La lucha de Mejillones por mantenerse de pie ante esta nueva cuarentena
COVID. Habitantes de esa comuna explican cómo han logrado continuar sus actividades durante la fase 1. Todos los hospitalizados en su hospital son por covid actualmente y hay 111 casos activos.
La percepción usual que se tiene de Mejillones como un lugar para veraneo y descanso se aleja mucho de la realidad que la ciudad vive actualmente. Esto a causa de la cuarentena que se ha implementado a causa del Covid-19.
La comuna ha sido una de las más afectadas en la región, lo que se refleja en la situación del Hospital Comunitario. El 100% de sus pacientes hospitalizados son a causa del coronavirus y el personal médico se ha visto sobrepasado ante el alza de casos activos, los cuales actualmente llegan a 111.
"Yo diría que el colapso está en la cantidad de positividad que hay en la comuna. Hay un aumento de consultas en el servicio de urgencias y solo mantenemos atención presencial para los grupos de riesgo", explica Marcelo Valdovino, director del recinto hospitalario.
Sin embargo, la pandemia también ha provocado efectos económicos y sociales en sus ciudadanos, los cuales han tenido que buscar nuevas formas de realizar sus labores y buscar su sustento, ante las restricciones impuestas a causa de la emergencia sanitaria.
Cultura
Uno de los sectores que mayores dificultades ha enfrentado es el artístico. Sin público presencial y ante la necesidad del distanciamiento físico, se hace imposible organizar conciertos o realizar manifestaciones culturales.
Uno de los que ha vivido la situación en carne propia es Joaquín Ramírez, gestor cultural de la Municipalidad de Mejillones y propietario del estudio "Estilo Libre", el cual atendía de manera gratuita antes de que llegara la pandemia.
"Acá en Mejillones, todo lo que tiene que ver con la parte artística se vio afectada de forma directa. Tenemos una actividad cultural constante. Los artistas, más que influencias, son vistos como agentes importantes. Entonces, lo que pasó fue que este bloqueo los sumergió en una presión muy grande", explica.
La segunda ola vino a golpear nuevamente a un gremio que estaba recuperando su actividad paulatinamente, por medio de actuaciones en restaurantes o pubs. Ante su inevitable clausura, Ramírez y sus colegas tuvieron que orientar sus actividades hacia internet.
"Pasamos por un proceso difícil, pero se empezaron a tomar iniciativas inmediatas para contrarrestar los efectos del Covid. Nos comenzamos a organizar por medio de conciertos por streaming. Se crearon videos online. Hubo muchas más opciones por medio de las plataformas de internet", explica.
Otra que también tuvo que reinventarse fue Magali Vega, dueña de la librería Ariel, la única de la ciudad y que ha existido como lugar referencial del centro por 18 años. Si bien ha podido mantener su emprendimiento a flote con ayuda de su familia, se ha visto obligada a buscar otras maneras de subsistir.
"Siempre pensamos en invertir en algo paralelo por si acaso, y lo hicimos con lana. Hicimos delivery y pudimos sobrevivir. Lo del 10% también nos sirvió bastante y pudimos invertir en la librería. Después pensamos en hacer libros de estudio para los niños. Imprimimos, anillamos y fotocopiamos para después repartirlos", relata
En el corto plazo, Vega y su familia fueron beneficiados con un fondo de reactivación económica de ENGIE Energía Chile. Gracias a ello, la librería podrá ser adaptada con las medidas sanitarias para atender de forma segura cuando puedan volver a abrir sus puertas.
Locales
Los locales comerciales también han debido hacer malabares para mantenerse en pie. Prueba de ello es la vivencia de Oscar Urbina, encargado del almacén "Donde El Yayo" que abrió apenas tres meses antes de que el Covid-19 llegara a la región.
"A la fecha que empezamos con cuarentena en marzo, el local estaba nuevito. Ahí estábamos nulos, porque no teníamos mucho stock. No estábamos preparados para estar encerrados y conseguir mercadería", relata.
Durante la primera ola, Urbina logró establecer un servicio de delivery por medio del cual pudo obtener clientes: "Hicimos unos flyers entregando nuestro número de teléfono, para que puedan encargar al celular y así nosotros podamos repartir los productos. Nuestras ventas eran bajas hasta que implementamos esto".
Prevención
Si bien estos locales han podido sobrevivir, también viven una constante incertidumbre ante cuál será la extensión de la cuarentena en la comuna. Pese a esto, hay una sensación de optimismo, al considerar lo que define a la gente de la zona.
"Mejillones tiene una población que va desde 40 años hacia arriba, con mucho adulto mayor. Entonces la gente tiende a ser más temerosa con el tema Covid. Es más respetuosa con los permisos. La salud mental de esta comuna se orienta a la autoprotección, por lo que el control no es muy complejo porque la gente solo sale por lo justo", explica Joaquín Ramírez.
"El mejor mensaje es entender que esto es real. Que esto está sucediendo al interior de nuestra ciudad. Lo primero es creer que estamos metidos en un problema, y lo segundo es ocuparse de él. Eso último significa mantener la distancia y evitar la gran cantidad de encuentros sociales que se pueden producir", previene Marcelo Valdovino desde el Hospital Comunitario.
"Hay un aumento de consultas en el servicio de urgencias y solo mantenemos atención presencial para los grupos de riesgo"
Marcelo Valdovino, director hospital Mejillones