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Defensa en Comisarías

"Hemos iniciado una serie de conversaciones con Carabineros y Policía de Investigaciones a fin concretar este objetivo ". Jose Mario Fuentealba Riquelme, Jefe de Estudios Defensoría Regional
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Implementar un modelo un defensa en comisarías es el desafío que tiene la Defensoría Regional de Antofagasta para el presente año, ello a fin de asegurar el acceso a defensa letrada desde las primeras horas de la detención. En esta tarea se cuenta con el apoyo del programa de "EUROsociAL", de la Unión Europea, que acompaña a países de América Latina en sus procesos de reforma.

La obligación de garantizar el acceso a defensa desde las primeras horas de la detención deriva de tratados Internacionales de los que es parte el estado chileno. Así "Los Principios y Directrices de Naciones Unidas sobre acceso a la asistencia jurídica en los sistemas de justicia penal" prevén que "los Estados deben garantizar que toda persona detenida (…) tenga derecho a asistencia jurídica en todas las etapas del proceso". En el ámbito regional americano, la jurisprudencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos es igualmente clara al respecto, en cuanto a que el derecho de defensa nace desde "que se inicia la investigación en su contra". Por su parte, nuestra normativa interna asegura "el derecho a ser defendido por un letrado desde la primera actuación del procedimiento dirigido en su contra"

Los objetivos son claros. Por una parte, garantizar el ejercicio efectivo del derecho de defensa desde las horas tempranas de la detención, mediante la concurrencia de abogados a la unidad policial. Se busca generar una entrevista individual y confidencial con los detenidos a fin de comprobar y garantizar el conjunto de sus derechos, recopilando información y datos para instar a una defensa técnica de calidad. Además, la presencia de defensores en unidades policiales permitirá verificar el estado de salud de los detenidos y las condiciones de detención, dando aviso a los familiares, todo lo anterior constituyen labores cruciales del trabajo de los defensores.

La defensa en comisarías supone un sistema de comunicación directa entre la Defensoría y las policías, por tal razón hemos iniciado una serie de conversaciones con Carabineros y Policía de Investigaciones a fin concretar este objetivo.

El modelo enfrenta varios retos, por lo que contempla un plan de implementación gradual en tres fases, partiendo, en primer término, solo por algunas localidades de la región, limitando la cobertura a aquellas unidades policiales con mayor concentración de detenidos, para avanzar gradualmente a una cobertura total.

La experiencia que nos dejó a los defensores penales públicos la permanente presencia en comisarías a partir de octubre de 2019 ha servido de base para la elaboración del modelo y, sin lugar a dudas, fue decisivo a fin de ser seleccionada como región piloto a nivel nacional. Su implantación se erige como un gran desafío para la Defensoría Regional en este 2021.

Desconfinamiento responsable

Es un momento delicado, en que se requiere la máxima conciencia para no terminar colapsando la red de salud. La pandemia está muy presente, la vacunación recién empezó y tardaremos meses o años en estar inmunizados.
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Sorpresivamente esta semana Antofagasta salió de la cuarentena total y avanzó a paso 2. Inesperada decisión, tomando en cuenta las malas cifras sanitarias que aún tenemos en la capital regional. Cuatro antofagastinos mueren diariamente por coronavirus en promedio, solo queda un puñado de camas UCI disponibles, se han debido trasladar casi 100 personas durante este año a otros hospitales del país para evitar el colapso y hay alrededor de 130 nuevos casos todos los días. Lo peor es que hubo un mes en cuarentena y el panorama apenas mejoró.

La kinesióloga del Hospital Regional María José Vega dijo, en medio de la cuarentena, que sería bueno que todos los antofagastinos pudieran ver, como ha visto ella, cómo se apagan las vidas por esta enfermedad. Tal vez así tomarían conciencia. "Lo que más cansa es ver que tú estás arriesgando tu vida para salvar la de otros y la gente no toma conciencia y sigue saliendo a las calles como si el virus no existiera", recalcó la profesional, que a la vez es madre de una niña.

Mismo sentir tienen los miles de funcionarios de la salud que a pesar del agotamiento y el miedo, siguen trabajando para salvar a quienes caen enfermos.

