Alto consumo de fructosa promueve el desarrollo del cáncer prostático
El consumo de fructosa favorece el desarrollo de cáncer prostático, determinó un estudio liderado por el doctor en biología molecular y celular Alejandro Godoy, que publicó la Revista Cancer Research.
Esta sustancia es un azúcar presente en las frutas y la miel que sirve, al igual que azúcares como la glucosa y la galactosa, como fuente de energía para mantener la actividad metabólica celular.
Sin embargo, recordó el también académico de la Facultad de Medicina y Ciencia de la Universidad San Sebastián (USS), su ingesta se ha quintuplicado en los últimos 30 años.
Escaso control
En palabras de Godoy, el fenómeno tiene su origen en los alimentos procesados, que son mayoritariamente endulzados con fructosa.
De acuerdo con un comunicado de la USS, el problema radica en la manera en que este azúcar es metabolizado por el cuerpo.
"Nuestras células poseen muy pocos mecanismos de control para contrarrestar un consumo exacerbado de este azúcar. A diferencia de lo que ocurre con la glucosa, que posee mecanismos hormonales y enzimáticos muy eficientes para regular su concentración a nivel sanguíneo y celular, respectivamente, un consumo alto en fructosa, hace que este azúcar permanezca elevado por mucho más tiempo a nivel sanguíneo", señaló Godoy.
A nivel celular, prosiguió, "el metabolismo de fructosa parece no ser inhibido por la producción de ATP (adenosín trifosfato), como ocurre normalmente con la glucosa. Todo esto hace que la fructosa represente una fuente constante de carbonos para nuestras células, incluidas las malignas".
El cáncer, afirmó el académico, es una enfermedad multifactorial, que ataca las células, transformándolas y haciendo que aumenten su proliferación de manera descontrolada, con una pérdida de su función normal.
"Estudios realizados en nuestro laboratorio demostraron que las células malignas prefieren utilizar la fructosa, por sobre otros azúcares, como fuente principal de energía", detalló Godoy.
Los análisis certificaron que "el uso de este azúcar, por parte de las células cancerosas, favorece el crecimiento de las células tumorales prostáticas tanto in vitro como in vivo, además de potenciar su diseminación hacia otros tejidos del cuerpo, un proceso denominado metástasis".
La razón de la preferencia de las células tumorales por la fructosa no está clara, pero encontrarla será uno de los próximos desafíos de las pesquisas de Godoy y su equipo, que se enmarcan en un proyecto internacional financiado por el Departamento de Defensa de Estados Unidos.