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El debate por el litio: forma y fondo

"El rol del Estado en el siglo XXI, no debiera ser repetir un modelo atávico, sino innovar con un ente estatal robusto, a cargo de la gobernanza del sector".
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Entre el 12 de octubre del 2021 y el próximo 14 de enero próximo se licitarán en un concurso nacional e internacional un total de cuatrocientas mil (400.000) toneladas de litio metálico comercializable, divididas en cinco (5) cuotas individuales de ochenta mil (80.000) toneladas cada una, en la que los participantes de la licitación podrán formular ofertas por una y/o dos cuotas de litio metálico comercializable. Probablemente, las ofertas a contratos de explotación se concentraran en el Salar de Atacama en la región de Antofagasta, por contener las reservas de litio en salmuera más económicamente atractivas del planeta.

El argumento para la realización de la licitación, ha sido que Chile ha estado perdiendo importantes cuotas de mercado entre los principales productores globales del mineral, de un primer lugar a pasado a un segundo puesto detrás de Australia y probablemente sea superado por China. En un contexto de súper ciclo de demanda y precios del mineral, impulsado por el despegue de la electromovilidad provocada por la adaptación de la nueva economía al cambio climático, se considera que el país debiera ocupar las primeras posiciones entre los productores mundiales en el mercado de un mineral crítico de una revolución en marcha.

Sin embargo, numerosos actores han considerado fuera de tiempo la realización y definición de este proceso, a menos de siete semanas de un cambio de gobierno. La futura administración no solo ha expresado aprehensiones con la forma del proceso, que, aunque legal, estaría muy distante del enfoque de políticas públicas que espera impulsar, como es entregar un activo papel al Estado.

Junto con compartir las aprehensiones de forma y extemporaneidad del proceso, se abre un debate sobre el rol estatal y de los privados en el futuro de esta industria.

¿Cuál debería ser el papel del Estado en el futuro? Una alternativa sería una empresa pública a cargo de explorar, explotar, exportar grandes volúmenes de mineral y retornar al fisco las utilidades para financiar proyectos sociales y de infraestructura. Otro camino, sería la creación de una agencia, un polo de innovación, a cargo de definir y financiar políticas e impulsar el desarrollo tecnológico, destinado a escalar en la cadena de valor e incorporar estándares de clase mundial que aseguren la sustentabilidad económica, social y ambiental de la industria, los territorios y las comunidades.

El rol del Estado en el siglo XXI, no debiera ser repetir un modelo atávico, sino innovar con un ente estatal robusto, a cargo de la gobernanza del sector, pero en ningún caso sustituir el papel emprendedor de los actores, las comunidades y la región.

Incendios en áreas vulnerables

El año pasado gran parte ocurrieron en campamentos y los damnificados sumaron centenares. Por ello se entiende el temor de quienes viven en ellos. La mirada hacia los campamentos tiene que cambiar, tiene que ser más empática y solidaria y no aquella que los encasilla por estar al margen de la ley.
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Se entiende la preocupación de las centenares de familias que viven en los campamentos de la región y que temen que en cualquier momento sus viviendas que han levantado con materiales ligeros muchos de ellos de descarte sean afectados por un incendio que los deje literalmente en la calle. Y ese temor se ve refrendado al constatar que el año recién pasado la mayoría de los incendios ocurrieron en estos asentamientos irregulares y lamentablemente muchas familias fueron las damnificadas.

Impacta ver el dolor de quienes lo han perdido todo por efectos del fuego, tal vez no son artículos de gran valor o lujosos, pero son sus bienes que les ha costado mucho esfuerzo adquirirlos. Lo mismo que sus improvisadas viviendas, no son mansiones o palacetes pero las han construido con tesón y dedicación por brindar un mejor vivir a los suyos.

De acuerdo a las estadísticas de la sede regional de la Oficina Nacional de Emergencia (Onemi) el año pasado (entre enero y noviembre) hubo 50 incendios y de ellos 42 en la comuna de Antofagasta, un alto porcentaje en algunos de los campamentos existentes. Hubo 683 damnificados y 84 albergados, lo que demuestra que fueron muchos los habitantes de la región que sufrieron y debieron reponerse al paso de las llamas por sus viviendas.

