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Babel

"El avance de la ciencia hoy en día es sorprendente, la calidad de profesionales y la tecnología es asombrosa".
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Suelo observar la evolución del tiempo que me ha tocado respirar, veo diferencias en las décadas vividas, testigo de hechos humanos, pasajero temporal de grandes momentos de la humanidad. A veces pensando, a veces sintiendo, a veces despierto a pedacitos, miro multitudes, grandes migraciones, veo riadas de emociones que actúan sin freno, veo justicia en escaparates de tiendas, veo ausencia de Dios y robots en Marte; al final del túnel, la torre de Babel.

Pienso en aquellas personas que pretendían llegar al cielo, construyendo una torre, pienso cuantos pisos se construirían de la torre en estos tiempos con la tecnología 5G, pienso en Isaac Newton: ¿Qué descubriría, con la tecnología de hoy? El profeta Daniel advirtió el aumento de la ciencia, ¿Continúa la construcción de la torre? No puedo evitar comparar la actual pandemia con la peste española, hace unos cien años la peste española se llevó millones de vidas, (25 a 50 millones).

El avance de la ciencia hoy en día es sorprendente, la calidad de profesionales y la tecnología es asombrosa, el planeta entero está conectado a niveles insospechados, si no tuviéramos la ciencia de hoy, medio planeta estaría muerto.

Hoy la ciencia es sorprendente y apasionante, amplía las fronteras humanas a grados infinitos, la torre continúa creciendo. ¿Cuál es el límite? En la antigua Babel era el cielo. En la antigua Babel Dios mismo descendió para ver lo que hacían los hombres, al ver sus corazones, los confunde cambiando sus lenguajes, evitando la destrucción.

El gran ausente es Dios, en esta carrera fuera del camino, y dura cosa es dar coces sobre el aguijón, el Apóstol San Pablo lo entendió claramente, imposible es independizarse de Dios, si él no edifica, en vano edificamos, y cualquier proyecto no será, sin Dios.

Miro el sagrado evangelio y realmente es una locura la predicación, la palabra de la cruz es locura, muchas veces objeto de pena y de risas, de lástima, de indiferencia para muchos, pero es la ciencia que mueve la creación, es la ciencia del amor que abre los mares, que detiene el universo, es la ciencia de Dios que se mueve en silencio, imperceptible, que transforma las vidas sin necesidad de algoritmos.

Moisés no requirió tecnología humana para abrir el mar rojo, ni Josué ser un experto científico para detener el sol y las leyes naturales, Jesús no estudio medicina para sanar enfermos, sólo el amor le bastó para vencer la muerte. utilísima es la ciencia actual impresiona la tecnología y la utilidad que presta, pero como el Apóstol San Pablo en su carta a la iglesia en Corinto, les dice que les señala y enseña un camino aún más excelente, el del amor de Dios, en tanto pienso en Babel y en sus edificadores, opto y enseño una ciencia, aún más excelente, la ciencia de Jesús, El Señor de las ciencias.

Sergio Lagos Luciano,

Pastor evangélico

El pasado

Revisitar lo pretérito con los acuerdos y fundamentos del presente es necesario, pero debe tomarse tal consciencia, porque entonces el análisis termina siendo injusto.
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Varios monumentos han sido atacados o vandalizados en Chile, pero también en el mundo, confirmando una tesis ya expuesta: se trata de un fenómeno global, muy vinculado al revisionismo que desde el presente se hace del pasado, en especial de figuras polémicas.

El caso más conocido en Chile es la estatua del general Manuel Baquedano; el militar, jefe de las fuerzas del Ejército en la guerra contra Perú y Bolivia, es una figura sobresaliente para las Fuerzas Armadas y no puede discutirse que su servicio permitió la consolidación del país en términos económicos y militares.

También cumplió una tarea en la denominada Pacificación de La Araucanía y tras la caída del Presidente Balmaceda, aunque algo menor. ¿Habrá conciencia de quién es Baquedano o se atenta contra el monumento solo por su ubicación en el epicentro de las protestas en Santiago y por su carácter de militar?

Al menos quedan las sospechas.

Pero -como dijimos- no se trata de un fenómeno nacional: en Bristol, Inglaterra, una estatua del traficante de esclavos Edward Colston, instalada en 1895 en una calle que lleva su nombre, fue arrancada de su pedestal y arrastrada por manifestantes que la pisotearon y luego la lanzaron al río.

