio de seguimiento de nuestras metas y tareas diarias.

Es así como algunas de ellas, están pensando en cómo generar una especie de viaje virtual para marcar espacios diferentes entre el trabajo y la vida doméstica. Pero ese momento de corte e interrupción entre ambas realidades, debería estar ganado, no por otro espacio virtual más, sino más bien, ser un espacio-tiempo presencial propio de cada uno, que permita a cada persona diferenciar sin cuestionamientos el trabajo y el hogar. Sin duda, ello contribuirá a mejorar su bienestar y calidad de vida, de modo que sea una real desconexión que nos impulse a generar este necesario cambio cultural y una interacción positiva con los demás.

Ese viaje tan necesario, puede ser decisivo a la hora de repensar la sociedad que queremos construir entre todos.

Proceso de vacunación

En lo inmediato llegarán 12 mil fármacos a la región, lo que significará inocular a la totalidad de los equipos médicos y parte de la población de tercera edad. El arribo de las vacunas no significa el fin de la pandemia, pues los seres humanos seguiremos conviviendo con este y otros virus, de modo que los resguardos deben mantenerse.
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Un total de 6.125 dosis de la vacuna Pfizer/ Biontech llegaron el pasado lunes a la Región de Antofagasta, con el fin de comenzar una nueva etapa que permita cerrar la pandemia de covid-19.

Si bien es cierto la cifra aún es escasa, reviste un simbolismo muy esperanzador para los trabajadores de la salud y la población en general, porque el inicio de la vacunación es, o puede ser, el comienzo del final de una pandemia que ya cumple un año y que amenaza con determinar también este ejercicio 2021.

Se suman dos situaciones que podrían analizarse en mayor detalle: por un lado estamos sujetos a la disponibilidad de medicamentos de parte de los laboratorios internacionales; no cabe duda de que todo el planeta está reclamando vacunas lo que hará difícil el arribo sistemático y en grandes cantidades a naciones como la nuestra, pues la demanda es tremenda y en todo el globo.

En otro lado, el país debe analizar en toda su propiedad, la urgencia de recuperar un laboratorio productor de vacunas, lo que tuvimos hasta fines de 2006, cuando el gobierno de entonces decidió cerrarlo por cuestiones económicas.

A la luz de lo que hemos visto, debe decirse que este tipo de centros de investigación son una inversión de largo plazo que hay que cuidar y que no pueden ser medidos por los resultados económicos clásicos, tal como si fuera una empresa. Lo mismo ocurre para los museos, las escuelas, los hospitales y el apoyo a las universidades, cuyas dimensiones son más amplias que la búsqueda de pura eficiencia y un objetivo pecuniario.

Por cierto, el arribo de las vacunas no significa el fin de la pandemia, pues los seres humanos seguiremos conviviendo con este y otros virus, de modo que los resguardos deben mantenerse, más aun considerando que se trata de un proceso que recién inicia y durará meses o incluso un año.

El objetivo, como se sabe, es inmunizar primero a los funcionarios de la salud y luego a las personas de tercera edad que pueden ser las más castigadas por el covid-19. A partir de esto, el país comenzará a retomar sus prácticas tan dramáticamente transformadas desde marzo de 2020.