Pero ese esfuerzo no ha sido recíproco. Hubo errores tanto de la ciudadanía como de las autoridades. De estas últimas, dos principales: mensajes contradictorios que confundieron a la población como lo ocurrido con el "desconfinamiento a las cuatro semanas" y falta de mayor apoyo a las iniciativas ciudadanas que están encargándose de los grupos más vulnerables, como por ejemplo las ollas comunes.

De parte de la ciudadanía, la movilidad sigue siendo altísima. Basta ver las imágenes en las ferias libres cada fin de semana. A esto se suma que algunos grupos continúan realizando reuniones sociales o fiestas clandestinas, aprovechándose de que la fiscalización no llega a todos lados.

Es necesario que se tome conciencia que la pandemia está muy presente, que la vacunación recién empezó y tardaremos meses o años en estar inmunizados. Si se puede evitar salir, es mejor quedarse en casa. Parafraseando al fallecido John Kennedy, "no te preguntes qué puede hacer la ciudad por ti, sino qué puedes hacer tú por tu ciudad".

Migración humanitaria aquí y ahora

"Hoy sólo nos corresponde humanitariamente devolverle la mano en esta crisis social, económica, y sanitaria".
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Cuando veo en nuestras fronteras y ciudades la llegada de tantas personas que vienen desde lejos, cruzando el desierto, más seco e inhóspito del mundo; me recuerda las escenas bíblicas del Éxodo, libro del antiguo Testamento; que escuchamos cuando niños, relatándonos como Moisés y su pueblo; viajaban buscando la tierra prometida. Hoy nuestros hermanos venezolanos, llegan a Chile, dejando todo lo que tenían en su país, seres querido y se aventuraron a buscar nuevos horizontes en países latinoamericanos del cono sur.

En todo el mundo, estamos sufriendo una grave crisis migratoria hoy día. En el norte de nuestro país, limitando con Bolivia; tenemos dos lugares que los migrantes están usando para ingresar: Colchane y Ollague donde cientos de ciudadanos venezolanos, colombianos, y de otros países, han llegado buscando refugio, trabajo, estabilidad, y un buen pasar. Han recorrido varios países, algunos caminando con frío inmenso en las noches, calor abrazador de día y a veces lluvias. En las fronteras han tenido que reunirse con cientos de migrantes jóvenes, adultos familias con niños y han debido pernoctar en plazas, calles, escuelas esperando obtener sus permisos sanitarios, cuarentenas, visas y documentos para permanecer en Chile. En las ciudades los vemos por las calles, con sus niños pequeños solicitando ayuda. Hoy existen videos en Iquique, mostrando cómo transitar por caminos desconocidos, y qué hacer para viajar escondidos en camiones para ir al sur a trabajar de faenero en las cosechas de frutas.

Pero hoy sentimos pena y dolor por algunos no tuvieron la suerte de sobrevivir y establecerse en nuestro país y ciudad como inmigrante venidos de Venezuela. Los mató el frío, la enfermedad de altura. O el poco profesionalismo, con el que fue tratado y herido a muerte el pobre joven boliviano, tratando de buscar algo para saciar su hambre, después de varios días de su llegada. Sus cuerpos han quedado en el Servicio Médico Legal, lejos de sus familiares y hogar. Y recordando el poema del alma, "Nada" de Carlos Pezoa Véliz 1908; que decía" era un pobre… que quizás comía poco…... y al enterrarlo tras la paleteada nadie dijo nada".

Muchas personas especialmente adultas jóvenes, no saben; que años atrás Venezuela estaba muy bien económicamente, había muchos trabajos en las petroleras donde los chilenos se fueron a trabajar y vivir allá. Igualmente, para el golpe militar. Hoy sólo nos corresponde humanitariamente devolverle la mano en esta crisis social, económica, y sanitaria.

Pero antes deberíamos ordenarnos, actualizando nuestras leyes de inmigración y así proteger, y orientar a los que desean venir, trabajar en nuestro país. Igualmente, a los que desean hacer uso de los servicios sanitarios gratuitos.

Nancy Monterrey

Escritora chuquicamatina