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Calama: una mirada para el futuro

"Los proyectos que estamos llevando a cabo en Calama le dan proyección y desarrollo a una de las ciudades más importantes de Chile".
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Este 23 de marzo se conmemoran 142 años de Calama como territorio chileno. Qué importante es reconocer el rol de nuestra ciudad y de nuestra región que tuve el honor de representar en el Congreso durante 12 años. Cada vez que tengo la oportunidad de volver, reafirmo que se están realizando grandes proyectos en Calama.

Trabajamos por construir y finalmente logramos tener un hospital de calidad en Calama, lo mismo con un estadio de alto estándar. Estas obras se suman a lo que estamos realizando hoy en día en la ciudad por tener un parque de nivel internacional.

Queremos ciudades más integradas, amigables y justas y para eso es fundamental democratizar el acceso a áreas verdes de alto estándar, donde esperamos que el parque Oasis de Calama sea un ejemplo de ello. Sabemos que es un proyecto muy anhelado por la comunidad ya que tiene por finalidad disminuir el alto déficit de espacios públicos. En Calama hay una urgente necesidad de áreas verdes que motivó al Presidente Sebastián Piñera a construir este megaproyecto que mejorará la calidad de vida de todas las familias calameñas.

El país tiene una deuda con la Región de Antofagasta, especialmente con Calama. Dotar de infraestructura pública de calidad es una forma de retribuir tantos años de esfuerzo y olvido. Una de nuestras principales tareas es acortar la brecha de áreas verdes y romper con la inequidad en el acceso a parques y bajo esa premisa estamos trabajando.

Por otro lado, en los años que trabajé en Calama se planteaba que en la región no había suelo para construir viviendas. Hoy quiero desmitificar eso. En la ciudad hay suelo, estamos trabajando en el Banco de Suelo público para tener más soluciones habitacionales para la Región de Antofagasta. Esta política nos ha permitido adquirir 120 terrenos para la construcción de 20 mil viviendas en todo el país y nuestro desafío para 2021 es sumar otras 50 terrenos a nivel nacional e iniciar la construcción de 10 mil viviendas.

Los proyectos que estamos llevando a cabo en Calama le dan proyección y desarrollo a una de las ciudades más importantes de Chile, pero lo que es más relevante, le estamos mejorando la calidad de vida a miles de familias.

Para terminar, quiero mencionar especialmente a Carlos Reygadas, exalcalde de Ollagüe, quien nos dejó esta semana y fue notable servidor público, un buen amigo, una persona que representa los valores de la región, los cuales seguiremos proyectando a través de la construcción de infraestructura pública y proyectos habitacionales.

Felipe Ward Edwards

Ministro de Vivienda y Urbanismo

Mujer y tiempos de crisis

"El sistema de cuotas implementado en 2017 en nuestro país demostró ser una herramienta efectiva". Margarita Ducci, Directora Ejecutiva Pacto Global Chile, ONU
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La pandemia ha traído consigo miedos, temores y desazón ante la incertidumbre, pero, por sobre todo, reflexión. Sociedades convulsionadas, desastres económicos de magnitud, grave amenaza a la salud de las personas, causada por un virus invisible pero letal, han marcado estos tiempos. El rol de la mujer, en todos los ámbitos, no solo ha sido un punto de inflexión para hacer frente a esta nueva realidad, sino también, ha cumplido una misión clave aportando con poder de decisión, sabiduría y prudencia.

Hoy en medio de la crisis, las mujeres, ya sea en la primera línea, en el hogar, en la empresa o en la cúpula política, han sido fundamentales para salir adelante y contener los impactos sociales, económicos y sanitarios. Lograr algo que parecía simple, como garantizar que la vida cotidiana funcione ha sido un esfuerzo titánico, y más aún, cuando niñas y niños retoman nuevamente las clases; cuando además se está retornando al trabajo presencial o semipresencial, sin descuidar los permanentes quehaceres del hogar. Lo preocupante es que según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, la mujer durante la pandemia, además de haber perdido salud, bienestar social y condiciones económicas, ha tenido que afrontar una mayor responsabilidad en el hogar, un mayor riesgo de pérdida de empleo y disminución o nulos ingresos, además de estar expuesta al aumento de violencia intrafamiliar, abuso y/o explotación, como se ha demostrado en las encuestas, en todo el mundo.

