El engaño a la fe pública
El caso del "pelao Vade" tiene que mirarse con la gravedad que significa sostener una mentira para presentar una postura y con posterioridad llegar a un cargo de elección. Si bien la condena a la mentira ha sido transversal, en algunos momentos surgen voces con matices que intentan explicar lo ocurrido y entender las razones que motivaron.
Han pasado algunos días desde que el convencional Rodrigo Rojas Vade, confesó que no padece de cáncer pero sí de otra enfermedad igualmente grave. La revelación se hizo en medio de una investigación periodística que había llegado a la conclusión del engaño del conocido "pelao Vade", uno de los más votados en las elecciones.
Si bien la condena a la mentira ha sido transversal, en algunos momentos surgen voces con matices que intentan explicar lo ocurrido y entender las razones que motivaron u obligaron a cometerla.
Otros asumen que es una farsa pero es que mínima comparada con las colusiones, fraudes en las instituciones estatales y en investigaciones de financiamiento irregular de la política.
Todas muy ciertas y condenables, pero que no pueden intentar correr la vara de lo que es correcto o incorrecto. Lo hecho por el constituyente fue instalar una mentira y sostenerla para llegar a uno de los escaños de la Convención Constituyente y es claramente un engaño a la fe pública que solidarizó con su caso y lo dibujó en el rostro de miles de personas que sí padecen de esta enfermedad.
Acá no se trata de enviarlo a la hoguera o hacer leña del árbol caído, sí de ser claro que ese tipo de conductas son dañinas para el país que se busca construir desde el estamento constitucional del que es parte. Humanamente nos conmueve y casi todos están dispuestos a tenderle una mano, intentar entenderlo y ayudar a que supere lo hecho con las enseñanzas que este tipo de actitudes conlleva.
Sobre su permanencia en la convención sería mejor que diera un paso al costado y que busque aportar desde otro lugar en el que pueda estar. Lamentablemente su error es grave y ese tipo de errores tiene un costo que él debe asumir con hidalguía.
Lo ocurrido se lamenta porque los chilenos confiaban en que sectores que no tenían representación se habían hecho un espacio y podían llevar el sentir ciudadano, que perfectamente lo tiene, pero que debió cuidarlo para beneficio de quienes estaban postergados y necesitan de la imagen de un "pelado Vade", que los representara.
Son lecciones y la convención claramente que se ve afectada, pero que debe sobreponerse y continuar con su trabajo que representa la esperanza de un Chile mejor.