Biden reconoce "frustración" por el tropiezo de su agenda
CONGRESO. Los demócratas no lograron ponerse de acuerdo sobre sus dos principales ejes: la ley de infraestructuras y el paquete de gasto social.
Los demócratas intentarán aprobar la ley de infraestructuras del presidente estadounidense, Joe Biden, el 31 de octubre, anunció la presidenta de la Cámara de Representantes de EE.UU., Nancy Pelosi, después de que el mandatario expresara "frustración" por las tensiones dentro del Partido Demócrata que impidieron aprobar este plan (de 1,2 billones de dólares) y el paquete de gasto social que (3,5 billones), los dos grandes ejes de su agenda económica.
Pelosi explicó que la votación será el 31 de octubre porque ese día expirarán los fondos destinados para autopistas y otras vías de tránsito. Si esos fondos expiran, 3.700 empleados federales podrían quedar sin empleo y sueldo.
Ese financiamiento ya expiró el 1 de octubre, cuando empieza el nuevo año fiscal, pero el Congreso aprobó en las últimas horas un aumento de fondos de 30 días.
El anuncio de Pelosi llegó después de que esta semana las tensiones entre los sectores centrista e izquierdista del Partido Demócrata impidieran aprobar la ley de infraestructuras.
Ese plan, que fue aprobado en el Senado hace semanas con apoyo de los dos partidos, consiste en la reconstrucción de carreteras y puentes.
El plan de gasto social, que cuenta con el apoyo de la mayoría de los demócratas, busca expandir los programas sociales, combatir la crisis climática y subir los impuestos a grandes empresas y ricos.
Tensiones internas
El sector centrista había presionado a Pelosi para que el jueves la Cámara de Representantes aprobara la ley infraestructuras, pero los progresistas se rebelaron y amenazaron con tumbarlo si no se llegaban a compromisos concretos sobre el plan social.
Este último aún no ha sido aprobado por ninguna de las cámaras y su contenido es lo que está ahora mismo provocando tensiones dentro del partido.
Una de las grandes cuestiones es la cantidad de fondos que se destinará a ese plan social, en el que los progresistas querían invertir entre 6 y 10 billones de dólares, pero que ahora mismo está valorado en 3,5 billones, una cifra aún alta para algunos centristas.
"Todo el mundo está frustrado. Eso es parte de gobernar, estar frustrado", dijo el mandatario antes de partir hacia su casa en Wilmington. Sin embargo, volvió a mostrarse convencido de que los sectores de su partido lograrán ponerse de acuerdo para aprobar los dos grandes ejes de su agenda.
"No hay razón por la que no podamos aprobar esas dos leyes", afirmó Biden. "Creo que podemos conseguirlo", agregó optimista, aunque dijo que es una persona "realista" y recordó que conoce bien el Congreso porque durante 36 años representó al estado de Delaware. "Estuve en el Senado durante años, sé cómo se hacen las leyes", defendió. "Creo que cuando el pueblo estadounidense sepa lo que está dentro (de las leyes), lograremos sacarlo adelante", argumentó.
El viernes, el gobernante se reunió con los demócratas en el Congreso a puerta cerrada y, aunque no se llegó a un acuerdo, la cita sirvió para dar más tiempo al partido para seguir debatiendo.
En el encuentro, Biden habló sobre la posibilidad de rebajar la cifra del plan social a entre 1,9 y 2,3 billones, dijeron a "Político" varias fuentes que estuvieron en la reunión.
La guerra entre demócratas se produce mientras el nivel de aprobación de Biden baja en las encuestas y a poco más de un año para las elecciones legislativas de noviembre 2022, en las que el mandatario medirá la aprobación a su gobierno y podría perder la estrecha mayoría que tienen en el Senado y la Cámara Baja.