Cuarto retiro de fondos de las AFP
El proyecto que en su momento pareció muerto, ha recobrad vida gracias a las confesiones de representantes de la centroderecha. Mañana empezará a tramitarse en el Senado. Un espacio en el que pocos veían posibilidades de contar con apoyo pero que hoy se siembra la incertidumbre.
Un análisis interesante es el que se puede hacer respecto a la evolución del cuarto retiro de fondos de las AFP, surgido en parlamentarios de izquierda y centroizquierda. En su momento no tuvo gran aceptación y pareció que la iniciativa había nacido muerta porque muchos de quienes en su momento estaban a favor de los primeros tres retiros, frente a un cuarto se mostraban dubitativos y más proclives al rechazo.
Contadas excepciones confiaban en que se contaba con los votos en la Cámara Baja para aprobarlo y la tarea había que fijarla en el Senado, donde había menos respaldo. Otros creyeron que ni siquiera se sortearían los primeros trámites legislativos.
Algo que se vio refrendado cuando el candidato presidencial de la centroderecha, Sebastián Sichel, quiso ordenar las filas y llamó a los legisladores del sector al rechazo. Incluso, fue vehemente en el trato con quienes estuvieran dispuestos a aprobarlos. Como fue el caso de la diputada Paulina Núñez (RN), quien públicamente dijo que lo aprobaría y recibió inmediata señales del comando del precandidato que la llamaban a alinearse con el rechazo.
Pero a poco andar se conoció que tanto el actual ministro de Hacienda, Rodrigo Cerda; la ministra de Medio Ambiente, Claudia Schmidt y la exsubsecretaria en Prevención del Delito y hoy vocera de la campaña de Sichel, Francisca Martorel, reconocieron haber hecho retiros del 10% de las AFP. Pero no todo quedó allí, el mismo presidenciable confesó haber hecho retiros y haberlos traspasados a un cuenta de ahorro previsional voluntario.
Eso le dio vida al proyecto y también reflotó la idea, planteada por el mismo Sichel, de retirar la totalidad de los fondos y que sean las propias personas que administren sus recursos para pensionarse.
De allí en más se ha avanzado y mañana empezará a tramitarse en el Senado. Un espacio en el que pocos veían posibilidades de contar con apoyo pero que hoy se siembra la incertidumbre. Varios que habían manifestado su rechazo, hoy se declaran en reflexión y no es de extrañar que este cuarto retiro siga su avance.
Todos reconocen que los retiros son una pésima política para afrontar la crisis económica derivada de la pandemia, pero que las urgencias y la tardanza en la ayuda lo pusieron como una solución, que en largo plazo tendrá impensadas implicancias.