Seguridad e hipocresía
La sociedad chilena vive cautiva en una hipocresía de magnitudes: odian a la policía, pero quieren que hagan su trabajo. Acusan violencia desmedida cuando la policía responde, pero, sin dudar, cobardes agreden con piedras a los efectivos. Una ministra electa, frente a una polémica presentación de una cantante, declaró que el desear la muerte a su contrincante ideológico es "parte de las expresiones del arte", pero un correo deseándole la muerte a ella es una amenaza inconcebible.
Alegan que la policía no ingresa a las zonas violentas de los barrios, pero olvidan que ellos mismos ahuyentan a punta de improperios a los efectivos porque "son los títeres de un Estado asesino". Alcaldes, acusando violencia desmedida, ordenan que la policía se reste de aparecer en las manifestaciones, pero cuando la delincuencia se toma las calles en dichos actos, claman por su presencia y critican su ausencia, pese a que la autoridad solicitó el encierro.
La pregunta es: ¿Seguirá Chile la senda de la mediocridad o avanzará pese a las consecuencias que ello traiga?
Rafael Astudillo Gómez
Preocupante avance
La delincuencia y las incivilidades avanzan a pasos agigantados. Los asaltos, balaceras e incluso secuestros ya no sorprenden, mientras que el comercio ambulante, el consumo de drogas y alcohol en la vía pública y el asedio a barrios residenciales con locales que deterioran la calidad de vida ya no son temas relevantes para las autoridades municipales y policiales.
Gerardo Gutiérrez M.
Víctimas de la violencia
El director del Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH), Sergio Micco, comentando las declaraciones del jefe de la Defensa Nacional en La Araucanía, general Luis Cuellar, dijo que las palabras utilizadas son propias de una fuerza militar beligerante.Las FF.AA., como el mismo general declaró, no están actuando en forma beligerante, agresiva u ofensivamente, solo están apoyando a las fuerzas policiales para proteger a los ciudadanos que están siendo víctimas de la violencia.
Quienes utilizan un lenguaje y ejecutan actos beligerantes son las diversas organizaciones guerrilleras y terroristas que, como la Coordinadora Arauco Malleco, tienen una intención independentista, rechazan la lógica de un Estado unitario, reivindican la violencia como un instrumento legítimo para alcanzar sus objetivos planteados explícitamente de control territorial, político y militar de la zona y no tienen interés alguno en dialogar con autoridades del Estado de Chile, al que le han declarado la guerra.
Adolfo Paúl Latorre
Sociedad civil
Más de 2.200 iniciativas populares de norma han sido presentadas para la nueva Constitución, pero podemos apoyar solo siete de ellas. Difícil decisión. ¿Te imaginas poder apoyar a Bomberos, a la Teletón, a Techo Chile, a la Fundación Iguales, al Hogar de Cristo, a la federación de tu deporte favorito y a muchas organizaciones más firmando una sola iniciativa? Las organizaciones de la sociedad civil van más allá del Estado y del mercado. Todas tienen fines sociales y ninguna tiene fines de lucro. Y, efectivamente, puedes apoyarlas a todas con una sola iniciativa titulada "Fortalecimiento constitucional de la Sociedad Civil". La actual Constitución consagra un rol pasivo del Estado frente a estas organizaciones, pero si crees que la nueva Constitución debe establecer expresamente el deber del Estado de promoverlas, apoyarlas y fomentarlas, definitivamente esta es una de las siete iniciativas que deberías firmar.
Alexandro Cea, presidente Sociedad Chile; Matías Alcayaga, director #MásSociedad
Cambio de mirada
En diciembre de 2018, la Asamblea General de las Naciones Unidas proclamó el 24 de enero como el Día Internacional de la Educación, reconociendo con ello el rol de esta en el logro de un desarrollo sostenible que, además, considera y respeta los derechos humanos, permitiendo acceder a trabajos dignos, erradicación de la pobreza y mejora del acceso a la salud, generando, por tanto, una sociedad donde todos y todas son respetados, considerados, valorados y reconocidos.Esta pandemia nos ha permitido mirar más allá de las aulas y entender que educar es más que la entrega de conocimientos en un espacio físico limitado, en un horario determinado o la entrega de conceptos a través de una pantalla.
Estos dos años deben invitarnos a entender que los procesos educativos implican un cambio de mirada hacia los roles y jerarquías asumidos de forma dogmática durante tanto tiempo en las salas de clases; es momento de dejar de lado el miedo al análisis, la crítica y la reformulación de los escenarios; tiempo de entender que profesores y profesoras también necesitan apoyo, acompañamiento y reconocimiento; tiempo de entender que educar también implica escuchar, compartir, coconstruir, dialogar, reflexionar, encantar y asombrar.
Sandra P. Urra Águila Directora Psicopedagogía Directora Educación Parvularia U. Andrés Bello