El extenso peregrinar de la Virgen de Ayquina por Calama
RELIGIOSIDAD. Los fieles calameños tuvieron la ocasión de reencontrarse con su "chinita", debido a que el santuario está cerrado por la pandemia.
Tal como estaba previsto, la imagen de la Virgen de Ayquina cumplió un extenso recorrido por las calles de Calama y fue la oportunidad para que los fieles la saludaran con pañuelos blancos y le solicitaran su intercesión para el bienestar propio, de sus cercanos y de toda la comunidad que la reconoce como su patrona.
Como era de esperar hubo mucha religiosidad y familias completas salieron a las calles a participar de la actividad.
Devoción y emoción podrían ser las palabras que reflejan el respeto del pueblo católico, que ante la suspensión por segunda vez de la fiesta religiosa, encontraron el momento para estar con la Virgen y poder venerarla como la Madre de Dios.
El recorrido fue extenso y pese a las coordinaciones el fervor visto en las calles hizo que se hiciera a más lento de lo esperado. De hecho, la programación se vio retrasada y los fieles debieron esperar horas en los puntos de encuentros definidos.
E cierre de la actividad estaba planificado para las 17.30 horas, pero debió extenderse.
Pero la espera y el cansancio no mermaron en el entusiasmo. Llegado el momento se acercaron a la procesión, rezaron y oraron con fe. Era la instancia que la pandemia les había quitado y que no querían dejarla pasar.
La idea de la peregrinación, pese a los inconvenientes se cumplió a cabalidad, pese a los retrasos y a la extensión en el tiempo. Fue el reencuentro de los calameños con su "chinita" a ella que acostumbraban a visitar cada año en su santuario y que veneraban con bailes y diversas actividades.