Preocupación
"Rodear" y "ejercer presión" sobre la Convención Constitucional es el llamado formulado por los constituyentes de la autodenominada "Lista del Pueblo" y el Partido Comunista, y para concretarlo han convocado una marcha hacia las puertas del recinto donde celebrará su primera sesión.
Me pregunto, ¿era de esperar que la extrema izquierda jugara "limpio" y dentro de la Constitución, las leyes y los acuerdos en el desarrollo del proceso constituyente? Hubo tantos que advertimos que no.Ahora, a amarrarse los pantalones con rieles, que esto está recién empezando.
Francisco Bartolucci Johnston Abogado
Primera sesión
El próximo domingo 4 de julio se llevará a efecto la primera sesión de rodeo con la movilización de masas del desarrollo de la Convención Constitucional -proclamado por el presidente del Partido Comunista en el XXVI Congreso Nacional de la colectividad-, con el que se pretende contribuir a generar las "condiciones para una ruptura democrática y constitucional que imprime a la disputa política un carácter emancipador por parte del pueblo chileno" y "consolidar la expectativa popular de un cambio profundo en la sociedad chilena".
Por otra parte, "la gran marcha constituyente" servirá para probar el nuevo protocolo de Carabineros para el control de "manifestantes pacíficos" y su eficacia para el mantenimiento y restablecimiento del orden público.
Adolfo Paúl Latorre Abogado
Falta a la verdad
A través de su franja nos enteramos que el comunista Daniel Jadue fue quien "encabezó" el acuerdo que permitió a las chilenas y chilenos participar en un proceso histórico, donde el 78% (y no el 80%, como afirma Jadue) optó por iniciar el camino hacia una nueva Constitución.
Lo anterior no deja de ser curioso, toda vez que Jadue y el Partido Comunista fueron quienes más fustigaron, por ejemplo, la presencia de Gabriel Boric en el acuerdo del 15 de noviembre de 2019.
El hecho que Jadue falte constantemente a la verdad, sin pudor ni remordimiento, representa no solo un riesgo para la democracia, sino también para el presente y futuro del país en todos sus ámbitos, incluyendo la libertad y los derechos humanos.
Lo que se juega en Chile en las próximas elecciones presidenciales es mucho más que solo un cargo: se juega su estabilidad, avance, desarrollo, progreso, justicia, equidad y libertad.
Rodrigo Durán Guzmán
Materias constitucionales
La experiencia histórica nos ha enseñado que toda Constitución debiera proyectarse hacia el futuro superando las demandas y mayorías temporales, para presentarse como una carta que busca estabilidad y transformarse, con el tiempo, en un texto que fije las reglas del juego y permita jugarlo en libertad.
Una Constitución que pretenda abarcar la mayor cantidad de materias e incorporar la mayor cantidad soluciones corre el riesgo de transformarse en una norma inaplicable. Ejemplo de ellos son las constituciones de países como Ecuador, Bolivia o Venezuela.
Frente al inicio de la Convención Constitucional, los convencionales constituyentes deberán tener claridad de que no es su deber -ni la Constitución el instrumento- hacer presente todas las demandas de la ciudadanía. Del mismo modo, tendrán que señalar, a pesar de la impopularidad que puedan tener estas realidades, que muchos temas no son pertinentes a la Constitución, sino que demandan de una política pública eficiente por parte de nuestras autoridades.
Martín Durán F. Fundación para el Progreso
Fijación del sueldo mínimo
Año a año sigo con gran atención el largo trámite que debe sortear la fijación del sueldo mínimo, las numerosas negociaciones, interminables tira y afloja, el arduo trabajo parlamentario, como también el exiguo incremento que dicha compensación, finalmente, experimenta.
La solución es simple… fijar la dieta mensual de los señores parlamentarios, por ejemplo, en el equivalente a 20 sueldos mínimos. Así, esta compensación básica quedaría aprobada en el Congreso -de rebote por cierto- en breves minutos, en más digno incremento, seguramente en sesión reservada, con votación unánime y más que alguna consideración favorable para los trabajadores, también de rebote.
Adicionalmente, daría tranquilidad y reparador sueño a los servidores públicos con vocación de servicio que a lo largo de los años han comprometido -con absoluta seriedad- más preocupación por los trabajadores que por sí mismos.
Hernán Del Villar Pérez-Montt