"Tenemos que saber adaptarnos como sector político y entender que el país cambió"
Para nadie es un secreto que la centroderecha atraviesa un momento de redefiniciones tras un año electoral en donde no lograron retener el principal cargo de elección popular: la presidencia. Por esto, en Chile Vamos han comenzado a mencionar nombres de quiénes pueden dirigir la oposición al próximo gobierno de Gabriel Boric en estos cuatro años que se vienen.
Y según reveló la encuesta Data Influye, uno de los nombres que se mencionaron para liderar la derecha en este nuevo periodo es la diputada y senadora electa, Paulina Núñez (RN), entre otros nombres como el excandidato presidencial José Antonio Kast. La alcaldesa de Providencia, Evelyn Matthei (UDI); o el exministro y ex precandidato presidencial Ignacio Briones (Evópoli).
¿Falta una renovación de rostros en la centroderecha? ¿Hay resistencia al cambio en Chile Vamos?
-Totalmente. A veces veo que algunos se preocupan todos los días de instalar quién debería liderar o no la centroderecha. Yo creo que los liderazgos se ganan, se construyen, y se ejercen sin pedir permiso. Por ejemplo, ganar elecciones en zonas complejas ya genera un liderazgo. Y el trabajo que viene después va a requerir de perseverancia, de trabajo en equipo, de que entendamos el rol que debemos ejercer cada uno de nosotros dentro del sector, sobre todo por los tiempos que estamos viviendo. Nosotros tenemos que saber adaptarnos como sector político, reorganizarnos y entender que el país cambió, después del estallido social y la pandemia.
¿Estará dispuesta a liderar esta nueva etapa de la centroderecha?
-Sí. Primero, qué duda cabe que se necesitan más jóvenes, más mujeres, más personas que vengamos de regiones. A mi juicio es un valor agregado que la persona que lidere proyectos nacionales venga de regiones, donde hay mayor integración social. Una siempre va a estar disponible para liderar un proyecto y un equipo. Pero lo importante es entender que no podemos avanzar solos. Hay varios liderazgos en la centroderecha, no voy a ser la única, pero también entiendo la responsabilidad que recae. Y la voy a ejercer como siempre.
Balance y futuro
Terminando el periodo, ¿qué aciertos y errores hubo en la administración regional?
-Por poner una nota, le pongo un 5. Produjo un perjuicio el cambio constante de intendentes. Ya sea por temas electorales, por temas de renuncia para asumir otros cargos, o por evaluación del propio gobierno central. Creo que ahí hay una muestra de que la figura del delegado presidencial tiene que desaparecer. Y nosotros lo dijimos cuando discutimos la ley que permitió la elección democrática del gobernador regional.
Insisto, la rotación que hubo de intendentes no le hizo bien al trabajo que desde la región se pudo haber hecho con el gobierno. También hubo muchos seremis con una actitud más técnica que política. O política, pero con poco terreno. Hubo otros que evidentemente estuvieron mucho en terreno, y uno se da cuenta de que hay avances en aquello. En materias de vivienda, por ejemplo; de lo que se pudo hacer en Medioambiente, hubo hitos importantes como poder ejecutar el plan de descontaminación de Calama; en materias de obras públicas, específicamente de vialidad, se avanzó bastante en lo que es conexión y caminos. Pero sí creo que hay una sensación de que se pudo haber hecho mejor. El hecho de haber tenido un estallido social y una pandemia -y esta última no ha terminado-, obviamente también impactó en la labor que pudieron haber hecho las autoridades regionales, y hay que decirlo por justicia. Pero creo que hubo poca capacidad política, y derechamente pocos liderazgos que uno hubiera esperado que se instalaran incluso en cargos de elección popular. Al final del día, el gobierno tiene dos trabajos: hacer la pega en sí misma, y proyectar a su coalición para cargos de elección popular.
Con las reuniones y contacto entre Boric y Chile Vamos, ¿cómo espera que sea la relación entre la nueva administración y la derecha?
- Creo que después de todo lo complejo como país, lo mínimo que podemos hacer es actuar con voluntad para lograr acuerdos, facilitar el diálogo, avanzar pensando primero en el país. El rol opositor se ejerce, a mí juicio, dialogando, logrando acuerdos, facilitando esa voluntad política, y colaborando en las reformas que se vayan presentando en el Congreso. Pero por supuesto que cuando veamos que peligra la libertad, la democracia, que no se rechace categóricamente la violencia, que existan espacios donde se pongan en peligro todos los tipos de familia, que para nosotros es importante, vamos a ejercer nuestro rol opositor con mucha claridad y responsabilidad. Pero no podemos entrar al Congreso pateando la mesa o tirando el mantel.
He visto y he conversado con algunos de nuestro sector que están en esta misma línea, pero también veo a otros con un ánimo de que al gobierno le vaya mal de entrada. No olvidemos que, si a esta administración le va mal de entrada, a los chilenos les irá mal de entrada. Es lo que menos puede pretender para su país alguien que esté en lo público y en la política.
Francisco Chahuán propuso tener "un ministerio alterno" para fiscalizar al nuevo gobierno, ¿está de acuerdo con instalar esta figura?
- No, no me gusta eso, para nada. Porque suena un poco a niño taimado. Si la ciudadanía nos dijo que no quería que estuviéramos en los ministerios, ¿por qué poner ministerios en las sombras? Entiendo, y creo en su buena fe, que lo que él quiere hacer es estar fiscalizando las carteras, y estar pendiente a lo que el gobierno haga. Pero a mí más que los ministros en las sombras, me gustaría que tuviéramos 'un parlamento en la luz'. Porque además la oposición se va a rearticular evidentemente desde el Congreso. Si ya no vamos a estar en La Moneda, en los ministerios y en los gobiernos regionales, lo que queda estará articulado desde el parlamento.
¿Va a ser complejo el trabajo en el Congreso, estando tan dividido?
- No. La tranquilidad para Chile la va a dar el Congreso. El gobierno no podrá hacer lo que se le ocurra, no va a poder presentar cualquier reforma, por muy extrema o descabellada que sea, porque no tendrá los votos. Tiene la obligación de lograr acuerdos, de mejorar las reformas, modificar algún proyecto que sea ingresado con tal de que vea la luz. En el Senado estamos mitad y mitad, y en la Cámara con muy pocos votos de diferencia.
¿El gobierno en ejercicio debería detener la licitación del litio?
-Debería detenerla, efectivamente. No se debería hacer. No es que uno dude de la licitación misma. Lo que decimos es que no se puede tomar una decisión desde el nivel central sin tomar en cuenta la opinión, la mirada y la decisión de las autoridades locales. A mí me gustaría que a nivel regional primero definiéramos una posición. Y en esto creo que no habrán colores políticos. Hoy día el país tiene un interés y la región otra. La economía extractiva no genera desarrollo regional. El llamado al gobierno es que detenga el proceso de licitación. Segundo, que el próximo gobierno no tome una decisión desde Santiago, si no que se escuche cuál será la decisión regional. Tercero, que dicha decisión sea con todas las autoridades elegidas democráticamente sentada en una mesa, y ojalá con representantes de la unidad civil, además de gremios y universidades deben estar presentes. No le tengo miedo a que se converse, a que se logre un acuerdo, y que se tome una decisión transversal desde la región.
"La rotación que hubo de intendentes no le hizo bien al trabajo que desde la región se pudo haber hecho con el gobierno. También hubo muchos seremis con una actitud más técnica que política. O política, pero con poco terreno".