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Invicto de local: Por qué se perdió el gran aval de Cobreloa en el tiempo

MALA TENDENCIA. La derrota de "Los Zorros" en el primer partido del torneo se suma a los números de la última década en que el club loíno no ha logrado terminar un torneo sin caer en la altura.
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Ricardo Pinto Neira

No es que perder un partido sea para encender alarmas, ni siquiera si es el primero de la competencia o si es en condición de local. Pero hay mitos que deberían irse eliminando de la cultura popular y entre ellos, el de "Calama es recinto inexpugnable por las condiciones climáticas y la altura" postula fuertemente a ser erradicado del inconsciente colectivo del hincha.

Mucha culpa tienen los que arriban a la institución, como pasó otra vez con el actual plantel y cuerpo técnico que se cargaron una mochila innecesaria al sostener que el principal objetivo para pelear el ascenso era no dejar escapar puntos en condición de local y con el tropiezo ante Barnechea sembraron dudas.

Rodrigo Meléndez lo reconoce. "Existe esa idea de que en Calama, con la altitud y con el desgaste al que se someten los rivales en condiciones en que no están acostumbrados, deberían sacarse ventaja y nosotros hicimos la pretemporada pensando en ese objetivo. Pero hoy en día, el nivel de preparación de los equipos puede equiparar muy bien esa poca adaptación a las condiciones de la altura, por ejemplo".

Pero, ¿hay reales motivos que marquen una diferencia mayor entre los tiempos en que venir a sacar un empate a Calama era un logro mayor y hoy? La misma gente del fútbol y que protagonizó esos tiempos y también los actuales le busca una explicación al tema.

Variantes

Jaime Pizarro visitó Calama el fin de semana pasado, ganó después de 14 años sin dirigir y reconoce que en su paso como jugador de Colo Colo y Universidad Católica, "no me fue tan bien como dirigiendo acá".

Lo del domingo no fue su primer triunfo en la altura como DT. "Los tiempos cambian, los equipos son distintos. Me tocó jugar contra algún Cobreloa con jugadores de nivel de selección y que además se entrenaban acá. Entonces, hay un tema de calidad pero también de presión. Porque si ves, jugar en Primera B no tiene la misma presión que jugar en primera división y por televisión, por ejemplo. Mucho menos ahora que no hay público en los estadios. Esa presión que sentíamos nosotros cuando veníamos a jugar a Calama, ya no existe".

Uno de los últimos preparadores físicos que logró un alto porcentaje de partidos invicto en Calama fue el argentino Gerardo Piersanti, quien en 2015 trabajaba junto a César Vigevani y recuerda que "nosotros perdimos dos partidos. Uno contra Puerto Montt que fue de ida y vuelta y otro en la liguilla con Everton, que ascendió, era uno de los animadores del torneo y nos ganó con un contragolpe. Recuerdo que sí le sacábamos ventaja a algunos rivales porque el sistema de juego que usábamos, de abrir la cancha hacía que el rival se desgastara corriendo detrás de la pelota. Hay equipos que aprenden a jugar en Calama, a esperar y a hilvanar bien las pocas jugadas de peligro que generan y por eso es cada vez más común que ganen allá".

Para el histórico jugador y ex DT naranja, Jorge "Chicho" García, quien estuvo 27 fechas invicto en 2013 y dirigió uno de los últimos equipos que dominaba a los rivales en casa, la diferencia está en la calidad de los planteles.

"Cuando yo jugaba habían verdaderos monstruos en Cobreloa, jugadores como Puebla, Covarrubias, Victor Merello, que tenían un despliegue físico extraordinario. Se comían la cancha. Entonces, otros como Sergio Díaz, que no corrían tanto tenían una función más definitiva dentro del equipo y con la calidad que tenían, se hacía un conjunto al que era difícil ganarle. El plantel que me tocó dirigir en 2013, que armó Marco -Figueroa- con algunas incrustaciones nuestras era un equipo que también tenía eso. Jugadores que marcaban la diferencia en lo físico, como Suárez, Gaitán, Vásquez que se comían la cancha y otros que hacían la diferencia como Droguett, Lezcano o el Mota González. Puedes preparar muy bien a tu equipo en los físico pero si eliges mal a los jugadores, no vas a poder replicar las campañas de antes", apunta.

Una voz más que autorizada es la de Héctor Puebla, el referente mayor del club en su historia. "Hay una tendencia que innegablemente se viene dando. No sé si es para alarmarse pero cuando el discurso dice que no se van a perder partidos en casa y se pierden, la gente se preocupa", dice.

Dice que bajar de categoría inmediatamente genera una merma en el nivel de los planteles pero que se está a tiempo para recuperar esa tradición ganadora en la altura, la que crearon los imborrables nombres de hace dos décadas.

"Se entrenaba distinto, existían menos condiciones de preparación y los resultados eran mejores. Quizás el tema está en hacer que los jugadores que lleguen al club conozcan un poco más de la historia y salgan convencidos de que en Calama no se pierde. Se puede perder, pero que sea un accidente. No un partido donde el rival se venga a florear en la altura. Eso no se puede permitir más", remarca el "Ligua".

Cobreloa no terminó ninguna de las temporadas en primera B con su localía invicta. La peor campaña fue la del 2020, con Marco Antonio Figueroa y Nelson Soto, donde se perdieron 20 de 42 puntos disputados en la altura.

Hasta ahora, la mejor temporada en números como local jugando en la serie del ascenso la ostenta Rodrigo Pérez y su campaña de 2018 (81%), cuando dirigió sólo una rueda y perdió apenas un encuentro, ante Deportes Copiapó. Esa vez, su actuación como visitante fue la que terminó dejándolo fuera de la institución. ¿El otro que perdió poco? Vigevani, con 78% de rendimiento en casa.

46% de rendimiento consiguió Cobreloa en las últimas dos temporadas como local. Nunca antes se había bajado del 50% en casa.

1 sólo DT de Cobreloa en Primera B mantenía invicto como local con el club: Rodrigo Meléndez. Lo perdió en el inicio del 2021.