Cartier-Bresson visto por Cercas, Pinault, Leibovitz y Wim Wenders
"El Gran Juego" son cinco exposiciones en una, 250 fotos elegidas por cinco curadores que se sumergieron en la Colección Maestra del padre del fotoperiodismo, las obras que él mismo seleccionó como las mejores al retirarse en 1973.
La Biblioteca François Mitterrand expone hasta el 22 de agosto la mirada de Javier Cercas, Annie Leibovitz, Wim Wenders, François Pinault y Sylvie Aubenas sobre la obra de uno de los fotógrafos más importantes de la historia, Henri Cartier-Bresson, el hombre que trató de capturar la mirada humana y que es considerado el padre del fotoperiodismo.
"Le Grand Jeu" ("El Gran Juego") son cinco exposiciones en una, aunque en las 250 fotos de la muestra prevalece la singularidad y el humanismo del creador de la Agencia Magnum, que tras más de 40 años captando instantes decidió en 1973 dedicarse a la pintura, su pasión desde la infancia. Cumplió entonces con un último encargo: seleccionar las mejores imágenes de su obra.
Aquel proyecto dio lugar a la Master Collection, una petición de los coleccionistas Dominique y John de Menil, amigos de Cartier-Bresson, que aceptó elegir entre sus planchas de contactos 385 imágenes, de las que se sacaron seis ejemplares conservadas hoy entre varios museos del mundo.
Entre ellos destacan la Fundación Henri Cartier-Bresson, la Biblioteca François Mitterrand (BNF) y la Colección Pinault, que quisieron invitar a cinco comisarios para ofrecer otra mirada del fotógrafo francés: el empresario Pinault, que acaba de abrir en París un museo para exponer sus obras en la Bolsa de Comercio, el escritor español Javier Cercas, la fotógrafa estadounidense Annie Leibovitz, el cineasta alemán Wim Wenders y la conservadora general de fotografía de la BNF, Sylvie Aubenias.
Surrealismo
El título de la exposición hace referencia al azar invocado por los surrealistas y que influyó en gran medida la obra del fotógrafo. "Debo lealtad al surrealismo, que me enseñó a dejar que el objetivo hurgue en los escombros del inconsciente y el azar", decía.
Pero el juego habla también de las reglas impuestas a los cinco comisarios invitados para la selección de las fotos: las cincuenta imágenes de la Master Collection que consideren mejores en base a gustos o influencias individuales, sin saber qué eligen los demás.
Una curiosa petición que muestra además la propia historia de los creadores invitados, sus gustos, sus sentimientos e incluso su forma de percibir la vida. Cuenta Leibovitz, por ejemplo, que fue la contemplación del retrato de Henri Matisse, que Cartier-Bresson tomó en 1944, lo que la llevó a dedicarse a la fotografía.
Leibovitz, hoy una fotógrafa mundialmente conocida, cuenta también en la exhibición por qué le resultó tan difícil en sus comienzos, en un encargo para la revista Rolling Stone, retratar al maestro en los 70: Cartier-Bresson tenía miedo de ser fotografiado, convertirse en una celebridad y no poder mantener la discreción cuando hacía fotos en la calle.
Ver lo que ve el ojo
Si ella se fija en los encuadres y composiciones más potentes, en una geometría de segundos planos que, por cierto, ha tenido una clara evidencia en su obra, Cercas, elegido en parte por sus escritos sobre la Guerra Civil Española, pone el acento en escenas narrativas, paisajes cargados de simbolismo e imágenes de los trabajos que el francés realizó en España.
El ojo ávido del coleccionista Pinault se muestra en retratos singulares, personajes extravagantes que paseaban por la calle y acabaron convertidos en una instantánea ya mítica, mientras que Wenders enfoca directamente en los expresivos retratos de Cartier-Bresson.
La mirada técnica
La última invitada, Aubenas, una de las mayores especialistas francesas en historia de la fotografía, ofrece por último una visión más técnica de la Master Collection mostrando las características del francés.
Entre ellas, su preocupación por la composición -a la que acordaba más importancia que a la luz-, su gusto por la naturalidad y por retratar, en definitiva, lo que el ojo humano ve, desechando la artificialidad y cualquier rastro de dramatización.
"Encuentra una situación que le gusta y espera que pase algo. Hay un acontecimiento en primer plano y en segundo, o en alguna parte de la escena. Es como ver con sus propios ojos", analiza Leibovitz.
Curiosamente, hay una decena de imágenes que se repiten entre estas selecciones, pero en cada ocasión la mirada del comisario y su forma de presentarla influye también en la percepción última del espectador.
"Para el público, este caleidoscopio visual es una forma de aguzar su mirada, de invitarlo a participar en esta lectura activa del Gran Juego y a disfrutar de descubrir, redescubrir y comparar", destacó la presidenta de la BNF, Laurence Engel.
Henri Cartier-Bresson (1908-2004) vivió 95 años y fue testigo de acontecimientos clave de la historia del siglo XX. Retrató a Pablo Picasso, Fidel Castro, Ernesto Che Guevara, la entrada de Mao en Pekín, la muerte de Gandhi, el matrimonio Pierre y Marie Curie, fue el primer fotógrafo occidental que pudo entrar en la Unión Soviética en 1954, tras la muerte de Stalin, y en 1940, durante la Segunda Guerra Mundial, fue capturado por los nazis y logró fugarse tres años después.
Bruselas, bélgica, 1932.
Simiane la Totonde, un pueblo francés, 1969. Copyright F
henri cartier-bresson.