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"Me siento muy orgullosa de ser atacameña"

IDENTIDAD. Joven enfermera cumple un rol clave en su comunidad, especialmente en el área de la salud.
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Oriunda del pueblo de Camar, ubicado al interior de la provincia de El Loa, Ivette Cruz Reyes es una de las hijas de esta tierra, que decidió entregar sus conocimientos y regresar al lugar donde nació y creció para aportar y ayudar a los integrantes de su comunidad.

Enfermera titulada de la Universidad de Tarapacá, decidió volver a Camar para ayudar a sus habitantes durante esta pandemia. "El pueblo de Camar se encontraba desprotegido debido a la ausencia de rondas médicas, por esto mi propia comunidad me pidió que me hiciera cargo del proyecto de salud, con esto generar todos los protocolos para mantener en resguardo a los habitantes y así evitar posibles contagios de covid-19", detalla esta joven profesional de la salud.

Agregó que, "en mí siempre existió el deseo de mejorar el sistema de salud que recibían las personas del pueblo. Y eso solo fue el principio, pues las problemáticas existentes iban mucho más allá del covid-19", dijo.

Ivette explica que en el poblado desempeña dos trabajos. "Mediodía trabajo por el CESFAM en la comunidad de Camar, donde soy la encargada de la Estación Médico rural, mis funciones son ser enfermera de atención primaria, realizando control del niño sano, control cardiovascular y mantener las coordinaciones necesarias con las dependencias de San Pedro de Atacama, entre otras cosas".

En la jornada de la tarde, en tanto, se dedica a la gestión y es la encargada de la unidad de salud de la comunidad de Camar, donde su principal función es gestionar un convenio para el mejoramiento de la salud en la comunidad.

Gracias a ello, se han realizado operativos médicos gratuitos. "En el futuro queremos traer una red de especialistas a nuestra propia comunidad, en eso sigo trabajando. Con gran orgullo hoy puedo decir que en Camar se brinda una salud gratuita y de gran calidad a todas y todos los comuneros".

Sobre que es lo que más destaca de trabajar con la comunidad, la joven enfermera señala que "es mi compromiso y cercanía con las personas, pues al ser parte de la comunidad logro empatizar al 100% con los problemas de cada uno de mis pacientes y con esto busco toda vía posible para lograr ayudarlos".

Además no esconde el orgullo de ser parte de esta comunidad. "Me siento tremendamente orgullosa de ser atacameña, de tener una identidad, una pertenencia y de tener historia. Pertenecer a la comunidad e involucrarme en sus proceso y con esto ayudar en el progreso me hace tremendamente feliz, nosotros somos el cambio. Para mi significa un gran compromiso, una gran responsabilidad y por sobre todo, un inmenso desafío. El engrandecer a nuestro pueblo y cuidar a nuestra Patahoiri está en nuestras manos".

Finalmente dijo que, "que todo joven debería volver a su comunidad a aportar en el crecimiento y desarrollo de esta. Hoy especialmente en mi comunidad tenemos jóvenes estudiando diversas carreras universitarias, de lo cual obviamente me siento orgullosa de cada uno pues estoy segura que en el futuro harán grandes cosas y espero que esas cosas sean por nuestra comunidad de Camar".

Ivette Cruz Reyes, 25 años

"Es gratificante ayudar a quienes lo necesitan"

SOLIDARIDAD. Con su labor en la pastoral juvenil busca ayudar a los jóvenes y a los más vulnerables.
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Un joven inquieto, así se define Camilo Ramírez Barrera, quien entre otras cosas, es egresado de la carrera de Enfermería de la Universidad de Aconcagua, trabaja en un centro de vacunación covid en Calama, es encargado de la pastoral juvenil de la parroquia La Merced y ayuda a su tío en la producción de helados artesanales.

Comenta que la idea de ser enfermero nació gracias a su bisabuela. "Cuando yo era un niño, siempre era común cuando alguien estaba enfermo, como ella estuvo mucho tiempo trabajando en el hospital de Calama, cada vez que uno se enfermaba se iba a vacunar a su casa entonces siempre me llamo atención eso y desde ahí quise estudiar esto relacionado con la salud".

Actualmente este joven forma parte de los cientos de profesionales de la salud que se encuentran trabajando en pandemia, especialmente en el proceso de vacunación. "Ha sido bien arduo, pero ha sido muy bonito estar en esta campaña para poder salir de la pandemia y esperemos que salgamos rápido", señaló Ramírez.

Paralelamente a su labor profesional, Camilo trabaja en la pastoral juvenil de la parroquia La Merced. " Yo llevo harto tiempo trabajando con la Iglesia Católica, más que nada esto lo vengo trabajando desde niño, porque mi familia es católica entonces siempre fui criado con esos valores, con los valores cristianos".

Explica que cuando estudiaba en el colegio formaba parte de la pastoral. "Desde ahí como que me impulsé a trabajar en la parte social. En las pastorales juveniles siempre buscan trabajar diferentes enfoques, un enfoque es dinámico, poder interactuar con los jóvenes poder comentarle lo que le pasa, la otra parte es la espiritualidad y la parte sicosocial que también es muy importante en estos días más aún en pandemia".

En el caso del trabajo que realiza en La Merced, Camilo explica que, "estoy trabajando hace tres años y ahí siempre tratamos de enfocar esos aspectos, no nos vamos a uno solo tratamos de hacer algo bien global, para que el joven se sienta enriquecido consigo mismo tratando de primero de descubrirse, segundo de aportar a la sociedad ayudando a quien más lo necesita y tratar de que, con el tiempo que tiene el joven, sentirse alegre", detalló.

Dice también que, a través de esta pastoral han desarrollado varias campañas solidarias, apoyando a comedores que funcionaron durante las cuarentenas y en Navidad y que para este año ya están trabajando en nueva iniciativa y en un proyecto ecológico.

Para él entregar parte de su tiempo a la ayuda social es "gratificante" y hace un llamado a los jóvenes de Calama a que se atrevan a hacer cosas.

"Es gratificante ayudar a alguien que lo necesita o cuando uno conversa con alguien que está en problema, cuando pasas de ese estado a la felicidad aunque sea un minuto y tú lo ves en el otro, en el prójimo es muy gratificante y con eso uno se queda", finalizó.

Camilo Ramírez Barrera, 26 años