Austria volvió al confinamiento y Merkel evalúa vacuna obligatoria
PANDEMIA. Los países europeos marcaron nuevos récord de contagios y enfrentan dificultades para ampliar la tasa de inmunización contra covid-19, que no supera el 68%.
Agencias/Redacción
Un panorama gris exhibía ayer Viena, la capital de Austria, en el primer día de regreso al confinamiento. Pese a las promesas del gobierno de que no habría nuevas restricciones en tal sentido, el aumento de casos de covid-19 y la saturación de los hospitales llevaron a las autoridades a decretar el cierre de actividades.
Restaurantes, cafeterías, tiendas, museos, teatros y otros recintos de esparcimientos no abrirán sus puertas al menos en 20 días. Pero no es un cierre total, ya que además de las salidas para hacer compras de alimentos o medicamentos e ir al trabajo, está permitida "la recreación física y mental" al aire libre. Los colegios y universidades también están abiertos.
Las medidas vuelven en un momento de polarización en la sociedad austríaca. El hastío frente al recrudecimiento de la pandemia se mezcla con un rechazo al gobierno por su inacción previa, la marginación que denuncian los no vacunados y el auge de movimientos ultranacionalistas contrarios a la inmunización y a las restricciones.
En las últimas 24 horas el país contabilizó 13.806 nuevos contagios, la cifra más alta registrada en un lunes desde el inicio de la pandemia.
El crecimiento exponencial de los casos es atribuido a la llegada de la temporada fría, la agresividad de la variante delta y, sobre todo, al bajo índice de vacunación.
Hasta el momento, 5,9 millones de personas, es decir, un 66% del total de 8,9 millones de habitantes, ha recibido la pauta completa de una vacuna contra el coronavirus.
Obligatoriedad
En tanto, en otros países del viejo continente se analizan medidas adicionales para contener la nueva ola. Es el caso de Alemania, donde se abrió el debate sobre la posible obligatoriedad de las vacunas.
La obligatoriedad es algo que "nadie de nosotros quiere", afirmó el presidente del Instituto Robert Koch (RKI), Lothar Wieler. "Pero si se ha intentado todo lo demás, entonces la OMS dice que tenemos que pensar también acerca de una obligatoriedad", señaló.
El gobierno es reacio a tal imposición, por lo que los esfuerzos de la autoridad se concentran en aumentar la tasa de vacunación, que llega solo al 68%.
"Estamos ante una situación altamente dramática", dijo la canciller Angela Merkel, mientras que el ministro de Salud, Jens Spahn, alertó a los no vacunados del peligro real de morir de covid-19. "Probablemente, al final de este invierno, prácticamente todos en Alemania, como se ha dicho ya de manera cínica, estarán vacunados, sanados o muertos", aseguró.
La nación germana registró ayer 30.643 nuevas infecciones en 24 horas y 62 muertos, mientras la cifra de casos activos se disparó a 637.200.