Claudio Cerda Santander
La crisis humanitaria causada por el éxodo de cerca de 6 millones de venezolanos desde su país, que se advierte a diario en ciudades como Antofagasta, ha impulsado el despliegue territorial para brindar asistencia humanitaria de una serie de organizaciones sociales como la Fundación de Ayuda Social de Iglesias Cristianas (FASIC).
Hugo Altamirano, coordinador regional de FASIC en la Región de Antofagasta, aborda la contingencia migratoria con El Mercurio de Antofagasta.
¿Cuál es su diagnóstico, por su labor en terreno, sobre la actual crisis migratoria que enfrenta el país, y especialmente la Macro Zona Norte?
-El diagnóstico es tremendo, y es difícil explicarlo en pocas palabras. Hay que entender el contexto de nuestras políticas migratorias, con los cambios que se están implementado con la nueva ley, como en el caso de la Regularización Migratoria que finaliza en octubre; el cierre de fronteras debido a la pandemia, con regiones que sufren la llegada masiva de personas y donde la población se pone quisquillosa porque entiende que el Gobierno no está aportando como debiera hacerlo… Todo esto recae en los mismos migrantes, las personas más vulneradas que buscan una oportunidad, porque estando en frontera ellos ya no se van a devolver a un país donde dicen que están peor.
Eso ha generado un malestar social en Chile, especialmente en la zona norte y en Iquique. Esto ha hecho también correr una suerte de pólvora, extendiéndose a las regiones de más al sur. Hoy tenemos dos grupos de personas: los que están a favor de la migración, pero están como muy ocultos, y los contra migración, que a su vez están divididos en dos posiciones. Unos declaran que están muy descontentos con el Gobierno y otros sostienen que la migración lleva consigo asaltos, violencia, el mantener niños en la calle. Por eso el barril de pólvora explotó de esa manera. Esta semana, por ejemplo, fuimos al terminal a hacer un monitoreo. Fuimos con muestras pecheras, y la gente que estaba esperando empezó a gritar cosas, a manifestarse algo escondidos, medio disimulados.
Respuesta humanitaria
Una serie de organizaciones sociales han enfrentado la crisis migratoria con una respuesta humanitaria, especialmente a partir del 18 de agosto pasado cuando desde el terminal de buses de Antofagasta el personal de la Aduana Sanitaria alertó de una inusual y masiva llegada de extranjeros en condición migratoria irregular.
Aunque Altamirano reconoce las medidas anunciadas por el Gobierno para enfrentar la crisis, sostiene que falta una respuesta mayor del Estado y de los órganos locales.
"Gracias al coordinador del terminal se les permitió a algunos estar dentro del recinto, también con la ocupación de los estacionamientos por carpas improvisadas de las personas que esperaban continuar con sus viajes. Hubo una mala preparación en la toma de test de antígenos. Porque la gente llegó a Antofagasta, desde Calama y Tocopilla, para seguir su viaje al sur. Ahí los detenían para controlarlos y verificar si iban o no contagiados. Se implementó el protocolo bien, pero no se activó de manera efectiva, porque había una o dos personas tomando antígenos y había hasta 300 personas que se estaban acumulando en el lugar diariamente. Pero las personas seguían manteniéndose ahí, porque no había albergues ni posibilidad de trasladar a menores de edad, mujeres embarazadas a otros lugares. El 18 de agosto comenzó todo en el terminal (aglomeraciones), porque el 17 de agosto estuvimos en el lugar monitoreando y no volaba una mosca", señaló Altamirano.
"Después se activó un segundo espacio para la toma de los exámenes, luego un tercero en el (Gimnasio) Polideportivo. Se empezó a trasladar a la gente donde están un poquito más ocultos, pero siguen ahí. Aunque hay que reconocer que la Aduana Sanitaria está respondiendo ahora sí de mejor manera (…) Mi percepción es que ante esta emergencia hay muchas pugnas políticas por quien está en la palestra y no se llegan a acuerdos para generar los albergues prontamente y trasladar a las personas.
Por su contacto permanente con el nuevo flujo migratorio ¿cuál es su proyección sobre lo que pueda ocurrir en las próximas semanas y en lo que resta del año sobre esta contingencia?
-Creo que en todo lo que queda de este año vamos a seguir enfrentando el impacto de la migración y vamos a seguir teniendo una población nativa, chilena, con altos malestares. Las fronteras van a estar militarizadas, pero la gente igual va ingresar de alguna manera por otra parte. Si no se controla bien esto, y de manera inmediata, humanitaria y efectiva, creo que vamos a tener lo más probable algo similar al 18 de octubre, aunque con menor intensidad, pero esta vez con matices migratorios si esto continúa de la misma manera.
"Creo que en todo lo que queda de este año vamos a seguir enfrentando el impacto de la migración y vamos a seguir teniendo una población nativa, chilena, con altos malestares".