El derecho del trabajo
Eduardo Díaz , Jefe Oficina Defensa Laboral, Corporación de Asistencia Judicial
Como es bien sabido, desde sus orígenes el derecho del trabajo se ha erguido como una poderosa herramienta socio normativa, dentro del sistema económico capitalista, cuyo objeto es compensar la asimetría fáctica entre trabajador(a) y el empleador(a).
Ya en los albores de la revolución industrial y frente a la problemática planteada por los abusos patronales durante la llamada "cuestión social", desde la "ley Peel" en Inglaterra (1819) que prohibió el trabajo de niños menores de 9 años en las fábricas textiles, o la ley de habitaciones obreras en Chile (1906), se logró conquistar, a costa del sacrificio de muchos y muchas, prácticamente todas las normas que hoy garantizan un estándar mínimo de decencia en el trabajo.
En función de aquello destacamos como principio rector en materia laboral "el principio protector", que obliga al Estado y a la judicatura laboral, en el contexto de un litigio laboral, a aplicar e interpretar las normas laborales de la manera que más favorezcan al trabajador(a). Esto que, a primera vista aparece como un injusto, no lo es. Se trata de una herramienta de equilibrio, no solo individual, sino fundamentalmente social a la que el Estado no puede, ni debe renunciar.
En una mirada de futuro, surgen como desafíos para la constituyente y el legislador laboral, garantizar de manera expresa este principio, como asimismo potenciar el respeto por los derechos fundamentales de las trabajadoras(es) e incorporar elementos que permitan reducir las brechas de género pues, en el caso de las trabajadoras, a la subyugación patronal, se agrega el peso de relaciones patriarcales.
Mención aparte merece la necesidad de potenciar y resguardar la actividad sindical y el derecho a huelga, pues Chile es uno de los países de la OCDE con uno de los más bajos índices de sindicalización.
En esta senda las Oficinas de Defensa Laboral, dependientes de las Corporaciones de Asistencia Judicial, y su carácter especializado, emergen como una herramienta fundamental para otorgar una representación judicial efectiva a los trabajadores y trabajadoras de Chile que no cuentan con recursos suficientes para contratar abogados de su confianza.
Nos sentimos parte de los avances que el derecho del trabajo ha experimentado en nuestro país, y por eso esperamos que un futuro cercano esta labor, lejos de atomizarse, se expanda en aras de garantizar un real acceso a la justicia para todos y todas.