Alicia Valenzuela Varas
Alicia Valenzuela Varas y su esposo Ramón Ibarra Laval, pintores y pedagogos en Artes Plásticas, egresados de la Universidad de Chile, llegaron como Académicos al Departamento de Artes de la Universidad de Chile, Filial Antofagasta. Pertenecieron, parodiando a Neruda, a esa "Heroica Capitanía de Pintores" que enriquecieron con sus enseñanzas nuestra ciudad..
Ambos viajaron becados a España y Alemania.A su retorno, Alicia prosiguió su labor Académica en la Universidad del Norte.
La personalidad de Alicia radica en su delicadeza femenina, una manera de ser que se proyecta en sus pinturas, especialmente en sus acuarelas (fue alumna del pintor y acuarelista Israel Roa), que son de gran formato, con temas inspirados en el folklore. En sus composiciones predomina la curva, el colorido suave, apastelado, transparente, casi dejando entrever la blanca luminosidad del papel. En sus obras se siente un auténtico amor por las costumbres de nuestro pueblo, desde las cerámicas de Pomaire, los bailes religiosos del norte a las leyendas de Chiloé.
Alicia nos dice "Yo soy penquista, pero estuve 18 años en Antofagasta, allí me "nortinicé". Al principio, para alguien que venia del sur, encontrarse con el desierto, desolado, aparentemente frío, era muy fuerte. Pero luego uno se encuentra con una soledad que cambia totalmente cuando el pueblo realiza sus fiestas religiosas, que son muy de corazón".
Alicia regresó a la región del Bio-Bio. Realizó un mural de 28 metros de largo en la Estación de Chillán, donde recibió el Premio Municipal de Arte de Chillan. Allí residió por siete años
Actualmente radica en Santiago preservando, a través de su obra, ese Chile compuesto por su gente, sus paisajes y su folclor. Sus obras se encuentran en colecciones privadas de todo el país y en el extranjero. Muchas casas antofagastinas disfrutan de la luminosidad de las bellas pinturas de Alicia
Fue además una de las primeras profesoras de Artes Plásticas del Liceo Experimental Artístico.
Alicia Valenzuela Varas y Ramón Ibarra Laval conforman un capítulo valioso e inolvidable de la llamada "Época de Oro" de la Plástica Antofagastina.
Waldo Valenzuela Maturana