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El David de Miguel Ángel puede intercambiar mensajes de texto

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Intercambiar mensajes con el David de Miguel Ángel es posible gracias al nuevo proyecto de inteligencia artificial de la Galería de la Academia en Florencia, que tiene el objetivo de divulgar su historia y la de su creador a través de un chat.

Desde que fue lanzada en diciembre, la iniciativa "Chatea con David" ha recibido más de 3.500 preguntas a través de su web de internautas que quieren conocer más sobre la obra del genio renacentista, así como anécdotas y curiosidades.

Cómo funciona

Las preguntas a la célebre escultura van desde las más curiosas como "¿cuándo fuiste creado? a otras como "¿tienes conciencia?", "¿qué es para ti la belleza?" o "¿quieres salir conmigo?".

El proyecto consiste en un chatbox que funciona con el sistema 'Deep Learning', que prevé un aumento progresivo de la capacidad del robot de comprender y responder las preguntas de los usuarios a medida que vaya excribiendo.

La directora de la Galería de la Academia, Cecilie Hollberg, consideró un gran éxito esta iniciativa, que logra "involucrar a un público cada vez más heterogéneo" en el mundo del arte.

Para enriquecer las respuestas, estudiantes del curso "Didáctica para los museos" de la Academia de bellas artes de Florencia tuvieron que imaginar posibles preguntas que haría un turista a David.

Elis Regina: la voz que nunca muere

MÚSICA. Homenajes a 40 años del fallecimiento de la mejor cantante brasileña.
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El ímpetu de Elis Regina se reflejaba en su canto, una interpretación que brotaba desde sus entrañas y que viajaba en un segundo de la euforia a la tristeza, una voz tajante que permanece viva 40 años después de aquel 19 de enero, cuando su corazón dejó de latir y Brasil entero se paralizó.

Considerada como la más grande cantante de Brasil, y comparada con Edith Piafh, Ella Fitzgerald y Billie Holiday, murió en la cima de su carrera. Tenía 36 años, un matrimonio feliz y tres hijos que eran su adoración.

Elis Regina Carvalho Costa (1945-1982) falleció en la ciudad de Sao Paulo por una sobredosis de cocaína y alcohol. Su muerte conmocionó al país entero y más de 15.000 personas acompañaron el cortejo fúnebre que la despidió. Cuatro décadas después, una serie de homenajes en Brasil recuerdan a esta artista cuya voz la mantiene en su trono.

De cuerpo menudo y con tan solo 1,55 metros de estatura, su apariencia no reflejaba el volcán que rugía en su interior. No tenía pelos en la lengua y su carácter volátil y explosivo marcó su vida y sus presentaciones.

Su temperamento le valió el apodo de "Pimentinha" ("Picantita"), un "regalo" de Vinicius de Moraes, uno de los padres de la Bossa Nova y quien escribió la letra de "Arrastao", la canción con la que Elis Regina saltó a la fama tras ganar el Primer Festival de la Música Popular Brasileña, en 1965, con su interpretación.

Su amor por el canto ya se vislumbraba a los 3 años, pero fue a los 12 cuando su presentación en un programa de televisión le abrió las puertas a una carrera que solo frenó su muerte.

Alentada por su padre, quien fue su mayor promotor, dejó su natal Porto Alegre a los 19 años para ir rumbo a Río de Janeiro, donde llegó el 31 de marzo de 1964. La fecha marcaría no solo su vida sino la de la historia del país, que ese día sufrió el golpe de Estado que impuso una dictadura que se extendió hasta 1985, un régimen fuertemente criticado por la artista, que llegó a decir que el país estaba "gobernado por gorilas".

En esa batalla su lucha se dio en los escenarios y su única arma fue su voz. Felicidad, tristeza, rabia, patriotismo, impotencia, todo lo dejó en los palcos. Por eso convirtió en himnos y referencia hasta estos días composiciones de famosos cantautores brasileños como "María, María", de Milton Nascimento, "Aguas de Março", de Tom Jobim, o "Como Nossos país" (Como nuestros padres), de Belchior.

Habrá varios homenajes para conmemorar los 40 años de la muerte de Elis Regina, desde una miniserie de HBO hasta la remasterización de "Elis y Tom" y "Falso Brillante", dos de sus álbumes más destacados.

El más original será "Elis", una "fantasía biográfica" inspirada en la artista, que tendrá formato de historieta -al estilo Asterix- y que el caricaturista y dibujante brasileño Gustavo Duarte, cuyo trazo está en los mundos de Marvel y DC Comics, espera lanzar este año.