Son muchos los adultos y niños que están partiendo de cero y en condiciones aún más desfavorables que las vividas. Un andar con el viento en contra y que en las actuales condiciones le será aún más difícil levantarse.

Esta es la realidad que debe ser enfrentada como sociedad. No es posible que en una región tan pujante, con tanta riqueza natural, sigan proliferando este tipo de asentamientos en que las condiciones para vivir son precarias y no se condicen con el auge económico regional.

La mirada hacia los campamentos tiene que cambiar, tiene que ser más empática y solidaria y no aquella que los encasilla por estar al margen de la ley. Nadie desea esa condición, pero si se te cierran las puertas te encontrarás en la obligación de caer en la irregularidad.

Es momento de trabajar duro, lejos de presiones, con claridad, con certidumbre en que la salida la problemática de los campamentos es abordable, que hay soluciones, pero que para alcanzarlas junto con el trabajo se requiere de ordenamiento territorial, voluntad, solidaridad y en muchos casos filantropía.

Nacimientos, riqueza de nuestro pueblo

"Acabamos de celebrar la Epifanía del Señor, esta fiesta en algunos lugares también es denominada como el Día de Reyes".
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No acaban los festejos de fin de año en la que la Natividad del Señor es la principal para el mundo cristiano y no quedamos indiferentes a otras que apenas comenzamos un nuevo ciclo calendario continúan marcando el transcurrir de nuestra vida y en la que Jesús traza este caminar en la que acompaña a la humanidad.

Acabamos de celebrar la Epifanía del Señor, esta fiesta en algunos lugares también es denominada como el Día de Reyes, en el que se recuerda la llegada de estos hombres ricos y sabios provenientes de oriente y que caminaron largo trayecto para encontrarse con Jesús e inclinarse ante él como signo de humildad como relata el Evangelio según San Mateo (Mt 2,1-12), "se postran y adoran al Señor…".

Este acontecimiento que denominamos "Epifanía" en griego significa manifestación y ocurre con la llegada de los Reyes Magos, pero también en otras dos ocasiones; con el Bautismo de Jesús que es la manifestación a los judíos y en las Bodas de Caná que es la manifestación a los discípulos. En todas ellas celebramos el amor de Dios que se revela a todos los hombres. Dios quiere la felicidad del mundo entero. Él ama a cada uno de los hombres y ha venido a salvarnos, sin importar la nacionalidad, color o raza.

En nuestra zona vemos como hay riquezas y tradiciones en la que, a pesar de todos los cambios culturales, modernidad y otros, continúan vivos y reafirmando la alegría y agradecimiento que, a la luz del Evangelio, nos hacen salir al encuentro de Jesús, para rendirle nuestra adoración como lo hicieron los Reyes Magos que dejaron su patria, casa, comodidades, familia, para adorar al Niño Dios. Perseveraron a pesar de las dificultades que se les presentaron. Un camino largo, difícil, incómodo, cansado como ocurre con la vida de cada uno de nosotros en que hacemos un largo trayecto en el que la recompensa es el mayor regalo de la divinidad.

Por estos días en distintos sectores de Calama y pueblos del interior los llamados "Nacimientos" son parte de la expresión en la que el Niño Dios es el centro para que con danzas y oración reconozcamos que con su venida nos trae la esperanza de una vida nueva. Es un tesoro que esperamos siga vigente, porque representa todo lo que como Iglesia estamos convocados a reafirmar e incentivar, somos pueblo de Dios llamados a caminar con él para salir al encuentro de otros que han perdido la fe, se sienten cansados, agobiados y requieren de nuestra atención y voluntad para integrarlos a ser parte de la fiesta que es el celebrar el amor de Dios.

Hagamos fuerza y pongamos todo nuestro empeño para que los Nacimientos como asimismo todas las expresiones de religiosidad popular tan propias y arraigadas en nuestra zona permanezcan activas y sigan conectándonos con lo que debe ser el centro de nuestra vida para construir una mejor humanidad que es el Señor.