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Loína posee una invaluable colección con más de 3 mil objetos de Chuquicamata

PATRIMONIO. En su casa se pueden encontrar diversos artículos que pertenecieron a los habitantes del ex campamento minero. Su deseo es que se pueda crear un museo.
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Karen Elena Cereceda Ramos

En una vivienda de la población Nueva Alemania de Calama, se guarda una invaluable colección con las más diversas piezas y objetos que, en el pasado, formaron parte de la vida de muchos chuquicamatinos y chuquicamatinas.

Es el resultado de años de rescate patrimonial del campamento minero de Chuquicamata que viene realizando Nancy Zavala Ahumada junto a su hermano Luis, quienes comenzaron con los objetos que heredaron de su madre para luego seguir buscando, incluso, en los antiguos vertederos de Calama y el excampamento.

"Yo tenía muchas cosas juntas, entonces yo dije tengo que estabilizarme en qué me voy abocar y dije me voy a abocar en Chuquicamata y ahí empezamos con mi hermano, lo conversamos bien, empezamos y dijimos no, nosotros tenemos que juntar cosas de Chuquicamata y hasta el día de hoy lo hemos hecho así", comenta Zavala.

Hoy, según los cálculos de Nancy, esta colección está conformada por tres mil objetos o más, los que se distribuyen entre su casa y la de su hija que le cedió parte del patio para su resguardo.

Agrega que, la mayoría de estos artículos fueron encontrados durante sus largas tardes de "cachureos" en basurales y que algunos han sido donados por terceros.

De todo un poco

En todos los rincones de la casa de Nancy Zavala se encuentran objetos que son mudos testigos de la vida en el campamento de Chuquicamata que cerró sus puertas en 2007. Al recorrer el lugar es posible encontrar fotografías, recortes de diarios, monedas, mapas, menaje que perteneció al hospital Roy H. Glover, muñecas e incluso, una antigua cama que habría pertenecido a uno de los primeros gerentes que llegó al yacimiento.

También se encuentran artículos más contemporáneos como los regalos que en Navidad hacía Codelco a sus trabajadores, revistas Oasis, llaveros, calendarios o relojes.

Al consultarle sobre cuál o cuáles son sus artículos más preciados dentro de esta colección, Nancy Zavala dice que son tres. Unas fichas con las que se les pagaba el sueldo a los trabajadores de la mina Tres Marías. "Según el plano de Chuquicamata eran 300 las pertenencias mineras que formaron este mineral y de esas 300 pertenencias, estaba la mina Tres Marías", dijo.

Otra de sus reliquias es un libro sobre estadísticas mineras que se editó en 1903 y que cuenta la historia de esta actividad en la zona desde el período de La Conquista. "La encontré en una feria del libro y allí se demuestra que a 1903, la mina de Chuquicamata ya tenía 100 años de actividad", detalla la coleccionista.

Por último, su tercera reliquia es un recorte del periódico que se publicaba en Chuquicamata que corresponde al día en el que ella nació y que fue un hallazgo hecho por su hermano Juan Zavala.

Resguardo

Nancy explica que mientras tenga las fuerzas seguirá recolectando objetos de Chuquicamata sin embargo, hay algo que le preocupa y es qué pasará con esta colección una vez que ella muera. "Es algo que debiera trascender, yo cualquier día me podría morir y dónde van a quedar estas cosas, ese es mi gran problema, son cosas inéditas, son cosas que tú las ves acá y no la vas a ver en ningún otro lado", dice Zavala.

Comenta que ha hecho solicitudes a Codelco para que le puedan entregar en comodato, alguna casa o algún espacio físico en Chuquicamata para poder preservar esta colección, pero no ha obtenido respuesta. "Hace falta un museo en el que se puedan exhibir estos artículos, esto es algo que tiene un valor patrimonial incalculable", detalla.

Nancy Zavala es actualmente tesorera de la Asociación de personas, administradores y agrupaciones de Chuquicamatinos (as) (APAACH) y que se creó este año con el objetivo de trabajar por la conservación de patrimonio material e inmaterial del campamento de Chuquicamata. "Cómo no voy a estar orgullosa de Chuquicamata, un lugar que nos dio tanto y hasta el día de hoy nos sigue entregando. Todos deberíamos agradecerle la buena vida y la hermosa niñez que nos dio esta tierra bendita, pues de verdad es una tierra muy bendita y por todos lados por dónde tú la mires es bendita ", finalizó.

"Hace falta un museo en el que se puedan exhibir estos artículos, esto es algo que tiene un valor patrimonial incalculable".

Nancy Zavala Ahumada, Coleccionista chuquicamatina