Sin duda, Chile mantiene deudas de género, como la falta de paridad en altos cargos y la persistente brecha salarial, así como una corresponsabilidad parental aún incipiente. Un desarrollo humano sostenible, requiere generar condiciones absolutas de igualdad de género, sin dejar a nadie atrás, sobre todo porque se ha demostrado el enorme aporte que representa la inclusión de la mujer al mundo laboral, científico y académico y su valiosa contribución a una sociedad más equitativa, con una mirada y perspectiva particular, desde la experiencia de la mujer.

Estamos ad portas de las elecciones de los constituyentes, -quienes tendrán el desafío de trazar las líneas de la nueva Constitución-, y es precisamente el momento de incorporar más voces femeninas expertas y visionarias, en un equilibrio de género en la toma de decisiones y en la discusión y elaboración de nuestra Carta fundamental. Si bien, es cierto que las mujeres han logrado importantes avances en la participación en cargos políticos y empresariales en todo el mundo, su representación en los parlamentos nacionales solo alcanza al 23,7%.

El sistema de cuotas implementado en 2017 en nuestro país demostró ser una herramienta efectiva en este sentido, como transición, mientras avanzamos en la construcción de una cultura de equidad.

La crisis nos ha develado un momento histórico con rostro de mujer; y como país tenemos el gran desafío de consensuar, con toda nuestra amplia gama de diferencias, una sociedad más equitativa, donde el rol de la mujer se valore y se reconozca, de modo que, para las próximas futuras generaciones, no implique una lucha permanente, sino que quede asentado en las bases de la sociedad.

Un aniversario en pandemia

Calama celebra 142 años desde su anexión al territorio chileno, con la esperanza de contar con nuevas herramientas para el desarrollo comunal. El cultivo de la empatía y la solidaridad que nos deja esta pandemia tenemos que utilizarlo para beneficio propio, de nuestras familias y nuestra sociedad.
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Calama celebra hoy 142 años como parte del territorio chileno y lo hace en medio de una pandemia que a más de un año no da tregua, nos golpea, nos desgarra y nos exige revisar nuestros hábitos y costumbres mirando un bien mayor. Es esta contingencia, que hace que las otroras apoteósicas celebraciones debamos ajustarlas al momento actual, donde gran parte del país vive en cuarentena total o de fin de semana.

La situación nos obliga a ser respetuosos de las normas sanitarias y recordar esta significativa fecha de modo distinto y pensando en cómo se puede aportar desde nuestro cotidiano andar por el desarrollo de la comuna.

No tendremos grandes festejos pero sí instantes, y muchos, para la reflexión, porque sin duda que vivir con el temor al contagio, confinados y rezando por nuestras familias, nos hará cambiar como personas desde nuestro fuero interno y también de modo colectivo.

Si pensamos en la ciudad, no es difícil encontrar que nuestra red sanitaria, pese al gran salto dado hace un par de años, aún es débil. Principalmente por la falta del recurso humano lo que está muy ligado con no poder ser una ciudad más amigable.

De la historia reciente conocemos de cientos de promesas y compromisos de las autoridades de turno con el progreso y desarrollo de la comuna. Se han hecho esfuerzos, pero sin la celeridad que se requiere tras largos años de abandono. Lo hecho no se desmerece pero falta llegar a la ansiada calidad de vida y en mejorar las oportunidades para los más vulnerables, aquellos que viven en campamentos y tomas alejados de la modernidad que hoy es imprescindible para nuestras labores diarias.

El cultivo de la empatía y la solidaridad que nos deja esta pandemia tenemos que utilizarlas para beneficio propio, de nuestras familias y nuestra sociedad.

La postpandemia tiene que encontrarnos dispuestos a seguir con fuerzas y ganas de trabajar por Calama, por su gente y exigir a las autoridades que sus esfuerzos apunten a tener la ciudad que sus habitantes se merecen.