En Boston (Massachussets, EE.UU.), una estatua del explorador italiano Cristóbal Colón acabó decapitada en el parque que lleva su nombre. La estatua del rey belga Leopoldo II en Amberes fue vandalizada, como otras esculturas en Bélgica. Una parte fue quemada y recubierta de pintura roja, como símbolo de la sangre derramada por los congoleños, colonizados por los belgas. En Praga, República Checa, una estatua del ex primer ministro conservador británico Winston Churchill amaneció con mensajes escritos como "era un racista".

Con más o menos violencia, hay ataques en contra del pasado y contra íconos del poder más duro, que sorprenden por su espectacularidad.

El asunto puede abordarse desde distintos puntos de vista y plantea variadas interrogantes: ¿puede valorarse el pasado desde la perspectiva y la lógica de una sociedad caracterizada hoy por la modernidad, individualidad, libertad y democracia? Ciertamente sí, pero el resultado casi siempre será inquietante: el pasado siempre fue peor. Había esclavitud, sometimiento de la mujer, de las minorías sexuales, de los pueblos originarios, de la relación con el poder y aquello, en ese tiempo, era lo "correcto", lo "aceptado".

El cuestionamiento es legítimo y busca "corregir" la historia, con mucho del "buenismo", tan en boga. ¿Puede cambiarse el pasado? Si los seres humanos somos y existimos en el lenguaje presente, queda en mayor evidencia que aquello ese es el objetivo. ¿Es la mayoría? No. Y eso es también discutible, por cierto.

Minería: El carro que impulsa la reactivación

"El aumento de precio del cobre visto en las últimas semanas va a permitir beneficiar a la pequeña y mediana minería". Edgar Blanco Rand, Subsecretario de Minería
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Antofagasta ha sido y seguirá siendo una región minera por excelencia gracias al aporte histórico realizado por esta actividad. Al mismo tiempo, tengo la convicción que la minería será uno de los sectores productivos que más aportará al bienestar de los ciudadanos de nuestra región y al desarrollo económico y social de ella, no solo con aportes directos, sino que gracias a encadenamientos productivos y entrega de empleos de calidad. Por esta razón, debemos fortalecer el compromiso que esta actividad y las empresas tienen con la zona.

Todo esto ha sido posible, gracias a un notable esfuerzo realizado en conjunto por sus trabajadores y trabajadoras, empresas, proveedores y el Gobierno por mantener operando esta actividad especialmente en tiempos de pandemia cumpliendo los protocolos determinados por la autoridad sanitaria.

Por esto y mucho más, puedo señalar que la minería será el carro que impulsará la reactivación económica en Antofagasta especialmente en la etapa pospandemia.

Un ejemplo para graficar lo anterior, son los 7 proyectos de inversión con aprobación ambiental que están en ejecución o que tienen altas probabilidades de iniciar su construcción en la región para el período 2021 - 2023 por US$ 4.911 millones, según un estudio de Cochilco.

De acuerdo con el reporte, estas obras podrían generar en su etapa de construcción y operación alrededor de 7.000 puestos de trabajo en estos dos años.

Conscientes de lo beneficioso que será esta cartera de proyectos, como Gobierno estamos trabajando con fuerza y dedicación en acelerar la reactivación de dichas obras.

Por otra parte, el aumento de precio del cobre visto en las últimas semanas va a permitir beneficiar a la pequeña y mediana minería de la región, además de adelantar proyectos y ayudar a los proveedores locales gracias a los encadenamientos productivos que en el caso de la pequeña minería son aún mayores.

En relación con esto último, quiero destacar que hace pocos días anunciamos la entrega de más de $ 2.300 millones en beneficio de proyectos de pequeños mineros de la Región de Antofagasta durante 2021 y 2022.

Estos recursos del Fondo Nacional de Desarrollo Regional (FNDR) apoyarán a través de diferentes intervenciones, la compra de maquinaria y equipamiento minero, la incorporación de nuevas tecnologías para hacer más limpios, eficientes y seguros los procesos, además de asesorías para regularizar o incentivar la producción de los pequeños mineros.

Cabe destacar que los FNDR son resultado de un trabajo en conjunto entre el Gobierno Regional, consejeros regionales, asociaciones mineras locales y el ministerio de Minería.

En definitiva, tenemos razones para confiar en esta actividad como motor de reactivación y sostener que donde existe minería, hay mejores trabajos, más estabilidad, mayores oportunidades y menores índices de pobreza.