El SERNAC realizó un experimento basado en las ciencias del comportamiento, en el que participaron más de 3 mil consumidores para diseñar un nuevo formato de cotización de seguros automotrices.

El objetivo de este nuevo formato es justamente que los consumidores puedan tener incentivos para leer la información, entenderla, cotizar y puedan tomar decisiones adecuadas.

Está comprobado que la forma en la cual se entrega la información al consumidor sobre productos complejos como los financieros, afecta considerablemente la toma de decisiones.

La evidencia muestra además que, al contratar productos financieros, los consumidores no cotizan ni comparan lo suficiente y se ven influenciados por el contexto de compra.

Este nuevo diseño, que incluye información relevante y clara, sencilla de entender, permitirá a los consumidores conocer exactamente lo que ofrece una determinada empresa.

La idea es que las personas entiendan perfectamente en qué consiste el producto y puedan cotizar y comparar, considerando variables importantes como los tiempos promedios de reparaciones de los vehículos de esa empresa respecto del mercado.

De hecho, la nueva propuesta de cotización permite comparar al cliente los tiempos promedio de reparación del vehículo ante siniestros por cada compañía, gracias a la información de la Comisión del Mercado Financiero.

También este nuevo formato incluye información clara sobre lo que cubre y no cubre el seguro que se está cotizando, el deducible y las primas a pagar.

En la práctica, esto significa que de los 1.843.350 vehículos asegurados el 2020, un poco más de 76 mil consumidores habrían sido estimulados a cotizar en el caso que hubiesen recibido la hoja de cotización diseñada por SERNAC.

La propuesta de rediseño de cotización está abierta a consulta pública para las observaciones de los distintos actores interesados, y posteriormente presentaremos una propuesta normativa que considere hacerlo obligatorio.

Este trabajo se suma a la propuesta de rediseño del nuevo estado de cuenta de los créditos hipotecarios y tarjetas de crédito, que busca promover la portabilidad financiera en créditos hipotecarios, proceso que está en la etapa final de aprobación normativa por parte del Ministerio de Economía, Fomento y Turismo, para comience a ser utilizado prontamente por todas las entidades financieras.

Como SERNAC seguiremos trabajando para mejorar los estándares de información en los diversos mercados, todo con el propósito de facilitar la comprensión de parte de los consumidores, y así puedan tomar decisiones de consumo informadas y que los beneficien.

Marcelo Miranda,

Dirección regional de Sernac

Es muy simbólico que en una ciudad como Iquique se hayan producido las avergonzantes imágenes del día sábado. Una ciudad, tal como Antofagasta, construida en base a la migración y donde los mismos chilenos fuimos alguna vez los inmigrantes.

Más allá de que parte de los argumentos de quienes participaron en la marcha contra la migración irregular puedan ser razonables, como por ejemplo el abandono de parte del poder central ante esta crisis migratoria y la ocupación de espacios públicos que le pertenecen a todos, nada justifica que se hayan quemado las pocas pertenencias de personas en extremo vulnerables y que además turbas les hayan perseguido solo por haber nacido en otro país. Un país -Venezuela- que hace tres décadas era uno de los más desarrollados de Latinoamérica, pero que por una serie de malos gobiernos de corte populista se convirtió en un desastre económico del que solo queda huir.

Y es que el caso venezolano debería hacernos reflexionar: la historia nos ha mostrado que las democracias se deben cuidar, que los mesías esconden ansias de poder, que las soluciones mágicas no existen, que el endeudamiento se paga, y que en muy poco tiempo un país puede destruirse y sus ciudadanos convertirse en refugiados.

Chile hace tres décadas tenía más ciudadanos que salían del país en busca de un futuro mejor, que los que recibía. Bien lo saben en Suecia, el sur de Argentina o la misma Venezuela.

Ahora nos tocó estar al otro lado de esta moneda y puede ser difícil para un país que parece tener tantos problemas propios, tender una mano solidaria, pero es un deber moral y la única vía para que esta olla de presión no estalle con más fuerza. Cuanto antes se deben habilitar albergues para que los migrantes que siguen ingresando al país, puedan estar en condiciones dignas y no en espacios públicos donde se genere tensión con los habitantes locales y focos de insalubridad. Además se les debe ayudar a regularizar su situación para que accedan a trabajos y no queden a manos de mafias del narcotráfico, trata de personas o el prestamismo ilegal. Si el Estado no toma el control de la situación, serán las mafias las que lo harán.