Chile y el liderato latinoamericano en vacunación
"No podemos negar que las potencias protagonizan una competencia en materia de liderar el proceso de vacunación a nivel mundial". Alberto Torres Belma, Sociólogo y académico de la Universidad de Antofagasta
En el mes de Diciembre de 2020, nuestro país inició el proceso de vacunación contra la Covid - 19. Sentimientos de incertidumbre y pesimismo embargaban el ánimo de muchos de nosotros, acrecentado por los efectos brutales de una pandemia que cambió nuestra forma de vida; resultaba difícil pensar en el éxito del proceso de inoculación en tan corto tiempo.
Lo cierto es que como país tenemos por costumbre recalcar solo lo negativo y cuando lo hacemos, no proponemos soluciones. Por otra parte, cuando presenciamos resultados positivos nos cuesta reconocer méritos, y sólo lo atribuimos al "deber ser" de nuestras autoridades. Sin duda, aquello es una verdad innegable. Pero es importante destacar los factores que influyeron en este exitoso proceso.
En términos de gestión sanitaria, se aprecia una creciente mejora en el abordaje de los determinantes sociales de la salud. Elementos básicos como la priorización de vacunación para grupos de riesgo contribuye en forma efectiva a la reducción de futuros indicadores de contagio y se hace cargo de la dimensión sociosanitaria del problema que es proteger a los más vulnerables en el contexto de emergencia sanitaria (entiéndase por "vulnerables" no sólo personas en situación socioeconómica desventajosa).
En la línea de la gestión sanitaría, el Gobierno ha sido cuidadoso al momento de informar los beneficios de la vacunación. No es casual que de acuerdo a datos de la Encuesta Cadem entregados la cuarta semana de enero 2021, un 50% de los chilenos declara que se vacunaría "apenas se presente dicha posibilidad". El principal motivo se asocia a que "la vacuna funciona y no tiene contradicciones", con un 76% de las menciones. En ese sentido, se aprecia que los chilenos exhiben optimismo y confianza en el proceso, debido al éxito de las vacunaciones y una comunicación adecuada.
Por otra parte, y tal como lo ha destacado prestigiosos medios internacionales, nuestro país aplicó el pragmatismo al momento de gestionar las compras de vacunas. Los criterios político - ideológicos no prevalecieron, lo que explica la disposición de Chile a adquirir dosis de distintos oferentes, sin considerar el país de origen, lo que en ningún caso implicó no poner atención a los ensayos clínicos de las mismas. En ese contexto, nuestra nación se aleja del criterio arcaico, propio de la Guerra Fría, que abrazaron países como Argentina o Venezuela, en donde la devoción por la vacuna rusa Sputnik V, sólo se explica por motivaciones ideológicas trasnochadas, alejadas de los criterios científicos y sociosanitarios que guiaron al Gobierno chileno, cuya finalidad fue asegurar cobertura y de calidad a toda la población, más allá de la ideología imperante en el país productor de la vacuna, lo que además salvaguarda un aspecto bioético esencial: el principio de justicia (en donde se lucha por una distribución justa y equitativa de los siempre limitados recursos sanitarios para conseguir el máximo beneficio en la comunidad, evitando desigualdades en la asistencia sanitaria.
La postura pragmática del Gobierno ha permitido que Chile retome su liderazgo latinoamericano en un contexto sensible de pandemia. Por otra parte, es importante destacar las sinergias entre el Ministerio de Salud, Ministerio de Ciencias y Tecnología, Ministerio de RR.EE, actores académicos, lo que una vez más confirma que cuando se trabaja en equipo pensando en el país y no en cálculos políticos pequeños, el gran beneficiado es nuestro país.