Cristián Venegas M.
Dos tercios del agua de mar que se desaliniza en Chile por empresas sanitarias y de la gran minería se utiliza en la Región de Antofagasta, donde se bombean cerca de 6.000 litros de agua por segundo. Cantidad que crecerá exponencialmente en el transcurso de esta década, planteando una serie de interrogantes respecto del impacto medioambiental que provocan estas plantas.
Entre las mayores preocupaciones de las comunidades, según explica el presidente de la Asociación Chilena de Desalinización (Acades), Carlos Foxley; están el efecto de la succión de agua de mar en la biodiversidad y el manejo de las salmueras obtenidas del proceso de desalinización, que tendría un efecto en la salobridad del agua y de ese modo en la flora y fauna de la costa.
Manejo de salmueras
Respecto del destino de las sales que se obtienen tras el proceso de desalinización, Foxley explica que una de las mayores y "legítimas" preocupaciones que tienen las comunidades es "qué pasa con las salmueras, porque hay gente que se imagina que las desaladoras devuelven camiones de sal al mar y que matan toda la vida que hay alrededor, y eso no es así".
"Efectivamente, agregó el directivo, se devuelve el agua de mar con el doble de concentración de sal, pero no deja de ser un agua de mar más salada y con los mismos componentes que tenía el mar, porque si agregaste algún químico te tienes que asegurar que antes de devolver el agua se lo has sacado y, por lo tanto, lo que estas devolviendo al mar es lo mismo que sacaste".
Proceso que hoy se apoya además en modelos matemáticos y conocimiento "para que al devolverlo al mar lo hagas con una línea de difusores que te permiten que a los pocos metros, seis o siete metros de distancia, ya no percibas la diferencia en la salinidad del agua y, por lo tanto, no afectas el medio ambiente. Para eso tienes que hacer estudios, conocer la flora y fauna, la biota que hay en la bahía donde se instale la planta, las corrientes, una vez que se conoce la costa hay espacio para buenos proyectos, amigables, sustentables, que mitiguen los riesgos".
Zonas de succión
Otra de las preocupaciones que la Asociación identifica como las principales son las tomas de agua. Sobre esta inquietud Foxley detalla que "se podría pensar que la planta de transforma en una especie de aspiradora que chupa todo lo que pasa por ahí, y la manera en que eso se controla, o se minimiza, es que diseñas la toma de agua de mar con una velocidad menor que las corrientes naturales que hay en esa zona".
Para lograrlo, añade el ejecutivo, se hacen estudios, pues "cuando las velocidades son menores no está el riesgo que succiones, porque prevalece la corriente y hay ejemplos de normas que se usan en Australia, España, y otros países, de modo que la mayoría de los proyectos se hacen con una velocidad de 0,15 metros por segundo en la succión, que es una velocidad muy baja, siempre hay un porcentaje que se puede ver afectado y eso hay que estudiarlo y tomar las medidas para que sea lo mínimo posible".
8.600 litros de agua por segundo se desalinizan en el país, 6.000 de esos litros en la Región de Antofagasta.
2028 se espera que en Chile estén operando 26 desalinizadoras. Actualmente existen 11 plantas de este tipo.
2031 se espera que el 41% de los recursos hídricos utilizados en la gran minería provenga de agua deslinizada.