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"Proyecto fantasma": la osadía de filmar en casa

El cineasta chileno Roberto Doveris estrenó en el Festival de Rotterdam una refrescante comedia protagonizada por sus amigos. Se trata de una muestra de cine independiente, libre y con el corazón bien puesto.
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La dictadura del algoritmo, las modas pasajeras o la obsesión por formar una industria han distanciado a muchos cineastas chilenos de las utopías que probablemente tenían cuando se formaron. No es el caso de Roberto Doveris, director, productor y docente inquieto que se ha mantenido fiel a una forma de hacer cine, al margen de los fondos oficiales y las concesiones. Después de su sorprendente ópera prima "Las Plantas" (premiada en la Berlinale), regresa ahora con "Proyecto fantasma", película que fue seleccionada en la Competencia Oficial de Rotterdam, uno de los festivales más interesantes del mundo, vitrina de propuestas arriesgadas y contemporáneas.

Entrañable, lúdico y desprejuiciado, el largometraje de Doveris fue grabado en su propio departamento. Este detalle, que en el caso del gran John Cassavetes era una forma de ahorrar presupuesto dentro de sus obras autofinanciadas, encuentra aquí un sentido más profundo: "Proyecto fantasma" es un homenaje a su entorno, a sus amigos, a su barrio (Ñuñoa), a su estilo de vida. Aunque nunca vemos al cineasta en escena (podríamos reflexionar sobre la figura del director de cine como un fantasma dentro de la historia), sí seguimos a sus cercanos en los espacios que habitualmente frecuentan. La espontaneidad naturalista de este cine doméstico convive con el artificio en un ejercicio que, finalmente, es un homenaje al arte cinematográfico.

El cine no debería tratar de recrear fielmente la vida porque es una realidad paralela y esta falsa comedia de fantasmas lo entiende. Gravita entre la frescura del registro documental y el juego constante. No está interesada en el horror sino que en el amor. La mirada está puesta atentamente en la intimidad de los encuentros entre amigos, los diálogos, la música, las luchas cotidianas, las relaciones, el sexo, las terapias de sanación, las plantas, la cultura pop y las pantallas con las que convivimos. El interés abarca la múltiple oferta de youtubers que aloja la red o la presencia distante de una famosa actriz interpretada por Ingrid Isensee. Al centro, y como línea argumental estructuradora, está la búsqueda profesional y financiera de un joven actor gay que busca un lugar en el mundo. Como juego, metáfora y nexo entre personajes, hay también un fantasma que no buscará aterrar a la audiencia ni menos tensionar una película que circula por camino propio.

Con sus digresiones y juegos (Roberto Doveris vuelve a insertar trazos de ilustración animada sobre la imagen, como lo hizo en "Las Plantas"), "Proyecto fantasma" es una luz dentro de una filmografía chilena marcada por cierta inclinación hacia la sordidez. Si una película es capaz de decirnos algo sobre un director, podemos advertir en Doveris una mirada bondadosa y compasiva del mundo. Aquí no hay corrosión ni furia. "Proyecto fantasma" es una celebración.

el chileno Roberto doveris filmó la segunda cinta de su carrera en el departamento en el que vive.


En resumen

"Proyecto fantasma" es el segundo largometraje del director después de "Las Plantas".

Por Andrés Nazarala R.

fotograma

Volver a un lugar vacío de bondades

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1-¿Qué significa el agua para tu escritura? -No creo que haber escrito algún texto sin existencia de agua, agua en todos sus formatos. Tal vez siempre me remito a la infancia, a la niñez y todo ese cuadro tiene que ver con la limpieza, la tina, el mar como un panorama, el ahogo como la soledad, el río, como ver una prenda favorita que la corriente no es capaz de devolver. El agua turbia es poco anhelada y suelo escribir sobre imágenes que no son como una concepción de la alegría y el "chapoteo" de una infancia ideal. La poesía puede sugerir extender una imagen sin explicaciones de antemano. Un poema tampoco es un acertijo.

2-¿Por qué decides mostrar un espacio cotidiano lleno de peligros? -El peligro emocional es peor a que se rompa un tendón. Soy lectora de Carver y valoro mucho las películas que suceden en espacios cerrados. Por ejemplo, "Revolutionary Road" y las películas de Sofía Copolla y Francis Lee en "Ammonite". Mar y espacio cerrado entre miles de lugares. En la televisión de cable dicen que hay formas idiotas de morir, casi siempre están dentro de algo. En lo que escribo, los accidentes son perpetuos y los espacios inamovibles, quizás es por eso que los poemas están escritos desde una sensación fotográfica.

3-¿Qué significa Talca para ti? -Si es Talca como ciudad, significa mi nacimiento, mis primeras palabras, mi primera instancia en modular cierto lenguaje adquirido. Si es el Talca del libro, es un tipo de ciudad que se llama Talca, un lugar vacío de bondades y lleno de secretos, de espionaje infantil. Recordé mucho la novela de Ian McEwan, "Expiación" (que ocurre el día más caluroso del verano de 1935 en el que unos niños armar una obra de teatro para los adultos). Es mirar ahora lo que después, en la adultez, podría estar distorsionado. Talca es una ciudad horrenda, pero para mí necesaria para el hacer, para escribir.


En resumen

"Talca" (G0 Ediciones) es el tercer libro de Cecilia Gajardo. Antes publicó "Piel verano" (2016), "Sara Moncada" (2019) y la "Plaquettes de cuarentena" (2020). La poeta es Licenciada en Literatura Creativa. Actualmente es docente de cine y literatura. Con "Talca" la autora vuelve a su territorio de infancia, marcada por una oscura intimidad.

en el libro de cecilia gajardo hay agua de piscina, de río, de tina. Hay lluvia y lágrimas.

3 preguntas

Cecilia Gajardo, poeta autora de "Talca"

Luz María Astudillo