Colo Colo cayó ayer con un equipo colmado de jugadores juveniles e infantiles en su partido frente a Audax Italiano, afectado por las 20 bajas que tuvo a causa de casos de covid-19 y contactos estrechos del plantel e incluso del cuerpo técnico con los contagiados.
Como cualquier jugador juvenil que sueña con ser convocado para el primer equipo del club que defiende, los muchachos albos dirigidos por Eduardo Rubio (porque Gustavo Quinteros también debió cumplir la cuarentena) mostraron todas sus ganas de hacer notar sus talentos.
La mayoría de los jugadores que presentó Colo Colo ayer frente a Audax Italiano tenía 17 años y los números de sus camisetas iban desde el 2 de Jeyson Rojas, el más experimentado como parte del primer equipo, único que no estuvo impedido de jugar, hasta el 57 de Diego Plaza.
Pero no se achicaron y en el primer tiempo se crearon las mejores acciones ofensivas y dejaron en evidencia algunas falencias de su rival. Carlos Villanueva estuvo cerca de abrir el marcador dos veces, pero desvió y el descanso llegó cuando todo seguía 0-0.
La caída
Sin embargo, apenas sonó el pitazo inicial de la segunda etapa los itálicos marcaron la apertura del marcador por intermedio de Lautaro Palacios y se acabó la resistencia de los muchachos de Pedreros.
Todo empeoró minutos más tarde, a los 54', cuando Fabián Torres aprovechó un error del arquero Julio Fierro para aumentar la ventaja del cuadro floridano. Tal como su compañero en el primer gol, el autor de la conquista evitó celebrar mucho como una muestra de respeto a sus jóvenes rivales.
Los muchachos del Cacique no tuvieron más piernas para reaccionar y Audax pareció no querer abusar de su posición de dominio en el partido, que terminó con ese 2-0 digno para albos y suficiente para itálicos.
"Armar y desarmar"
"Tuvimos que armar y desarmar. Una desorganización de las personas que tenían que informar. Se nos fueron cayendo entre la noche y la mañana y juntamos lo que pudimos. No teníamos más chicos disponibles. Lamentable el resultado", dijo Eduardo Rubio tras el pleito.
"Es un milagro que hayamos juntado a tantos chicos. Siempre nos fueron poniendo piedras. Estamos orgullosos. Chicos de 16-17 años, lamentablemente es una ventaja que no se debería dar. El colocolino siempre lucha, siempre intenta", agregó.
Las horas previas al partido estuvieron colmadas de polémicas y reacciones de diferentes sectores, desde el momento en que Blanco y Negro pidió que se suspendiera el encuentro y los dirigentes de Audax se negaran.
En reunión de emergencia el directorio de la ANFP decidió durante la mañana que el encuentro debía jugarse, lo que obligó a la delegación alba a trasladarse hacia Rancagua. Pero los dirigentes del club rechazaron la decisión a través de un comunicado: "Jóvenes de 16 años deberán enfrentar a futbolistas profesionales en un partido clave por la definición del título del torneo profesional chileno".
La respuesta la dio Pablo Milad, presidente de la ANFP, quien afirmó que "no hay persecución contra Colo Colo; se aplicó lo mismo que a otros clubes".
Mientras parlamentarios de la UDI pidieron citar a los jefes de la ANFP a una comisión para que den explicaciones de por qué se jugó, el Sindicato de Futbolistas Profesionales planteó que "el partido debió suspenderse por acuerdo de los dirigentes deportivos, que deberían tener toda la voluntad para hacerlo, pero siempre optan por el bochorno".
Hasta la Defensoría de la Niñez intervino, debido a que gran parte del equipo del Cacique estuvo compuesto por menores de edad: "El llamado es a no someter a estos adolescentes a una posible vulneración de sus derechos debido a la carga física y emocional que supone el partido y su contexto".