Novela póstuma exhibe el legado amargo de John Le Carré

LITERATURA. El escritor británico nunca quiso publicar "Proyecto Silverview", que se publica un año después de su muerte, pero sí le pidió a su hijo que completara cualquier "pendiente" dejado en vida.
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Agencias

Era el secreto peor guardado del mundo, un libro escondido que pedía a gritos ser encontrado, pero que por alguna razón su autor nunca quiso publicar en vida: "Proyecto Silverview", la obra póstuma de John Le Carré, ve ahora la luz, un año después de su muerte, para mostrar la amargura del novelista británico ante la podredumbre moral en su país.

Si los servicios de inteligencia fueron para Le Carré la metáfora ideal de la sociedad británica, en su último libro (publicado en español por Planeta) apenas hay ya resquicios para la esperanza. Los mosqueteros no vendrán al rescate ni el espía George Smiley sacará a Excalibur de la roca, como dice a la agencia Efe el hijo de Le Carré, Nick Cornwell.

Cornwell (conocido como escritor por su alias Nick Harkaway) recibió el encargo de su padre de terminar cualquier obra que hubiese dejado pendiente en el momento de su muerte. Cuando uno recibe una tarea así, lo más humano es arrinconarla en algún lugar del cerebro. Pero Le Carré murió y su hijo recordó la promesa.

"Estaba en un escondite muy llamativo, un lugar no muy secreto. Estaba guardado, pero nunca demasiado lejos", recuerda entre risas Cornwell, quien se sigue preguntando por qué su padre nunca quiso que la novela, escrita en 2014, viese la luz.

En el epílogo que escribió para la edición de "Proyecto Silverview", Cornwell sugiere que tal vez describir el fallecimiento de una mujer mayor le recordaba demasiado a la proximidad de su propia muerte y la de su mujer, Jane. Quizá, aventura también, ya no se veía capaz de albergar toda la trama de una novela en su cabeza.

De lo que no hay duda es que representar a un servicio de espionaje decadente, atravesado por las disputas internas y sin asideros morales, supuso un desgarro para el autor de "El espía que surgió del frío" o "El topo", cuyo desencanto con el devenir de la sociedad no dejaba de crecer.

"Él tenía la sensación de que los servicios de inteligencia ya se habían politizado mucho bajo (el primer ministro) Tony Blair, y eso no se había revertido en los sucesivos gobiernos conservadores. Pero describir a un servicio sin posibilidad de redención, inútil, inefectivo (...) para él era excesivo. Ser tan despiadado con la organización a la que seguía siendo tan leal habría sido demasiado para él", conjetura.

Afligido por el brexit

"Proyecto Silverview" teje la misma red de historias entrecruzadas donde apenas existen las casualidades tan propia del maestro de las novelas de espionaje, fallecido en diciembre de 2020 a los 89 años.

Pululan por sus páginas personajes reconocibles, que se mueven siempre en una amplia escala de grises, pero que todavía son capaces de moverse por principios, sean del tipo que sean, como el misterioso inmigrante polaco Edward Avon.

No es casual el origen europeo de Avon. La obra póstuma de Le Carré está habitada por una galería de europeos de Este que todavía formaban parte del paisaje de Inglaterra, pero que el Brexit contribuye a mermar.

"Estaba absolutamente en contra del Brexit. Le parecía lo opuesto a la política: desdeñar la esperanza y el futuro en busca de un pasado que nunca existió. Veía ridícula la prolongación en el siglo XXI de la nostalgia imperial británica", cree su hijo.

Sobre "Proyecto Silverview" surge la sospecha de cuánto de sus experiencias reales como espía pudo usar Le Carré para construir su trama y sus personajes.

Cornwell se atiene a lo que siempre le dijo su padre en público y privado: su carrera en los servicios de inteligencia fue "menor y corta", por lo que no parece plausible que se estuviese retratando en la novela.

"no ser un monstruo"

Sin embargo, como recuerda su cuarto hijo, no hay que olvidar que Le Carré (David John Moore Cornwell) era un maestro del engaño: "Podía mentirte sobre algo, aunque tuviese delante la prueba de que era falso. Y además era muy persuasivo".

Pese a ello, Cornwell apenas tiene adjetivos para describir la relación paterno-filial que mantenían ambos: "No voy a decir que no discutíamos, pero entre nosotros no quedó nada pendiente (...) Yo ya le había dicho que era un padre maravilloso y que le quería, y él me había dicho que yo era un hijo maravilloso y que me quería. En los últimos años tuvimos muchas conversaciones y había claridad. Sinceramente creo que fue mérito suyo, porque su padre fue un monstruo, y su mayor motivación era no ser un monstruo".

Le Carré murió en plena pandemia. Inevitable pensar qué novela podría haber salido de su pluma con el tema. Cornwell está seguro de que habría sido un libro "muy rabioso", pero que no versaría directamente sobre la enfermedad. Tampoco le habría dicho nunca a nadie que tiene que ser mejor persona, con una excepción: "Posiblemente, a Boris Johnson".